Autismo: ¿Cuál es el vínculo con el zinc?

Investigaciones anteriores indicaron una asociación entre el zinc y el autismo. Sin embargo, hasta ahora, comprender la conexión ha sido un desafío.

Un nuevo estudio aclara la conexión entre el zinc y el autismo.

Un nuevo estudio, publicado en Fronteras en neurociencia molecular, sugiere que una deficiencia de zinc en la primera infancia puede contribuir al autismo.

El autismo, o trastorno del espectro autista, tiende a causar dificultades en la comunicación y la interacción social.

Aunque cada caso es diferente, los síntomas pueden incluir acciones repetitivas, contacto visual reducido y problemas para reconocer las emociones en los demás.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor de 1 de cada 59 niños tiene autismo. Parece ser cuatro veces más común en niños que en niñas.

A pesar de años de investigación, la comunidad médica aún tiene que comprender completamente los mecanismos del autismo y abundan las teorías sobre sus orígenes.

El autismo tiende a aparecer en los primeros 3 años de vida. Durante este tiempo, las sinapsis, los puntos de comunicación entre las neuronas, se están formando y cambiando a un ritmo rápido.

La investigación ha relacionado ciertos genes con el autismo, incluidos algunos que codifican proteínas que forman sinapsis, como la familia de proteínas Shank.

El vínculo entre la formación de sinapsis y el autismo ha proporcionado la base para algunas de las investigaciones más recientes sobre los mecanismos de la enfermedad.

La conexión de zinc

En los últimos años, los investigadores descubrieron un vínculo entre la deficiencia de zinc y el autismo. El zinc realiza una serie de funciones, incluida la ayuda a construir proteínas y ADN.

Aunque los investigadores demostraron una conexión entre la deficiencia de zinc y el autismo, no ha sido claro si la deficiencia causa la condición o si se desarrolla en respuesta a los cambios que resultan del autismo.

En el nuevo estudio, los autores intentan aclarar estos puntos investigando cómo las sinapsis en desarrollo y el zinc pueden interactuar para causar autismo.

La autora principal, la Dra. Sally Kim de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en California, explica los hallazgos del equipo:

“El autismo está asociado con variantes específicas de genes involucrados en la formación, maduración y estabilización de sinapsis durante el desarrollo temprano. Nuestros hallazgos relacionan los niveles de zinc en las neuronas, a través de interacciones con las proteínas codificadas por estos genes, con el desarrollo del autismo ”.

¿Qué son los AMPAR?

Los AMPAR son un tipo común de receptor de glutamato en el sistema nervioso central, y los AMPAR en desarrollo son particularmente sensibles al tipo de cambios genéticos relacionados con el autismo.

Los investigadores encontraron que cuando un mensaje se transmite de una neurona a otra, el zinc entra en la segunda neurona.

Allí, puede unirse a las proteínas Shank 2 y Shank 3. Estas proteínas luego interactúan con los AMPAR en la segunda sinapsis.

Esta interacción hace que la estructura de la sinapsis cambie, en un proceso que la comunidad médica llama "maduración".

En una compleja serie de experimentos, los autores del estudio demostraron que Shank 2 y 3 se acumulan en las sinapsis a medida que los AMPAR alcanzan la maduración. La adición de zinc a la ecuación aceleró la maduración de los AMPAR, pero solo si estaban presentes los mangos 2 y 3.

En otras palabras, los investigadores demostraron que las proteínas Shank 2 y 3 funcionan con el zinc para garantizar la maduración correcta y oportuna de los AMPAR. Sin zinc, los AMPAR no se pueden desarrollar correctamente.

"Esto sugiere que la falta de zinc durante el desarrollo temprano podría contribuir al autismo a través de la maduración sináptica alterada y la formación de circuitos neuronales".

Coautor principal, Prof. John Huguenard

"Comprender la interacción entre el zinc y las proteínas Shank podría, por lo tanto, conducir a estrategias de diagnóstico, tratamiento y prevención del autismo", concluye el profesor Huguenard.

¿Reducirán los suplementos de zinc el riesgo de autismo?

Los autores aclaran que todavía no sabemos lo suficiente para responder a esta pregunta. El coautor principal, el profesor Craig Garner, del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas en Berlín, lo explica:

"Actualmente, no hay estudios controlados del riesgo de autismo con suplementos de zinc en mujeres embarazadas o bebés, por lo que el jurado aún está deliberando".

Los investigadores también señalan que una deficiencia de zinc no necesariamente muestra que una persona esté consumiendo muy poco del mineral esencial. Por ejemplo, es posible que el intestino no esté absorbiendo el nutriente correctamente.

Por otro lado, consumir zinc en exceso puede ser perjudicial. Demasiado puede evitar que el cuerpo absorba cobre, lo que provoca anemia y huesos débiles.

En general, el estudio ofrece una nueva perspectiva fascinante sobre un mecanismo potencial para el desarrollo del autismo.

Explorar la interacción entre el zinc y las neuronas en desarrollo podría ser prometedor para futuros tratamientos y, posiblemente, para la prevención del autismo.

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