Todo lo que necesita saber sobre el metilfenidato

El metilfenidato es un estimulante que puede ayudar a tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y la narcolepsia. La mayoría de la gente lo conoce como Ritalin, aunque se encuentran disponibles muchas otras marcas del medicamento.

Los médicos también pueden recetar metilfenidato de forma no indicada para el tratamiento de la depresión y la enfermedad de Parkinson.

En este artículo, explicamos cómo funciona el metilfenidato y discutimos sus efectos secundarios, dosis y riesgos.

¿Qué es?

El metilfenidato aumenta los niveles de dopamina en el cerebro, lo que puede ayudar a una persona a concentrarse mejor.

El metilfenidato es un estimulante del sistema nervioso central que ayuda a aumentar los niveles de dopamina en el cerebro.

La dopamina es un neurotransmisor que promueve sentimientos de motivación y recompensa. Más dopamina puede ayudar a una persona a concentrarse mejor y reducir otros síntomas del TDAH.

Los médicos pueden recetar versiones del fármaco de liberación inmediata o prolongada. La versión de liberación inmediata se disuelve rápidamente, produciendo resultados rápidos que también pueden desaparecer rápidamente.

La versión de liberación prolongada se disuelve más lentamente, ofreciendo efectos más duraderos. La marca y la formulación más adecuadas dependen de los síntomas de una persona y del riesgo de ciertos efectos secundarios, entre otros factores.

Las marcas de metilfenidato incluyen:

  • Ritalin
  • Metilina
  • Concerta
  • Metadato
  • Quillichew
  • Quillivant
  • Aptensio
  • Cotempla
  • Adhansia

Usos

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) solo ha aprobado el metilfenidato para tratar el TDAH y la narcolepsia, pero el uso no indicado en la etiqueta es común. Por lo tanto, los médicos a veces pueden recetar el medicamento para tratar otras afecciones, como la depresión.

Algunas personas abusan de la droga para mejorar el rendimiento mental. Por ejemplo, un estudiante puede tomar metilfenidato para ayudarlo a estudiar por más tiempo o porque cree que lo ayudará a desempeñarse mejor en un examen.

Un estudio piloto de 2018 encontró que Adderall, otro medicamento para el TDAH, no mejoró el rendimiento en personas que no tienen TDAH. Aunque Adderall es químicamente distinto del metilfenidato, ambos son estimulantes y fármacos populares para mejorar el rendimiento.

Los datos proporcionan evidencia preliminar de que los estimulantes, incluido el metilfenidato, solo pueden tener efectos beneficiosos en personas con TDAH.

Efectos secundarios y riesgos

Las investigaciones muestran que algunos estudiantes universitarios sin TDAH toman metilfenidato para tratar de mejorar su rendimiento en los exámenes.

Los efectos secundarios más comunes del metilfenidato incluyen:

  • ansiedad y agitación, especialmente en personas con antecedentes de estos síntomas
  • dolores de cabeza
  • dolores de estómago, diarrea y otros síntomas gastrointestinales
  • cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, incluida la frecuencia cardíaca rápida y la presión arterial alta
  • problemas para dormir
  • cambios en el apetito
  • pérdida de peso
  • mareo

Hacer cambios leves en la dosis del medicamento o en la forma en que una persona toma el medicamento puede prevenir algunos efectos secundarios. Por ejemplo, una persona puede descubrir que solo se marea cuando toma metilfenidato con el estómago vacío o que puede prevenir el insomnio tomando el medicamento por la mañana en lugar de por la tarde.

Los efectos secundarios menos comunes incluyen:

  • cambios en la función sexual, incluida una erección prolongada y dolorosa
  • vasculopatía, que se refiere a varios problemas con los vasos sanguíneos
  • visión borrosa
  • psicosis
  • episodios maníacos
  • agresión
  • Dolor de pecho

Hay casos raros que relacionan el metilfenidato con la muerte súbita debido a problemas de salud cardíaca, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. El riesgo es mayor en aquellos que tienen un defecto cardíaco preexistente o un trastorno cardíaco.

Las personas con enfermedades cardíacas no deben usar metilfenidato. Un médico controlará regularmente la presión arterial y el pulso de cualquier persona que tome estimulantes recetados.

La investigación en niños que toman Ritalin sugiere que el medicamento puede ralentizar temporalmente su crecimiento, pero se necesitan más investigaciones para confirmar este efecto.

Existe el riesgo de que las personas abusen del metilfenidato como fármaco que mejora el rendimiento. La práctica es especialmente frecuente entre los estudiantes universitarios, el 17% de los cuales pueden abusar de los estimulantes, según un análisis de 2015.

El metilfenidato es potencialmente adictivo. El riesgo de adicción aumenta en las personas que lo toman sin una necesidad médica o toman dosis más altas que las recomendadas por su médico.

Dosis

La dosis correcta de metilfenidato depende de la formulación (de liberación inmediata o prolongada), así como de la edad, los síntomas, la salud general y la respuesta al fármaco de la persona.

El metilfenidato no es adecuado para niños menores de 6 años.

Para los niños y adolescentes que toman una fórmula de liberación prolongada, la dosis inicial de la marca Concerta es de 18 miligramos (mg) una vez al día. Si esto no es efectivo, un médico aumentará la dosis diaria gradualmente hasta que sea efectivo. La dosis máxima diaria es de 54 mg para niños de 6 a 12 años y de 72 mg para adolescentes.

Al tomar metilfenidato de liberación inmediata, una persona debe dividir su dosis diaria total en dos o tres partes para mantener niveles constantes de dopamina y norepinefrina.

Para los niños mayores de 6 años, la FDA recomienda una dosis inicial de 5 mg dos veces al día si están tomando la marca Ritalin. Un médico puede aumentar gradualmente esta dosis diaria en 5 mg o 10 mg por semana, sin exceder los 60 mg.

Para un adulto que toma Ritalin, la dosis habitual es de 20 a 30 mg por día. Sin embargo, algunas personas pueden necesitar más o menos que esto, por lo que es vital trabajar directamente con un médico.

Cómo tomar

Las personas que toman metilfenidato deben seguir el régimen de tratamiento que recomiende su médico. Para aumentar la eficacia de Ritalin y reducir el riesgo de efectos secundarios, pueden probar:

  • tomarlo de 30 a 45 minutos antes de una comida
  • beber mucha agua durante todo el día
  • evitando tomar el medicamento por la tarde y temprano en la noche si causa insomnio
  • monitorear cualquier efecto secundario nuevo o que empeore e informarlo a un médico

Interacciones con otras drogas o alcohol.

El metilfenidato puede causar efectos secundarios peligrosos cuando una persona lo toma con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) o medicamentos que pueden elevar la presión arterial.

También puede disminuir la eficacia de:

  • medicamentos que reducen la presión arterial
  • anticoagulantes y medicamentos para prevenir la formación de coágulos de sangre
  • medicamentos anticonvulsivos
  • antidepresivos tricíclicos

Al igual que con otras drogas, el alcohol puede cambiar la acción del metilfenidato, por lo que es mejor preguntarle al médico si es seguro beber mientras toma este medicamento.

Las personas con antecedentes de trastorno por consumo de alcohol y otras adicciones pueden ser más propensas a abusar del metilfenidato, por lo que es fundamental discutir un historial médico completo con un médico.

Seguridad en niños y durante el embarazo

Los expertos recomiendan que los niños con TDAH tengan sesiones de terapia para ayudarlos a controlar sus síntomas.

La FDA aprobó el metilfenidato para tratar a niños mayores de 6 años. Sin embargo, las pautas de tratamiento recomiendan usar otras estrategias primero, incluida la terapia y las intervenciones en el estilo de vida.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) alienta a los padres y cuidadores de niños que toman metilfenidato a inscribir a sus hijos en terapia para ayudarlos a controlar los síntomas del TDAH.

La AAP sugiere que el metilfenidato puede ser apropiado en niños más pequeños, pero solo después de que otras intervenciones hayan demostrado ser ineficaces.

La etiqueta del medicamento para el metilfenidato lo clasifica como un medicamento de clase C para mujeres embarazadas, lo que significa que los estudios en animales sugieren que puede tener efectos negativos. No existe una investigación de alta calidad en humanos que confirme su seguridad durante el embarazo. Sin embargo, los medicamentos de clase C aún pueden ser útiles en los casos en que los médicos consideran que los beneficios superan los riesgos.

Los estudios en ratas sugieren que altas dosis de Ritalin pueden causar anomalías congénitas. Los médicos no saben si Ritalin pasa a la leche materna de una mujer o si podría afectar a un bebé amamantado.

Alternativas

El metilfenidato no es eficaz para todas las personas y algunas personas desarrollan efectos secundarios desagradables. Estas personas pueden obtener mejores resultados con otras drogas estimulantes, como Adderall.

La FDA también ha aprobado tres medicamentos no estimulantes para el TDAH:

  • Strattera (atomoxetina)
  • Kapvay (clonidina)
  • Intuniv (guanfacina)

En algunos casos, un médico puede recomendar otros medicamentos, como antidepresivos, para ayudar con el TDAH y los síntomas relacionados.

La medicación no es el único tratamiento para el TDAH. La terapia puede ayudar a los niños y adultos a controlar los síntomas del TDAH, controlar sus impulsos y emociones y desempeñarse mejor en el trabajo y la escuela.

Resumen

Los síntomas del TDAH pueden variar de muy leves a muy graves. Para las personas con TDAH de moderado a grave, los medicamentos estimulantes pueden mejorar rápidamente los síntomas.

Con el tiempo, una persona puede necesitar modificar la dosis o cambiar a un medicamento alternativo si su cuerpo desarrolla tolerancia.

Trabajar con un médico que tenga conocimientos sobre el tratamiento del TDAH es clave. Un médico puede asegurarse de que una persona tenga el diagnóstico correcto, hacer recomendaciones de tratamiento basadas en la evidencia y monitorear los efectos secundarios y las interacciones de los medicamentos.

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