Presión arterial alta: ¿Podría el ruido ser un factor de riesgo?

Un estudio reciente investigó la relación entre la pérdida de audición inducida por ruido ocupacional y la presión arterial. Los autores concluyen que la exposición crónica al ruido aumenta el riesgo de hipertensión.

¿Podría la exposición prolongada al ruido elevar la presión arterial?

Según el nuevo documento, a nivel mundial, más de 600 millones de personas tienen trabajos que los exponen a niveles de ruido peligrosos.

Este alto número hace que la exposición al ruido sea uno de los peligros más comunes en el lugar de trabajo.

De acuerdo con esto, la pérdida de audición inducida por ruido ocupacional es la condición relacionada con el trabajo más prevalente en los Estados Unidos.

En los últimos años, los científicos han demostrado que la exposición al ruido no solo afecta la audición.

Por ejemplo, los estudios han concluido que la exposición al ruido podría influir negativamente en la salud cardiovascular e incluso en la salud digestiva.

Los autores del estudio reciente, que se incluye en MÁS UNO, decidió centrarse en su efecto sobre la hipertensión.

Exposición al ruido y presión arterial

Actualmente, más de 100 millones de adultos en los EE. UU. Tienen presión arterial alta. Solo por esta razón, es importante comprender cualquier factor que pueda aumentar el riesgo.

Estudios anteriores han investigado los vínculos entre la exposición al ruido y la hipertensión, pero hasta ahora, los hallazgos han sido inconsistentes. Los autores del estudio actual creen que esto se debe en parte a que es difícil cuantificar la exposición total al ruido durante décadas.

Para abordar este problema, los investigadores utilizaron la pérdida auditiva como marcador de exposición al ruido. Los autores explican:

"Varios estudios [han] informado que la pérdida auditiva bilateral de alta frecuencia (BHFHL) está asociada con la exposición acumulativa al ruido ocupacional, y BHFHL puede servir como un biomarcador temprano para la exposición personal real al ruido ocupacional".

Los científicos tuvieron acceso a datos de 21.403 trabajadores con exposición al ruido ocupacional y una edad promedio de 40 años. Esta información provino de una encuesta a trabajadores en Chengdu, provincia de Sichuan, en China.

Como parte de la encuesta, los funcionarios evaluaron varias métricas de salud, utilizando pruebas audiométricas y midiendo la presión arterial.

Una asociación significativa

Como era de esperar, la prevalencia de la pérdida auditiva aumentó junto con el número de años que los participantes habían pasado trabajando con la exposición al ruido ocupacional.

En general, los investigadores encontraron que los trabajadores con "BHFHL leve y alto tenían [un aumento] del riesgo de hipertensión de 34% y 281%, respectivamente". Los autores concluyen:

"El presente estudio sugirió que la exposición al ruido ocupacional se asoció positivamente con los niveles de presión arterial y el riesgo de hipertensión".

También informan que se encontró una "relación dosis-respuesta entre BHFHL e hipertensión tanto en hombres como en mujeres".

En este estudio, los autores encontraron que el vínculo entre la exposición al ruido y la hipertensión era más pronunciado en los hombres. Creen que esto podría deberse a que "[los trabajadores masculinos [están] generalmente expuestos a una mayor intensidad de ruido en su lugar de trabajo, en comparación con las trabajadoras".

Fortalezas y limitaciones

El gran tamaño de la muestra de este estudio da peso a los hallazgos. Del mismo modo, los científicos utilizaron tanto BHFHL como la duración del trabajo para evaluar la exposición al ruido. Los autores creen que este enfoque en tándem podría "fortalecer la efectividad y credibilidad de los resultados mediante la confirmación mutua".

Sin embargo, existen ciertas deficiencias. En primer lugar, como reconocen los autores, debido a que el estudio es transversal, lo que significa que el equipo no siguió a los participantes a lo largo de los años, no es posible probar la causa y el efecto.

Además, los autores señalan que su análisis no pudo dar cuenta de algunas variables que afectan el riesgo de hipertensión. Estos incluyen el índice de masa corporal (IMC), el tabaquismo, la ingesta de alcohol y factores psicológicos.

Además, los investigadores no visitaron los lugares de trabajo para evaluar los niveles reales de ruido y no tenían información sobre si los participantes usaban protectores auditivos.

Aunque este estudio concluye que la exposición al ruido afecta la presión arterial, otros estudios no han encontrado la misma relación. A pesar del tamaño de este estudio, los científicos deberán realizar más trabajo antes de que la exposición al ruido se convierta en un factor de riesgo oficial de hipertensión.

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