Presión arterial alta vinculada a la deficiencia de zinc

Un nuevo estudio demuestra un vínculo entre la deficiencia de zinc y la presión arterial alta. Los hallazgos podrían ayudar a los científicos a diseñar nuevas formas de intervenir en poblaciones de pacientes en riesgo.

La hipertensión es increíblemente común; comprender cómo funciona es vital.

La presión arterial alta, o hipertensión, es un problema de salud enorme y creciente en los Estados Unidos.

Según la Asociación Estadounidense del Corazón, la hipertensión afecta a más de 100 millones de personas en los EE. UU.

En los últimos años, los investigadores han observado una relación entre los niveles más bajos de zinc y la hipertensión.

Sin embargo, hasta la fecha, los científicos no han podido determinar el papel exacto del zinc en el desarrollo de la hipertensión.

Por ejemplo, las personas con ciertas afecciones, como diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica, comúnmente tienen una deficiencia de zinc e hipertensión arterial. Los científicos aún no tienen claro si los niveles de zinc son una causa o un efecto de la presión arterial elevada.

De manera similar, otros estudios han demostrado que las personas con niveles más bajos de zinc tienen más probabilidades de ser hipertensas.

Como prueba adicional de la participación del zinc en la hipertensión, las ratas que son particularmente sensibles a la sal y desarrollan fácilmente la presión arterial alta tienen niveles más bajos de zinc en la sangre.

Recientemente, un grupo de investigadores se propuso investigar los vínculos entre el zinc y la presión arterial. Querían profundizar un poco más en los mecanismos de acción. El equipo publicó sus hallazgos en el American Journal of Physiology – Renal Physiology.

Riñones y presión arterial

La absorción de sodio juega un papel vital en la moderación de la presión arterial. El cotransportador de cloruro de sodio (NCC) en el riñón es particularmente importante. Reabsorbe el sodio del líquido destinado a convertirse en orina y lo devuelve al cuerpo.

Generalmente, los niveles más bajos de sodio en la orina se corresponden con un aumento de la presión arterial. En otras palabras, cuando el NCC está demasiado activo, bombea más sodio al cuerpo, la orina elimina menos y la presión arterial aumenta.

Como escriben los autores, "la modulación renal de la excreción urinaria de sodio es la piedra angular del control [de la presión arterial]".

Varias proteínas pueden interactuar con el NCC para alterar la cantidad de sodio que el cuerpo reabsorbe y excreta.

El zinc actúa como cofactor, lo que significa que influye en la actividad de una amplia gama de proteínas, incluidas las enzimas, los factores de transcripción y las proteínas reguladoras.

Los investigadores creen que el zinc impacta en una de las proteínas que modera el NCC, aunque han luchado por encontrar evidencia de esto.

Zinc e hipertensión

En este último estudio, los científicos realizaron una serie de experimentos para investigar la relación entre el zinc y la hipertensión y observar el papel de la NCC.

En primer lugar, demostraron que los ratones que consumían una dieta con niveles más bajos de zinc desarrollaron hipertensión. Luego, dividieron a estos animales en dos grupos. Alimentaron a la mitad de los animales con una dieta que contenía niveles adecuados de zinc. Como era de esperar, su presión arterial pronto volvió a la normalidad.

Los investigadores administraron hidroclorotiazida a los ratones restantes, un fármaco que inhibe la NCC. La presión arterial de estos animales también volvió a la normalidad. Esto se debe a que el NCC dejó de bombear sodio de regreso al cuerpo, lo que permitió que la orina lo eliminara.

En otros experimentos, los investigadores trabajaron con tejido animal en el laboratorio. Demostraron que la NCC es responsable de la hipertensión mediada por la deficiencia de zinc.

También mostraron que la actividad de NCC se ve alterada por la presencia de zinc; específicamente, la actividad de NCC aumenta cuando el zinc está en un nivel más bajo. Los científicos creen que cuando hay escasez de zinc, el NCC es más estable y, por lo tanto, puede funcionar durante más tiempo.

Estos resultados unen los hallazgos de trabajos anteriores y confirman el papel del zinc en la hipertensión. Los autores escriben:

"Comprender los mecanismos específicos por los cuales [la deficiencia de zinc] contribuye a la desregulación [de la presión arterial] puede tener un efecto importante en el tratamiento de la hipertensión en entornos de enfermedades crónicas".

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