¿Cómo nos enferma el estrés? El estudio arroja luz

El estrés psicológico es un factor de riesgo bien conocido de enfermedad, pero ¿cómo nos enferma exactamente? Un nuevo estudio ha proporcionado información interesante.

Los investigadores ayudan a explicar cómo el estrés puede enfermarnos.

Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan en East Lansing han revelado cómo una proteína conocida como receptor del factor liberador de corticotropina subtipo 1 (CRF1) responde al estrés enviando señales a células inmunes específicas.

Esto hace que las células inmunitarias liberen sustancias químicas que pueden desencadenar una serie de enfermedades, como asma, lupus y síndrome del intestino irritable (SII).

El coautor del estudio Adam Moeser, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Michigan, y sus colegas informaron recientemente sus hallazgos en el Revista de biología de leucocitos.

Todos experimentamos estrés y probablemente hayamos terminado con una enfermedad inducida por el estrés en un momento u otro. De hecho, según la Encuesta sobre el estrés en Estados Unidos de 2015, alrededor del 31 por ciento de los adultos en los Estados Unidos informan que el estrés tiene una influencia fuerte o muy fuerte en su salud física.

Pero, ¿cómo es que el estrés psicológico puede enfermarnos físicamente? Para ayudar a arrojar algo de luz, Moeser y sus colegas investigaron los efectos del estrés en los mastocitos.

Mastocitos, CRF1 y estrés

Los mastocitos son células inmunes que desempeñan un papel clave en las enfermedades inflamatorias y alérgicas, como el asma, el síndrome del intestino irritable, la anafilaxia o reacción alérgica grave y el lupus.

En respuesta a los alérgenos, como el polen, los ácaros del polvo o los cacahuetes, los mastocitos liberan una sustancia química llamada histamina, que actúa para eliminar estos alérgenos del cuerpo. Este proceso es lo que desencadena los síntomas de la alergia, que incluyen ojos llorosos, secreción nasal e inflamación de las vías respiratorias.

Investigaciones anteriores han demostrado que la actividad de los mastocitos, un tipo de célula inmunitaria, aumenta en respuesta al estrés psicológico, y esto también puede causar enfermedades.

Sin embargo, ¿cuáles son los mecanismos subyacentes para esta respuesta al estrés? Esto es lo que Moeser y sus colegas intentaron averiguar.

Para su estudio, los investigadores observaron dos grupos de ratones: uno que tenía receptores CRF1 normales en sus mastocitos y otro que carecía de receptores CRF1.

CRF1, también conocida como hormona liberadora de corticotropina, es un péptido involucrado en la respuesta del cuerpo al estrés.

En el estudio, ambos grupos de ratones estuvieron expuestos a estrés psicológico y estrés alérgico, en los que el sistema inmunológico se vuelve hiperactivo.

CRF1 "críticamente involucrado"

Los investigadores encontraron que los ratones con receptores CRF1 normales en sus mastocitos experimentaron un aumento en los niveles de histamina en respuesta a ambas condiciones de estrés, y esto condujo a la enfermedad.

Sin embargo, los roedores que carecían de receptores CRF1 demostraron niveles bajos de histamina en respuesta al estrés y experimentaron menos enfermedades. Los ratones que carecían de receptores CRF1 vieron una disminución del 54 por ciento en la enfermedad en respuesta al estrés alérgico y una disminución del 63 por ciento en la enfermedad en respuesta al estrés psicológico.

Según Moeser, estos hallazgos muestran "que CRF1 está críticamente involucrado en algunas enfermedades iniciadas por estos factores estresantes".

"Los mastocitos", explica, "se activan mucho en respuesta a situaciones estresantes que el cuerpo puede estar experimentando".

“Cuando esto sucede”, continúa diciendo, “CRF1 le dice a estas células que liberen sustancias químicas que pueden provocar enfermedades inflamatorias y alérgicas como el síndrome del intestino irritable, asma, alergias alimentarias potencialmente mortales y trastornos autoinmunes como el lupus. "

Si bien se requieren más estudios, el equipo cree que los hallazgos podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para las enfermedades inducidas por el estrés.

“Todos sabemos que el estrés afecta la conexión cuerpo-mente y aumenta el riesgo de muchas enfermedades”, dice Moeser. "La pregunta es, ¿cómo?"

"Este trabajo es un paso fundamental en la decodificación de cómo el estrés nos enferma y proporciona una nueva vía objetivo en los mastocitos para terapias que mejoren la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades comunes relacionadas con el estrés".

Adam Moeser

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