Cómo la fibra y las bacterias intestinales revierten el daño causado por el estrés

En el mundo estresante en el que vivimos, muchos de nosotros estamos deseosos de proteger nuestro cuerpo de los efectos nocivos que puede producir el estrés. Un nuevo estudio insinúa que una dieta rica en fibra podría contribuir de alguna manera a lograrlo.

Un nuevo estudio analiza en profundidad los vínculos entre las bacterias intestinales y el estrés.

Las bacterias que viven en nuestro intestino son tan numerosas como las células de nuestro cuerpo. A medida que avanza la investigación médica, la influencia que estos miles de millones de diminutas criaturas tienen en nuestra salud se hace cada vez más evidente.

No es de extrañar que puedan desempeñar un papel en los problemas gastrointestinales, pero la influencia del microbioma vuela mucho más lejos.

Más recientemente, se ha hecho evidente que existe una relación significativa entre las bacterias intestinales y los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.

Estrés, intestino y cerebro

Aunque la idea de que un microorganismo en nuestros intestinos afecte nuestro bienestar mental parece un salto, el intestino y el cerebro están profundamente entrelazados. Por ejemplo, la mayoría de la gente sabrá cómo una situación angustiosa puede influir en la velocidad de nuestros intestinos y, viceversa, cómo el hambre puede ensombrecer nuestro estado de ánimo.

Un cerebro con problemas puede informar al intestino y un intestino con problemas puede informar al cerebro.

El estrés, aunque es un estado mental, puede afectar físicamente nuestro sistema gastrointestinal y las bacterias residentes en él. Un estudio reciente encontró que los altos niveles de estrés pueden afectar a las bacterias intestinales en un grado similar al de una dieta alta en grasas; mientras que otros estudios han demostrado que reducir la cantidad de bacterias en el intestino puede producir actividad inducida por el estrés en ratones.

Entonces, parece que el camino corre en ambos sentidos: el estrés puede alterar las bacterias intestinales y las bacterias intestinales pueden influir en los niveles de estrés. Es una web complicada.

Una investigación reciente, publicada en La Revista de Fisiología, analiza cómo las bacterias intestinales están involucradas en los problemas de salud intestinal inducidos por el estrés. El trabajo se llevó a cabo en APC Microbiome Ireland en University College Cork y Teagasc Food Research Center en Irlanda.

El papel de los AGCC

El equipo de científicos estaba interesado en los ácidos grasos de cadena corta (AGCC).Las bacterias intestinales producen AGCC cuando digieren fibra; las células del colon luego utilizan los AGCC como su principal fuente de energía, lo que los hace vitales para una buena salud intestinal.

Los investigadores encontraron que cuando introdujeron SCFA en las entrañas de los ratones, los comportamientos basados ​​en el estrés y la ansiedad se redujeron significativamente.

Después de demostrar que los AGCC reducen la ansiedad, querían comprender cómo estas pequeñas moléculas influían en el daño intestinal físico relacionado con el estrés.

Conocido como intestino "permeable", los altos niveles de estrés a lo largo del tiempo aumentan la permeabilidad del intestino. Esto significa que las partículas, como las bacterias y los alimentos no digeridos, pueden pasar más fácilmente al torrente sanguíneo, lo que puede causar una inflamación crónica dañina.

Los investigadores encontraron que al introducir SCFA, reducían la filtración intestinal causada por el estrés persistente.

“Existe un reconocimiento creciente del papel de las bacterias intestinales y los químicos que producen en la regulación de la fisiología y el comportamiento. El papel de los ácidos grasos de cadena corta en este proceso es poco conocido hasta ahora ".

Autor principal, Prof. John F. Cryan

Que significa todo esto?

Las frutas, verduras y cereales contienen de forma natural altos niveles de fibra. Aunque este estudio se realizó en ratones, la inferencia es que una dieta alta en fibra podría hacer que las bacterias intestinales produzcan más AGCC, lo que refuerza las defensas naturales de nuestro intestino contra el daño causado por el estrés.

Por supuesto, será necesaria mucha más investigación antes de que esa conclusión se pueda escribir en piedra; como dice el profesor Cryan, "será crucial que analicemos si los ácidos grasos de cadena corta pueden mejorar los síntomas de los trastornos relacionados con el estrés en los seres humanos".

El trabajo futuro también deberá profundizarse para comprender mejor exactamente cómo los SCFA brindan estos beneficios. Es probable que desentrañar las travesuras moleculares detrás de escena sea un desafío.

Los autores esperan que los hallazgos actuales, eventualmente, ayuden en el "desarrollo de terapias dirigidas a la microbiota para los trastornos relacionados con el estrés".

Sin embargo, por ahora, intentar minimizar el estrés en la vida mientras aumenta el consumo de frutas y verduras probablemente sea una recomendación sensata, ya sea que afecte los niveles de AGCC o no.

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