Cómo reducir su riesgo de asma

El asma hace que las vías respiratorias de las personas sean hiperreactivas, lo que las hace más pequeñas y, a menudo, provoca dificultad para respirar. Si bien no siempre es posible prevenir el asma, las personas pueden intentar evitar factores de riesgo como fumar, tener sobrepeso y tener una exposición prolongada a la contaminación del aire.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el asma es responsable de alrededor de 10 muertes por día en los Estados Unidos.

Aunque el asma afecta tanto a niños como a adultos, los adultos tienen cuatro veces más probabilidades de morir por complicaciones relacionadas con el asma que los jóvenes.

Por lo tanto, es fundamental prevenir los síntomas del asma siempre que sea posible. A continuación, se enumeran algunos factores de riesgo de asma evitables.

1. Fumar

El tabaquismo y la exposición al humo de segunda mano pueden desencadenar síntomas de asma.

La exposición directa al humo del cigarrillo puede irritar las vías respiratorias y aumentar la probabilidad de que una persona con asma presente síntomas más frecuentes y graves.

Esto también es válido para el humo de segunda mano. Incluso cuando las personas fuman fuera de la casa o en un automóvil, el humo persistente y los productos químicos pueden exponer a otras personas al humo de segunda mano.

Los niños cuyas madres fuman cigarrillos durante el embarazo también tienen un mayor riesgo de asma que los niños cuyas madres no lo hacen, según la Asociación Estadounidense del Pulmón.

2. Obesidad

Los médicos aún no están seguros de la causa subyacente, pero la obesidad parece estar relacionada con el asma. Los científicos tienen la teoría de que la obesidad puede causar inflamación en el cuerpo, incluso en las vías respiratorias, lo que lleva al asma.

La obesidad aumenta la cantidad de factores inflamatorios específicos que pueden aumentar la cantidad de glóbulos blancos en el cuerpo. Esto puede causar inflamación e irritación de las vías respiratorias.

3. Contaminación del aire

Las personas que viven en áreas urbanas, donde hay más humo y smog, tienen más probabilidades de tener asma. El smog es una contaminación del aire más oscura que tiende a estar presente en las ciudades más grandes con más vehículos y fábricas.

El ozono, que es un componente importante del smog, puede desencadenar síntomas de asma como sibilancias y dificultad para respirar.

Además del ozono, el smog contiene dióxido de azufre, que puede irritar las vías respiratorias y desencadenar ataques de asma.

4. Exposiciones ocupacionales

Los científicos han relacionado la exposición a irritantes como los pesticidas con un mayor riesgo de asma. Este riesgo se extiende más allá de quienes trabajan con plaguicidas, como los agricultores.

De hecho, otros grupos en riesgo incluyen:

  • hijos de trabajadores de pesticidas que almacenan equipos cerca de la casa o usan ropa que lleva residuos de pesticidas
  • personas que viven cerca de áreas o fábricas tratadas con pesticidas
  • personas que viven en áreas agrícolas donde es probable que la fumigación de pesticidas ocurra en interiores o al aire libre

La exposición a productos químicos agresivos, como los productos de limpieza, también puede ser un factor de riesgo de asma. Esto es especialmente cierto para los productos de limpieza en aerosol distribuidos en el aire.

5. Alergias

La caspa de las mascotas puede provocar asma alérgica.

Los alérgenos como la caspa de las mascotas y el polen pueden desencadenar ataques de asma. Las personas que tienen afecciones relacionadas con alergias, como eccema y rinitis alérgica, tienen más probabilidades de tener asma.

Como resultado, evitar los desencadenantes alérgicos puede ayudar a prevenir las reacciones del asma.

Los ejemplos de alérgenos que pueden desencadenar el asma incluyen:

  • caspa de mascota
  • ácaros del polvo
  • molde
  • polen

Si ciertos alérgenos desencadenan síntomas de asma, es vital evitarlos siempre que sea posible.

6. Infecciones respiratorias

Los niños con asma que tienen infecciones de las vías respiratorias superiores tienen más probabilidades de experimentar sibilancias. Durante una infección de las vías respiratorias superiores, como un resfriado, las vías respiratorias pueden ser más propensas a las sibilancias que pueden provocar síntomas de asma.

Si bien no siempre es posible prevenir las infecciones de las vías respiratorias superiores, es fundamental tomar medidas para prevenir enfermedades en los niños. Un cuidador puede lograr esto fomentando el lavado frecuente de manos y evitando la exposición a personas con resfriados u otras infecciones respiratorias.

Historia familiar

Los científicos han encontrado más de 100 genes potencialmente responsables del asma, según un artículo de estudio en el Revista italiana de pediatría. Sin embargo, ningún gen por sí solo causa asma.

Algunas investigaciones sugieren que entre el 35 y el 95 por ciento de las personas con antecedentes familiares de asma contraerán la afección, según un artículo de estudio de la revista. Pediatría y neonatología.

Aunque no es posible cambiar los antecedentes familiares, las personas pueden saber que otros miembros de su familia tienen asma y buscar tratamiento si comienzan a tener síntomas similares al asma.

Estas personas también pueden evitar los desencadenantes comunes del asma si saben que tienen una predisposición genética a la enfermedad.

Tratamiento y prevención

Las vacunas infantiles pueden ayudar a prevenir infecciones respiratorias.

Algunas estrategias para ayudar a prevenir los síntomas del asma incluyen:

  • dejar de fumar y abstenerse de fumar cerca de otras personas, especialmente niños
  • Evitar lugares públicos donde se fuma cigarrillos.
  • limitar la exposición al aire libre en días con mucho smog o humo
  • Fomentar una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
  • Fomentar las vacunas infantiles que pueden prevenir infecciones respiratorias comunes que podrían provocar un empeoramiento de los síntomas del asma.
  • Evitar los alérgenos que desencadenan los ataques de asma, como la caspa de las mascotas, los ácaros del polvo, el moho y el polen.

Una persona debe considerar hablar con su médico si cree que los alérgenos están desencadenando su asma.

Reconocer los síntomas del asma, como sibilancias, tos que empeora por la noche y dificultad para respirar, es vital porque puede ayudar a las personas a buscar tratamientos adecuados para la afección.

Se estima que el 75 por ciento de los ataques de asma graves se pueden prevenir, según la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología.

Los médicos pueden recetar muchos tipos y combinaciones de tratamientos diferentes para ayudar a una persona a tratar su asma. Esto incluye inhaladores para abrir las vías respiratorias, medicamentos esteroides para reducir la inflamación y otros medicamentos orales que ayudan a reducir la reactividad de las vías respiratorias.

Si una persona los toma constantemente, los medicamentos junto con los esfuerzos preventivos pueden ayudar a prevenir que ocurran los ataques de asma.

Resumen

El asma puede afectar la calidad de vida de una persona y causar dificultad respiratoria grave que a veces puede poner en peligro la vida. Conocer los factores de riesgo y los desencadenantes de la afección puede ayudar a una persona a participar en los esfuerzos preventivos.

Si una persona tiene asma o le preocupan los factores de riesgo, es importante que hable con su médico sobre cómo manejar sus síntomas de manera constante y eficaz.

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