Depresión mayor: el tejido cerebral revela cambios genéticos específicos del sexo
Los hombres y las mujeres pueden beneficiarse de diferentes tratamientos para la depresión. Esta es la conclusión de un nuevo estudio publicado en la revista Psiquiatría biológica, que identificó alteraciones opuestas en los cambios de expresión génica entre hombres y mujeres con la afección.
Los investigadores han descubierto que los hombres y mujeres con depresión mayor tienen cambios opuestos en la expresión genética.La depresión mayor, o trastorno depresivo mayor, es un trastorno de salud mental en el que los síntomas depresivos persisten durante al menos 2 semanas.
Dichos síntomas incluyen sentimientos continuos de tristeza, ansiedad, desesperanza o culpa, pérdida de interés en actividades y pasatiempos, falta de energía y, en algunos casos, pensamientos suicidas.
Se estima que en 2016, alrededor de 16,2 millones de adultos en los Estados Unidos experimentaron al menos un episodio de depresión mayor.
Tales episodios fueron casi dos veces más comunes entre las mujeres que entre los hombres.
Dada la diferencia en la prevalencia de la depresión mayor entre los sexos, los científicos han investigado si podría haber distinciones en los mecanismos moleculares que provocan la depresión mayor en hombres y mujeres.
Un estudio que fue informado por Noticias médicas hoy el año pasado identificó diferentes respuestas en la circunvolución supramarginal y las regiones cerebrales de la corteza cingulada posterior de participantes masculinos y femeninos con depresión.
En este último estudio, la autora principal, la Dra. Marianne Seney, Ph.D., del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh en Pensilvania, y sus colegas señalaron diferencias genéticas específicas entre hombres y mujeres con depresión mayor.
Los resultados tienen "implicaciones significativas"
Los investigadores llegaron a sus hallazgos analizando el tejido cerebral de 50 adultos fallecidos que tenían depresión mayor. De estos sujetos, 26 eran hombres y 24 eran mujeres.
Específicamente, los investigadores buscaron alteraciones genéticas en tres regiones del cerebro. Estas regiones fueron la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza cingulada anterior subgenual y la amígdala basolateral, todas las cuales están implicadas en la depresión.
A modo de comparación, el equipo también estudió el tejido cerebral post mortem de hombres y mujeres sin depresión mayor.
El estudio identificó 706 genes que se expresaban de manera diferente en hombres con depresión mayor y 882 genes que se expresaban de manera diferente en mujeres con el trastorno.
Curiosamente, de los pocos cambios en la expresión de genes que se compartieron entre hombres y mujeres, los investigadores identificaron solo 21 genes que estaban alterados en la misma dirección. Cincuenta y dos cambios en la expresión génica que se compartían entre hombres y mujeres se modificaron en diferentes direcciones.
Como ejemplo, los investigadores encontraron que las mujeres con depresión mayor mostraban un aumento en la expresión de genes que influyen en la función de las sinapsis, que son estructuras que permiten la comunicación entre neuronas. Pero los hombres con depresión mayor mostraron una reducción en estos mismos genes.
Los autores también informan que los cambios de expresión génica opuestos eran específicos de las diferentes regiones del cerebro. Por ejemplo, si una mujer con depresión mayor mostrara un aumento en la expresión de un gen dentro de una determinada región del cerebro, un hombre mostraría una reducción en la expresión de este gen y viceversa.
El Dr. Seney y sus colegas señalan que debido a que su estudio analizó el tejido cerebral post mortem, no pudieron evaluar si los cambios de expresión génica opuestos que identificaron condujeron a diferencias en la forma en que la depresión mayor afecta a hombres y mujeres.
Aún así, creen que sus resultados sugieren que los hombres y las mujeres pueden requerir diferentes enfoques de tratamiento para el trastorno.
"Estos resultados tienen implicaciones significativas para el desarrollo de posibles tratamientos nuevos y sugieren que estos tratamientos deben desarrollarse por separado para hombres y mujeres".
Dra. Marianne Seney, Ph.D.