Las personas con trastorno de estrés postraumático podrían beneficiarse de la medicación para reducir el miedo

El trastorno por estrés postraumático ha resultado difícil de tratar a largo plazo. Mezclar la terapia psicológica con un fármaco novedoso podría ayudar.

Una nueva investigación sugiere que los medicamentos pueden ayudar a reducir el miedo en el TEPT.

En junio, los investigadores llevaron a cabo una revisión para determinar si la medicación o la terapia psicológica era el mejor tratamiento para el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Debido a la falta de estudios comparativos, los investigadores no pudieron llegar a una conclusión. Sin embargo, un nuevo estudio tiene como objetivo ver si una combinación de las dos formas de tratamiento podría ser más eficaz.

Una terapia psicológica que los médicos suelen utilizar en el tratamiento del TEPT es la terapia de exposición prolongada o EP. La EP implica exponer a las personas con un recuerdo traumático a ese recuerdo una y otra vez.

La esperanza es que, eventualmente, las personas ya no se sientan asustadas cuando se enfrenten con el recuerdo. Los médicos conocen este principio como el aprendizaje de la extinción del miedo.

Si bien la EP es el tratamiento recomendado para el TEPT, algunas personas no muestran signos de mejoría. Algunos que se benefician regresan a su estado original con el tiempo.

Encontrar una manera de hacer que la educación física sea más efectiva podría ser crucial para ayudar a los 8 millones de personas que viven con PTSD cada año a sobrellevar los recuerdos traumáticos. También podría ayudar a minimizar las dificultades para dormir y la evitación que van de la mano con su condición.

Desaprender el miedo

Según investigadores de la Universidad de Linköping en Suecia, un fármaco que afecte positivamente al sistema endocannabinoide podría ser clave. El sistema endocannabinoide utiliza sustancias del cuerpo del tipo del cannabis para controlar las emociones, como el miedo, la ansiedad y el estrés.

Los investigadores experimentaron con un fármaco específico que bloqueaba la enzima amida hidrolasa de ácido graso (FAAH) y aumentaba los niveles de anandamida, que es un endocannabinoide en el cerebro relacionado con el miedo y la ansiedad.

El fármaco que utilizó el equipo fue un inhibidor de la FAAH que los científicos desarrollaron inicialmente como analgésico. Aunque resultó ineficaz para este propósito, los investigadores pensaron que podría ayudar al cerebro a erradicar el miedo innecesario.

Entonces, el equipo diseñó un estudio de placebo a pequeña escala en el que ni los investigadores ni los participantes sabrían quién estaba recibiendo el medicamento real.

El estudio aparece en la revistaPsiquiatría biológica.

Los investigadores le dieron a 29 personas un placebo y 16 personas recibieron el medicamento real. Todos los participantes estaban sanos.

Todos los voluntarios tomaron la medicación durante 10 días, tras lo cual se sometieron a pruebas psicológicas y fisiológicas.

Una prueba se centró en el principio de extinción del miedo utilizado en la EP. Implicaba asociar el sonido de las uñas al raspar una pizarra con la imagen visual de una lámpara azul o roja.

Después de que los voluntarios demostraron una respuesta de miedo a la lámpara, los investigadores les mostraron repetidamente la imagen sin el sonido de la uña. El objetivo era eliminar el miedo asociado con la lámpara.

Un día después, los participantes se sometieron a otra prueba para ver si aún sentían miedo al ver la lámpara.

Emocionantes hallazgos

“Vimos que los participantes que habían recibido el inhibidor de la FAAH recordaban mucho mejor la memoria de la extinción del miedo”, afirma la investigadora principal y becaria postdoctoral Leah Mayo.

Los investigadores también consideraron que el fármaco era seguro y no observaron efectos secundarios adversos significativos.

Mayo dice que los hallazgos son "muy emocionantes" y dice que el medicamento "puede ofrecer una nueva forma de tratar el TEPT y también otras afecciones psiquiátricas relacionadas con el estrés".

Sin embargo, queda un largo camino por recorrer antes de que eso se convierta en una realidad. Primero, los investigadores deberán estudiar el medicamento en personas con TEPT para ver si tiene el mismo efecto positivo.

Los investigadores requerirán un tamaño de muestra mucho mayor y deberán examinar las diferencias de sexo para determinar si existen variaciones en hombres y mujeres.

Los hallazgos siguen siendo un logro, señala el profesor Markus Heilig. “Numerosos tratamientos prometedores que surgen de la investigación básica sobre trastornos psiquiátricos han fallado cuando se probaron en humanos”, dice.

"Este es el primer mecanismo en mucho tiempo en el que los resultados prometedores de experimentos con animales parecen mantenerse cuando se ponen a prueba en personas".

Markus Heilig

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