Pruebas de radiología para la esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una afección de salud crónica en la que se daña la mielina, la cubierta que protege las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal de una persona. El daño es visible en una resonancia magnética.

Estos cambios interrumpen las comunicaciones entre el cerebro y el resto del cuerpo y provocan una variedad de síntomas.

Los síntomas varían entre las personas, pero pueden incluir dolor y hormigueo en las extremidades, problemas de visión, trastornos de la función intestinal y de la vejiga, dificultad para caminar, fatiga y debilidad o entumecimiento en el cuerpo.

Actualmente no existe cura para la esclerosis múltiple (EM), pero la medicación puede mejorar las perspectivas a largo plazo en algunos casos. Las pautas actuales recomiendan comenzar el tratamiento lo antes posible para obtener la máxima eficacia.

Sin embargo, para hacer esto, es fundamental tener un diagnóstico preciso. Ninguna prueba puede diagnosticar la EM de manera definitiva, pero las pruebas de imagen y el análisis del líquido cefalorraquídeo pueden ayudar a los médicos a identificar la afección.

Los médicos a menudo usan una resonancia magnética para examinar el cerebro y la médula espinal e identificar cualquier daño que pueda indicar EM. También utilizan pruebas de imágenes para rastrear la progresión de la enfermedad a lo largo del tiempo.

Radiología en el diagnóstico de la EM

Una resonancia magnética es una herramienta útil para diagnosticar la EM.

Los médicos no saben exactamente por qué ocurre la EM, pero parece ocurrir cuando el sistema inmunológico ataca por error la vaina de mielina que protege las células nerviosas.

Las lesiones resultantes, o áreas de cicatrices, son visibles en las imágenes por resonancia magnética del cerebro y la médula espinal.

La EM puede ser difícil de diagnosticar porque comparte síntomas con otras afecciones y no afecta a todos de la misma manera.

Es importante que una persona obtenga un diagnóstico correcto lo antes posible para que pueda comenzar el tratamiento adecuado.

Criterios

Los médicos usan pautas específicas llamadas criterios de McDonald para decidir si una persona tiene EM.

Antes de confirmar un diagnóstico de EM, un médico debe identificar indicadores de lesiones o daños en al menos dos áreas del cerebro, la médula espinal o los nervios ópticos.

También debe haber evidencia de que el daño a cada una de estas lesiones ocurrió en un momento diferente. Una lesión que ha existido durante algún tiempo generalmente se verá diferente a una recién formada.

Además, una persona debe haber experimentado un ataque de síntomas que duró 24 horas o más sin recuperación y no se presentó junto con signos de fiebre o infección.

Para obtener más información sobre la EM, lea nuestro artículo dedicado aquí.

Descartando otras condiciones

Otras pruebas pueden ayudar a descartar otras afecciones que pueden tener síntomas similares, como:

  • deficiencia grave de vitamina B-12
  • enfermedad vascular del colágeno
  • Síndorme de Guillain-Barré

En un tipo particular de EM, conocido como síndrome clínicamente aislado (CIS, por sus siglas en inglés), una persona puede experimentar un episodio de daño similar a la EM pero luego no volver a notar ningún síntoma adicional.

Que esperar

Antes de someterse a una resonancia magnética, la persona deberá firmar un formulario de consentimiento para indicar que está de acuerdo con la prueba y el radiólogo le hará una serie de preguntas.

Es posible que la persona necesite usar una bata y tendrá que quitarse las alhajas metálicas, los audífonos o los artículos metálicos que pueda llevar puesto, porque el procedimiento implica un imán potente.

Una persona que lleve marcapasos o que tenga algún tipo de metal en su cuerpo debe conocer los detalles de estos dispositivos, para poder explicárselo al profesional sanitario. Algunos dispositivos son aceptables durante una resonancia magnética, pero otros no.

Una resonancia magnética es indolora, pero la generación del campo magnético puede ser muy fuerte. Los ruidos suenan como golpes y golpes. Los tapones para los oídos pueden ayudar a que el ruido sea más manejable.

Las personas con claustrofobia pueden sentirse incómodas o ansiosas dentro de la máquina de resonancia magnética en forma de tubo. Algunas máquinas de resonancia magnética están abiertas y no tienen túnel, pero no siempre producen imágenes de tan alta calidad.

Por lo tanto, la mayoría de los médicos recomiendan la resonancia magnética en forma de túnel para la detección de la EM. A veces le darán a una persona medicamentos antes de la prueba para ayudar a reducir la ansiedad.

La prueba de resonancia magnética puede durar de 15 minutos a una hora o más.

Después de la prueba, una persona generalmente puede volver a sus actividades cotidianas. Si recibieron medicamentos sedantes, es posible que necesiten ayuda de otra persona para llegar a casa.

¿Cómo funciona la resonancia magnética para la EM?

Una resonancia magnética es una prueba de imágenes que utiliza un campo magnético y ondas de radio para crear una imagen midiendo el contenido de agua en los tejidos. No implica exposición a la radiación.

Es un método de diagnóstico por imágenes eficaz que los médicos pueden utilizar para diagnosticar la EM y controlar su progresión.

Una resonancia magnética es útil porque la mielina, la sustancia que destruye la EM, está formada por tejido graso.

La grasa es como el aceite porque repele el agua. A medida que una resonancia magnética mide el contenido de agua, las áreas de mielina dañada se mostrarán más claramente. En una exploración por imágenes, las áreas dañadas pueden aparecer blancas o más oscuras, según el tipo de escáner o secuencia de resonancia magnética.

Algunos ejemplos de tipos de secuencias de resonancia magnética que los médicos usan para diagnosticar la EM incluyen:

Ponderado en T1: el radiólogo inyectará a una persona un material llamado gadolinio. Por lo general, las partículas de gadolinio son demasiado grandes para pasar a través de ciertas partes del cerebro. Sin embargo, si una persona tiene daño en el cerebro, las partículas resaltarán el área dañada. Una exploración ponderada en T1 hará que las lesiones aparezcan oscuras para que un médico pueda identificarlas más fácilmente.

Exploraciones ponderadas en T2: en una exploración ponderada en T2, un radiólogo administrará diferentes pulsos a través de la máquina de resonancia magnética.Las lesiones más antiguas aparecerán de un color diferente a las lesiones más nuevas. A diferencia de las imágenes de exploración ponderadas en T1, las lesiones aparecen más claras en las imágenes ponderadas en T2.

Recuperación de inversión atenuada por líquido (FLAIR): las imágenes FLAIR utilizan una secuencia de pulsos diferente a la de las imágenes T1 y T2. Estas imágenes son muy sensibles a las lesiones cerebrales que suele causar la EM.

Imágenes de la médula espinal: el uso de una resonancia magnética para mostrar la médula espinal puede ayudar al médico a identificar las lesiones que ocurren aquí y en el cerebro, lo cual es importante para hacer un diagnóstico de EM.

Algunas personas pueden tener riesgo de sufrir una reacción alérgica al gadolinio que utilizan las exploraciones ponderadas en T1. El gadolinio también puede aumentar el riesgo de daño renal en personas que ya tienen alguna disminución en la función renal.

¿Qué significan los resultados?

El médico le explicará los resultados y lo que significan.

Un radiólogo que se especializa en interpretar imágenes analizará los resultados de una resonancia magnética. Enviarán estos resultados al médico de la persona para que los interprete.

El médico decidirá si los resultados indican EM o si las lesiones podrían deberse a otra causa, como un accidente cerebrovascular previo, migrañas o presión arterial alta.

El envejecimiento también puede hacer que las personas, en particular las mayores de 50 años, desarrollen pequeñas lesiones en el cerebro que no tienen relación con la EM. Si bien los médicos aún pueden usar una resonancia magnética para tratar de establecer si una persona mayor tiene EM, el diagnóstico puede ser más difícil.

Las pruebas de resonancia magnética son importantes para diagnosticar la EM, pero no son las únicas pruebas que utilizará un médico porque las lesiones de la EM no siempre aparecen en una exploración.

Outlook ¿Cuál es la perspectiva para una persona con EM? Descubra más aquí.

Otras pruebas

Los médicos pueden utilizar otras pruebas además de los exámenes radiológicos para diagnosticar la EM. Estos pueden incluir:

Evaluación del líquido cefalorraquídeo (LCR): esta prueba implica insertar una aguja en el canal espinal y extraer el líquido cefalorraquídeo. La presencia de proteínas específicas en el LCR puede indicar que una persona puede tener EM.

Pruebas de potenciales evocados: una prueba de potenciales evocados mide cómo responde el cerebro de una persona a ciertos estímulos. Los ejemplos de estímulos incluyen luces intermitentes o impulsos eléctricos que un médico aplica a las piernas o los brazos de la persona. Esta prueba puede ayudar a diagnosticar la EM porque le permite al médico detectar la eficacia y la rapidez con la que viaja un impulso neurológico.

Obtenga más información aquí sobre las pruebas para diagnosticar la EM.

Viviendo con EM

Una persona que recibe un diagnóstico de EM podrá discutir su plan de tratamiento con un médico.

Es posible que necesiten más pruebas de resonancia magnética para recopilar más información que pueda ayudar a los médicos a decidir los mejores métodos de tratamiento y monitorear la progresión de la enfermedad.

Por ejemplo, si un médico prescribe un tratamiento en particular que tiene como objetivo evitar que los síntomas empeoren, pero una exploración muestra que las lesiones se están volviendo más pronunciadas, es posible que la persona necesite un tratamiento diferente.

Tipos

Los cuatro tipos principales de EM son:

Síndrome clínicamente aislado: los síntomas aparecen solo una vez y luego parecen desaparecer.

EM remitente-recurrente (EMRR): EMRR es el tipo más común e incluye brotes, durante los cuales los síntomas empeoran, y momentos de remisión, cuando desaparecen casi por completo antes de regresar durante un brote en una fecha posterior.

EM primaria progresiva (EMPP): después de aparecer, los síntomas de EMPP se vuelven progresivamente más graves.

EM secundaria progresiva (SPMS): al principio, la persona experimenta un brote de síntomas seguido de recuperación. Luego, sin embargo, los síntomas vuelven a aparecer y empeoran gradualmente.

Obtenga más información aquí sobre los diferentes tipos de EM.

Opciones de tratamiento

Algunos medicamentos más nuevos pueden reducir el riesgo de brotes de EM.

La EMRR puede responder a un conjunto emergente de medicamentos llamados terapias modificadoras de la enfermedad (DMT).

Los DMT tienen como objetivo ralentizar la progresión de la EM e incluyen:

  • interferones beta
  • acetato de glatiramer
  • fumarato de dimetilo

Algunos medicamentos están disponibles en forma de inyecciones o medicamentos orales, mientras que otros son infusiones que un médico administrará a intervalos regulares.

Algunos de estos medicamentos pueden tener efectos adversos, pero las nuevas opciones de tratamiento están demostrando ser más seguras y eficaces que las antiguas. Un médico puede hablar con una persona sobre el cambio a un medicamento más nuevo.

Sin embargo, es poco probable que estos medicamentos ayuden a una persona con una forma progresiva de EM.

Manejo de brotes y síntomas

Otros medicamentos, como los corticosteroides, pueden reducir la inflamación de los nervios y son útiles para tratar los brotes o los síntomas que de repente se vuelven graves. Los esteroides no cambiarán las perspectivas a largo plazo de una persona con EM, pero pueden ayudar a mejorar su comodidad y calidad de vida.

Las complicaciones que pueden surgir incluyen problemas de vejiga e intestinos, fatiga, dolor y debilidad. Un médico puede recetar diferentes medicamentos para ayudar a controlar estos síntomas.

Si una persona nota efectos secundarios o un empeoramiento de sus síntomas, debe informar a su médico.

Opciones y terapias de estilo de vida

La terapia física, ocupacional y de otro tipo también puede mejorar la movilidad y la calidad de vida con EM.

Seguir un estilo de vida saludable, que incluye una dieta nutritiva, hacer ejercicio con regularidad y evitar fumar, puede ayudar a mejorar el bienestar y puede prevenir el empeoramiento de la EM y sus complicaciones.

Signos tempranos

Algunos de los primeros signos comunes de la EM incluyen pérdida de la visión, problemas para mantener el equilibrio, entumecimiento u hormigueo y dificultad para tolerar el calor. Si una persona experimenta estos síntomas, debe consultar a su médico lo antes posible para una evaluación.

panorama

La EM es una afección progresiva de por vida que, en algunos casos, puede presentar síntomas graves.

Sin embargo, la mayoría de las personas con EM experimentan síntomas de leves a moderados y continúan moviéndose. Una persona con EM puede esperar vivir tanto como una persona sin EM, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares.

Hay tratamiento y apoyo disponibles para ayudar a una persona a controlar su afección.

El desarrollo de medicamentos para la EM avanza rápidamente. En el futuro, las nuevas terapias, como la terapia con células madre, pueden proporcionar formas de detener el daño que causa la EM y posiblemente revertir el curso de la enfermedad.

¿Cómo afecta la EM a la esperanza de vida? Descubra más aquí.

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