Usar células madre para combatir la osteoartritis

En un estudio preliminar reciente, los científicos utilizaron células madre para aliviar la osteoartritis. Aunque el ensayo fue a pequeña escala, los resultados son prometedores y allanarán el camino para estudios más amplios.

Un estudio piloto reciente investiga las células madre como un tratamiento potencial para la osteoartritis.

La osteoartritis de la rodilla (KOA) ocurre cuando el cartílago, el sistema de amortiguación natural de la articulación, se rompe en la rodilla.

Sin este amortiguador, los huesos pueden entrar en contacto entre sí, provocando dolor, rigidez y pérdida de flexibilidad.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la osteoartritis afecta a aproximadamente 30 millones de personas en los Estados Unidos.

La osteoartritis es predominantemente una enfermedad de la vejez, que afecta a más de una de cada 10 personas mayores de 60 años.

A medida que la población de los EE. UU. Está envejeciendo lentamente, es probable que la cantidad de personas con osteoartritis aumente de manera constante.

Aunque las intervenciones físicas y los medicamentos pueden aliviar los síntomas, actualmente no existe una cura porque no es posible regenerar el cartílago. Una vez que la KOA ha progresado hasta las etapas finales, la única opción es el reemplazo quirúrgico de la articulación.

Células madre y artrosis

Recientemente, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Krembil, University Health Network en Toronto, Canadá, investigó el uso potencial de células madre para tratar la KOA. Publicaron sus resultados en la revista CÉLULAS MADRE Medicina traslacional.

Los científicos querían saber si sería posible regenerar el cartílago de la rodilla utilizando células estromales mesenquimales (MSC). Estas células pueden convertirse en varios tipos de células diferentes, incluidos los músculos, los huesos y, lo que es más importante, el cartílago.

En total, el equipo reclutó a 12 participantes con KOA de moderada a grave y extrajo MSC de la médula ósea de cada persona. En este estudio piloto, uno de los principales objetivos era comprender qué constituía una dosis segura y viable, por lo que los investigadores inyectaron a cada participante una de las tres dosis diferentes de MSC.

Durante los siguientes 12 meses, los científicos siguieron a los participantes y evaluaron su progreso mediante una serie de pruebas.Por ejemplo, midieron los niveles de biomarcadores inflamatorios y la tasa de degradación del cartílago, y tomaron resonancias magnéticas regulares de las articulaciones afectadas. También pidieron a las personas que calificaran qué tan bien se sentían que lo estaban haciendo.

Al final del estudio de un año de duración, el equipo descubrió que hubo una reducción significativa del dolor y un aumento en la calidad de vida autoinformada.

Los participantes toleraron bien las tres dosis y no hubo eventos adversos graves. Aquellos que recibieron las dosis más altas experimentaron los resultados más positivos.

Hubo una reducción significativa de la inflamación dentro de las articulaciones de la rodilla de los participantes, lo cual es importante porque los expertos ahora consideran que la inflamación es un factor importante de la osteoartritis. Los autores escriben:

"Los niveles de monocitos / macrófagos proinflamatorios y de interleucina 12 disminuyeron en el líquido sinovial después de la inyección de MSC".

De hecho, los autores creen que gran parte del alivio del dolor podría deberse a esta respuesta antiinflamatoria.

Deficiencias y próximos pasos

Mientras realizaban un estudio piloto, los científicos solo reclutaron a un pequeño grupo de participantes. Los investigadores deberán realizar ensayos mucho más grandes antes de que sea posible utilizar la técnica en pacientes del mundo real.

También vale la pena señalar que, aunque la intervención redujo el dolor y la inflamación, los científicos no detectaron ningún recrecimiento de cartílago, como han informado algunos ensayos anteriores. Este hallazgo, creen los autores, podría deberse a que el ensayo solo incluyó a participantes con osteoartritis en etapa terminal. Sugieren que "tales efectos regenerativos es más probable que se observen en una etapa más temprana [osteoartritis]".

Además, el estudio piloto fue de etiqueta abierta, lo que significa que tanto los investigadores como los participantes sabían quién estaba recibiendo qué dosis.

Sin embargo, dejando de lado las reservas, los investigadores no diseñaron el estudio para ofrecer evidencia concluyente de que el método sea efectivo. En cambio, actúa como un trampolín hacia los esfuerzos futuros.

Además, esta no es la primera vez que los investigadores han enfrentado a las células madre contra la osteoartritis. Por ejemplo, los autores de un estudio de 2015 en el que participaron 30 participantes concluyeron que "la terapia MSC puede ser una alternativa válida para el tratamiento de la osteoartritis crónica de rodilla".

Un estudio de 2016 con 60 participantes llegó a conclusiones similares.

“Este estudio piloto clínico avanza en el campo de la investigación con células madre para pacientes con artritis, mostrando seguridad y brindando información sobre las posibles pautas de eficacia de la terapia. Esperamos obtener resultados de ensayos a mayor escala ".

Dr. Anthony Atala, editor en jefe de CÉLULAS MADRE Medicina traslacional

Si proyectos más extensos pueden replicar los beneficios que han revelado estos estudios preliminares a pequeña escala, las células madre podrían convertirse en el futuro del tratamiento de la osteoartritis.

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