Qué saber sobre el delirio

El delirio es un cambio repentino en la función mental de una persona, que incluye su forma de pensar y su comportamiento o nivel de conciencia. Este cambio a menudo afecta la memoria y la concentración.

Los profesionales médicos aún no comprenden completamente el delirio, pero parece estar asociado con la vejez, la abstinencia de alcohol y ciertas afecciones médicas.

En este artículo, discutimos diferentes tipos de delirio y sus síntomas asociados. También hablamos de las posibles causas y factores de riesgo del delirio. Finalmente, cubrimos el diagnóstico, las opciones de tratamiento y cuándo consultar a un médico.

¿Qué es el delirio?

Una persona que experimenta delirio puede tener dificultades para concentrarse, pensar, recordar y dormir.

El delirio resulta en un cambio repentino en la función mental de una persona, que puede alterar su capacidad para concentrarse, pensar, recordar y dormir. También puede provocar fluctuaciones en su nivel de conciencia.

El delirio puede ocurrir como resultado del envejecimiento, la abstinencia de alcohol, ciertos medicamentos y afecciones médicas subyacentes.

Según los autores de un artículo de 2013, existe un vínculo entre el delirio y los resultados de salud adversos, como estadías prolongadas en el hospital, deterioro cognitivo más rápido y una mayor probabilidad de desarrollar demencia.

El delirio sigue siendo una afección poco conocida y potencialmente infradiagnosticada.

Tipos y síntomas

Los médicos diagnostican a las personas con uno de los tres tipos de delirio, que tienen diferentes síntomas. Los tres tipos son:

  • delirio hipoactivo: las personas pueden sentirse cansadas o deprimidas o moverse más lento de lo normal
  • delirio hiperactivo: las personas pueden sentirse inquietas, agitadas o agresivas
  • delirio mixto: las personas alternan entre estados hipoactivos e hiperactivos

Algunas personas que tienen delirio no experimentan ningún síntoma físico. Los médicos se referirán a esta forma de delirio como delirio sin síntomas motores.

Todos los tipos de delirio pueden incluir los siguientes síntomas:

  • confusión o desorientación
  • pérdida de memoria
  • dificultad para hablar o dificultad para hablar coherentemente
  • dificultad para concentrarse
  • alucinaciones
  • cambios en los patrones de sueño
  • cambios de humor o personalidad

Causas

Los profesionales médicos desconocen la causa exacta del delirio. Sin embargo, la inflamación del cerebro, los desequilibrios en los neurotransmisores y el estrés crónico pueden influir en la aparición de los síntomas.

Las causas del delirio pueden incluir:

  • infecciones, como neumonía e infecciones del tracto urinario
  • desequilibrios en los niveles de acetilcolina o dopamina
  • tumores cerebrales
  • Trauma de la cabeza
  • insuficiencia renal o hepática
  • abuso de alcohol, medicamentos o drogas
  • ciertos medicamentos, como medicamentos para la presión arterial, pastillas para dormir y sedantes
  • exposición a sustancias tóxicas
  • privación extrema del sueño

Factores de riesgo

La cirugía puede aumentar el riesgo de delirio en las personas.

Las personas mayores de 70 años tienen un mayor riesgo de delirio.

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de delirio de una persona incluyen:

  • someterse a una cirugía
  • experimentando un dolor intenso
  • tener antecedentes de afecciones que lesionan el cerebro, como accidente cerebrovascular y demencia
  • tener anemia
  • ser hombre
  • tener una discapacidad funcional
  • tener mala visión y audición
  • tener deterioro cognitivo leve
  • abusar del alcohol
  • tomar drogas psicoactivas legales o ilegales, como opioides, antidepresivos o somníferos hipnóticos

Diagnóstico

Los profesionales de la salud prestan atención tanto a los síntomas físicos como psicológicos al diagnosticar el delirio.

Pueden usar una combinación de evaluaciones de salud cognitiva, exámenes físicos y pruebas de laboratorio para ayudarlos a diagnosticar el delirio e identificar la causa subyacente.

Método de evaluación de la confusión

Los profesionales sanitarios pueden utilizar el método de evaluación de la confusión (CAM) para ayudarles a diagnosticar el delirio. Buscarán las siguientes indicaciones de delirio durante una evaluación CAM:

  • Inicio agudo: ¿La persona muestra un cambio repentino en su estado mental?
  • Falta de atención: ¿Qué tan bien pueden concentrarse en lo que otras personas les dicen? ¿Experimentan cambios en su capacidad de concentración?
  • Pensamiento desorganizado: ¿Su pensamiento sigue un flujo lógico o ilógico? Las personas que tienen pensamientos desordenados tienden a divagar, cambiar de tema al azar o hacer declaraciones irrelevantes durante una conversación.
  • Nivel alterado de conciencia: ¿Muestran signos de estar alerta, hipertenso, letárgico o comatoso?
  • Desorientación: ¿Muestran signos de desorientación o confusión durante la evaluación?
  • Deterioro de la memoria: ¿Tienen dificultades para recordar eventos o instrucciones recientes?
  • Alteraciones de la percepción: ¿ven, oyen o sienten cosas que no existen?
  • Agitación psicomotora: ¿Hay signos de inquietud, como inquietud, golpeteo con los dedos o cambios repentinos de posición?
  • Retraso psicomotor: ¿Miran fijamente al vacío, permanecen en una posición durante mucho tiempo o se mueven lentamente?
  • Ciclo de sueño-vigilia alterado: ¿La persona informa insomnio y fatiga extrema durante el día?

Pruebas fisicas

Junto con la evaluación CAM, los profesionales de la salud pueden utilizar otras pruebas para identificar la causa subyacente del delirio.

Las siguientes pruebas pueden ayudarlos a verificar si hay desequilibrios en la química cerebral o los niveles de electrolitos de una persona y confirmar la presencia de cualquier otra afección médica:

  • análisis de sangre
  • análisis de orina
  • pruebas de drogas y alcohol
  • electrocardiografia
  • radiografía de pecho
  • Tomografía computarizada
  • pruebas de función hepática
  • punción lumbar
  • prueba de tiroides

Delirio frente a otras condiciones

El delirio puede causar síntomas que también aparecen en otras condiciones médicas, como demencia y psicosis. Los profesionales de la salud deben descartar estas otras afecciones antes de poder diagnosticar y tratar el delirio.

Demencia

Al igual que el delirio, la demencia suele afectar a los adultos mayores. Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, aproximadamente el 50% de las personas de 85 años o más pueden tener algún tipo de demencia.

La demencia tiene numerosas causas posibles, que pueden incluir:

  • Heridas en la cabeza
  • enfermedades cerebrovasculares, como accidente cerebrovascular
  • Tumor cerebral
  • la pérdida progresiva de células cerebrales
  • condiciones médicas subyacentes, como el VIH y la enfermedad de Huntington

A diferencia del delirio, que generalmente se resuelve una vez que los médicos tratan la afección subyacente, no existe cura para la demencia. Además, la demencia generalmente se desarrolla durante varios años, mientras que el delirio tiene un inicio agudo, que aparece en días o incluso horas.

Psicosis

La psicosis es un síntoma de varias enfermedades. Altera los pensamientos y las percepciones de la persona, lo que dificulta su identificación con la realidad.

La psicosis es relativamente común. Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales, hasta 3 de cada 100 personas tendrán un episodio de psicosis durante su vida.

Las causas de la psicosis incluyen:

  • trauma físico, emocional, psicológico o sexual
  • uso de sustancias
  • genética
  • lesiones cerebrales traumáticas
  • tumores cerebrales
  • afecciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer
  • condiciones de salud mental, como esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión

Las personas pueden experimentar los siguientes síntomas durante un brote psicótico:

  • ansiedad o depresión general
  • paranoia
  • pensamientos obsesivos
  • cambios en los patrones de sueño
  • cambios repentinos de humor o personalidad
  • alucinaciones o delirios
  • dificultad para concentrarse o enfocarse en un solo tema
  • pensamiento, habla o comportamiento desorganizados
  • falta de respuesta

A diferencia del delirio, los médicos usan medicamentos como tratamiento de primera línea para la psicosis.

Tratamiento

Un médico puede recetar medicamentos para tratar la causa subyacente del delirio.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no ha aprobado ningún medicamento para el tratamiento del delirio en sí. El tratamiento de primera línea para el delirio generalmente se enfoca en identificar y tratar la causa subyacente.

Si el delirio se debe a un cambio en la medicación, es posible que todo lo que se necesite sea suspender la medicación causante.

Los médicos pueden recetar medicamentos para tratar la causa subyacente del delirio. Por ejemplo, si alguien tiene una infección bacteriana no tratada, es probable que un médico le recete un ciclo de antibióticos.

Los médicos pueden recetar dosis bajas de medicamentos psicotrópicos a personas que tienen síntomas graves o peligrosos, como agitación extrema o comportamientos violentos. Ejemplos de medicamentos psicotrópicos que un médico podría recetar incluyen:

  • antidepresivos
  • sedantes
  • bloqueadores de dopamina

Según los autores de un artículo de revisión de 2018, las personas pueden continuar experimentando síntomas de delirio durante varios días o meses después de que los médicos comiencen a tratar la causa subyacente.

Cuando ver a un doctor

Las personas deben comunicarse con un médico u otro profesional de la salud si ellos o un ser querido tienen un cambio rápido en el estado mental o muestran alguno de los síntomas de delirio que mencionamos en este artículo.

Resumen

El delirio se refiere a un cambio repentino en el estado mental, que puede resultar en confusión, problemas de memoria o cambios en el estado emocional o de conciencia de una persona.

Las personas deben comunicarse con un médico si ellos o un ser querido experimentan alguno de los síntomas del delirio.

Las infecciones, los desequilibrios químicos y ciertos medicamentos pueden causar delirio. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno pueden reducir el riesgo de complicaciones futuras.

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