Qué saber sobre la atrofia muscular

El término atrofia muscular se refiere a la pérdida de tejido muscular. Los músculos atrofiados parecen más pequeños de lo normal. La falta de actividad física debido a una lesión o enfermedad, la mala nutrición, la genética y ciertas condiciones médicas pueden contribuir a la atrofia muscular.

La atrofia muscular puede ocurrir después de largos períodos de inactividad. Si un músculo no se usa, el cuerpo eventualmente lo descompondrá para conservar energía.

La atrofia muscular que se desarrolla debido a la inactividad puede ocurrir si una persona permanece inmóvil mientras se recupera de una enfermedad o lesión. Hacer ejercicio con regularidad y probar la fisioterapia pueden revertir esta forma de atrofia muscular.

Las personas pueden tratar la atrofia muscular realizando ciertos cambios en el estilo de vida, probando fisioterapia o sometiéndose a una cirugía.

En este artículo, analizamos algunas otras causas, síntomas y tratamientos de la atrofia muscular.

Causas

Muchos factores pueden causar atrofia muscular, que incluyen:

Nutrición pobre

La atrofia muscular tiene numerosas causas potenciales.

Una mala nutrición puede dar lugar a numerosos problemas de salud, incluida la atrofia muscular.

Específicamente, la Fundación Internacional de Osteoporosis advierte que las dietas bajas en proteínas magras, frutas y verduras pueden conducir a reducciones en la masa muscular.

La atrofia muscular relacionada con la desnutrición puede desarrollarse como resultado de afecciones médicas que afectan la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes, como:

  • síndrome del intestino irritable
  • enfermedad celíaca
  • cáncer

La caquexia es una condición metabólica compleja que causa una pérdida extrema de peso y atrofia muscular. La caquexia puede desarrollarse como síntoma de otra afección subyacente, como cáncer, VIH o esclerosis múltiple (EM).

Las personas que tienen caquexia pueden experimentar una pérdida significativa de apetito o una pérdida de peso involuntaria a pesar de consumir una gran cantidad de calorías.

Edad

A medida que una persona envejece, su cuerpo produce menos proteínas que promueven el crecimiento muscular. Esta reducción de la proteína disponible hace que las células musculares se encojan, lo que resulta en una condición llamada sarcopenia.

Según un informe de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la sarcopenia afecta hasta un tercio de las personas de 60 años o más.

Además de la masa muscular reducida, la sarcopenia puede provocar los siguientes síntomas:

  • debilidad o fragilidad
  • mal equilibrio
  • dificultad para moverse
  • menor resistencia

La pérdida de masa muscular puede ser un resultado inevitable del proceso de envejecimiento natural. Sin embargo, puede aumentar el riesgo de lesiones y afectar negativamente la calidad de vida general de una persona.

Genética

La atrofia muscular espinal (AME) es un trastorno genético que causa la pérdida de las células nerviosas motoras y la atrofia muscular.

Hay varios tipos diferentes de AME que se clasifican en las siguientes categorías:

  • AME vinculada al cromosoma 5: estos tipos de AME ocurren debido a una mutación en el SMN1 genes en el cromosoma 5. Las mutaciones conducen a una deficiencia de la proteína de la neurona motora de supervivencia. La AME generalmente se desarrolla en la infancia, pero puede desarrollarse en cualquier momento de la vida.
  • AME no vinculada al cromosoma 5

La distrofia muscular se refiere a un grupo de afecciones progresivas que causan pérdida de masa muscular y debilidad.

La distrofia muscular ocurre cuando uno de los genes involucrados en la producción de proteínas muta. Una persona puede heredar mutaciones genéticas, pero muchas ocurren naturalmente a medida que se desarrolla el embrión.

Condiciones médicas

Los músculos atrofiados son más pequeños que los músculos sanos.
Crédito de la imagen: OpenStax, 2016.

Las enfermedades y afecciones crónicas que pueden contribuir a la atrofia muscular incluyen:

  • Esclerosis lateral amiotrófica (ELA): también llamada enfermedad de Lou Gehrig, la ELA incluye varios tipos que dañan las células nerviosas motoras que controlan los músculos.
  • EM: esta enfermedad crónica se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca al sistema nervioso central y provoca una inflamación dañina en las fibras nerviosas.
  • Artritis: La artritis se refiere a la inflamación de las articulaciones que causa dolor y rigidez. La artritis puede limitar gravemente la movilidad de una persona, lo que podría provocar atrofia y desuso de los músculos.
  • Miositis: el término miositis se refiere a la inflamación de los músculos. Esta condición causa debilidad y dolor muscular. Las personas pueden desarrollar miositis después de una infección viral o como efecto secundario de una enfermedad autoinmune.
  • Polio: esta enfermedad infecciosa ataca el sistema nervioso. Provoca síntomas similares a los de la gripe y puede resultar en parálisis permanente.

Problemas neurologicos

Una lesión o afección puede dañar los nervios que controlan los músculos, lo que resulta en una afección llamada atrofia muscular neurogénica.

Cuando esto se desarrolla, los músculos dejan de contraerse porque ya no reciben señales del nervio.

Síntomas

Los síntomas de la atrofia muscular varían ampliamente según la causa y la gravedad de la pérdida muscular.

Además de la masa muscular reducida, los síntomas de la atrofia muscular incluyen:

  • tener un brazo o pierna que es notablemente más pequeño que los demás
  • experimentando debilidad en una extremidad o en general
  • tener dificultad para equilibrar
  • permanecer inactivo durante un período prolongado

Tratos

Los tratamientos para la atrofia muscular varían según el grado de pérdida muscular y la presencia de cualquier condición médica subyacente.

El tratamiento de la afección subyacente que causa la atrofia muscular puede ayudar a retrasar la progresión de la pérdida muscular.

Los tratamientos para la atrofia muscular incluyen:

Terapia física

La fisioterapia puede ayudar a mejorar la movilidad en personas con atrofia muscular.

La fisioterapia consiste en realizar estiramientos y ejercicios específicos con el objetivo de prevenir la inmovilidad. La fisioterapia ofrece los siguientes beneficios a las personas que padecen atrofia muscular:

  • previniendo la inmovilidad
  • aumentar la fuerza muscular
  • mejorando la circulación
  • Reducir la espasticidad, que provoca una contracción muscular continua.

Estimulación eléctrica funcional

La estimulación eléctrica funcional (FES) es otro tratamiento eficaz para la atrofia muscular. Implica el uso de impulsos eléctricos para estimular la contracción muscular en los músculos afectados.

Durante FES, un técnico capacitado coloca electrodos en una extremidad atrofiada. Los electrodos transmiten una corriente eléctrica que desencadena el movimiento de la extremidad.

Terapia de ultrasonido enfocada

Esta técnica envía haces de energía ultrasónica a áreas específicas del cuerpo. Los rayos estimulan las contracciones en el tejido muscular atrofiado.

Esta nueva tecnología se encuentra en fase de desarrollo y aún no ha entrado en la fase de ensayo clínico.

Cirugía

Los procedimientos quirúrgicos pueden mejorar la función muscular en personas cuya atrofia muscular está relacionada con afecciones neurológicas, lesiones o desnutrición.

Resumen

La atrofia muscular, o desgaste muscular, se caracteriza por un acortamiento significativo de las fibras musculares y una pérdida de masa muscular general.

Varios factores pueden contribuir a la atrofia muscular, como:

  • permanecer inmóvil durante largos períodos debido a una enfermedad o lesión
  • edad
  • desnutrición
  • genética
  • problemas neurologicos
  • ciertas afecciones médicas, como artritis, miositis, ELA y EM

Las opciones de tratamiento dependerán de cada caso individual, pero pueden incluir fisioterapia, intervención nutricional o cirugía.

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