Lo que debe saber sobre el síndrome de salida torácica

El síndrome de la salida torácica se refiere a un grupo de afecciones caracterizadas por la compresión de los nervios, arterias y venas que pasan a través del espacio entre la clavícula y la primera costilla. Este espacio se conoce como salida torácica.

Cualquier cosa que reduzca el espacio dentro de la salida torácica puede ejercer presión sobre los vasos sanguíneos y los nervios. Esto puede causar dolor en el cuello, los hombros y los brazos.

El síndrome de salida torácica puede desarrollarse si una persona tiene una mala postura, si se lesiona el hombro o si realiza movimientos repetitivos de hombro y brazo.

Las personas tienden a desarrollar síntomas del síndrome de salida torácica en la edad adulta temprana, según los autores de un artículo de 2018.

Los tratamientos para el síndrome de salida torácica incluyen fisioterapia, medicación y cirugía para aumentar el tamaño de la salida torácica y aliviar la presión de los vasos sanguíneos y los nervios.

Siga leyendo para obtener más información sobre el síndrome de salida torácica, sus síntomas y cómo los médicos pueden diagnosticarlo y tratarlo. Este artículo también proporciona algunos ejercicios para fortalecer los hombros que pueden ayudar a reducir los síntomas del síndrome de salida torácica.

Tipos y síntomas

Los síntomas de esta afección varían según el tipo de síndrome de salida torácica que tenga una persona. En las secciones siguientes se analizan los síntomas del síndrome de salida torácica por tipo.

Síndrome de salida torácica neurogénica

Una persona con síndrome de salida torácica neurogénica puede experimentar dolor en el cuello o en el hombro.

El síndrome de salida torácica neurogénica es la forma más común de la afección.

Afecta a grupos de nervios que viajan desde la médula espinal cervical hasta el brazo. Estos nervios forman el plexo braquial.

Este tipo de síndrome de salida torácica tiene subtipos dependiendo de si la compresión afecta las porciones superior o inferior del plexo braquial.

Algunos síntomas del síndrome de salida torácica neurogénica incluyen:

  • dolor o un dolor sordo en el cuello, el hombro, la axila, el brazo o la mano
  • debilidad en el brazo y el hombro
  • entumecimiento o hormigueo en los dedos y la mano
  • cambios en el color y la temperatura de la mano
  • atrofia o atrofia muscular en la mano

Síndrome de salida torácica venosa

El síndrome de salida torácica venosa implica la compresión de la vena subclavia. Este es un vaso sanguíneo grande ubicado profundamente dentro del cuello.

Este tipo de síndrome de salida torácica a menudo se desarrolla como resultado de movimientos repetitivos del brazo.

Los síntomas asociados con el síndrome de salida torácica venosa incluyen:

  • palidez o palidez en un brazo
  • un pulso débil en el brazo
  • dolor, hormigueo o hinchazón en el brazo y la mano
  • debilidad o pérdida de sensibilidad en el brazo y la mano

Síndrome de salida torácica arterial

Este tipo de síndrome de salida torácica ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en la arteria subclavia. Estas arterias suministran sangre a la cabeza, el cuello, los brazos y los hombros.

Según la Organización Nacional de Enfermedades Raras, los coágulos de sangre que comprimen la arteria subclavia generalmente se desarrollan porque una costilla cervical causa cambios en la arteria. Una costilla cervical es una costilla adicional que se forma sobre la primera costilla antes del nacimiento.

El síndrome de salida torácica arterial puede causar los siguientes síntomas:

  • coágulos de sangre
  • hinchazón o enrojecimiento del brazo
  • manos o brazos que se sienten fríos al tacto
  • pesadez del brazo
  • entumecimiento o pérdida de sensibilidad en el brazo o la mano

Causas y factores de riesgo

Varios factores pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle el síndrome de salida torácica. Estos pueden incluir:

  • realizar un trabajo que requiera movimientos repetitivos de brazos, hombros y cuello, como trabajo en la línea de montaje, peinado y ciertas actividades deportivas
  • tener mala postura
  • tener antecedentes de lesiones de tejidos blandos o traumatismos que involucren el cuello
  • levantar cargas pesadas con frecuencia
  • tener una anomalía congénita en la región del cuello, el hombro o el brazo

Las secciones siguientes cubrirán estas posibles causas con más detalle.

Lesiones

Las lesiones que involucran el cuello, como el latigazo, pueden causar inflamación y desgarros en los músculos del cuello. Se puede formar tejido cicatricial cuando el músculo sana, lo que puede ejercer presión sobre los nervios que recorren el brazo.

Postura pobre

Agacharse o cargar con exceso de peso en la región abdominal puede comprimir el espacio entre la clavícula y la caja torácica, dejando menos espacio para los nervios y los vasos sanguíneos.

Anormalidades estructurales

Tener una costilla adicional sobre la primera costilla puede afectar la estructura de la arteria subclavia. Los crecimientos óseos en la clavícula o la primera costilla pueden presionar contra el plexo braquial o los vasos sanguíneos subclavios.

Movimientos repetitivos

Los movimientos repetitivos de brazos y hombros pueden irritar los nervios del plexo braquial o causar hinchazón que constriñe el espacio dentro de la salida torácica.

Diagnóstico

El síndrome de la salida torácica afecta los nervios y los vasos sanguíneos que van desde la base del cuello hasta las axilas y los brazos.

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, los profesionales de la salud pueden tener dificultades para diagnosticar el síndrome de salida torácica porque causa síntomas que ocurren en muchas otras afecciones, que incluyen:

  • síndrome de dolor regional complejo
  • tumores de la médula espinal
  • esclerosis múltiple
  • fibromialgia
  • lesiones del manguito rotador
  • síndrome del túnel carpiano

Los médicos pueden usar una variedad de pruebas para ayudarlos a diagnosticar el tipo y la causa del síndrome de salida torácica.

Por lo general, comenzarán el proceso de diagnóstico revisando el historial médico de una persona y realizando un examen físico.

Los médicos pueden diagnosticar el síndrome de salida torácica venosa y auricular si una persona presenta síntomas físicos como un brazo hinchado o descolorido.

Según el Centro de Información sobre Enfermedades Raras y Genéticas, entre el 80 y el 99% de las personas con síndrome de salida torácica informan parestesia. Esto se refiere a una sensación anormal de hormigueo o picazón que se produce como resultado de la presión o el daño de los nervios periféricos.

Si una persona tiene parestesia u otros síntomas que sugieran afectación de los nervios, es probable que un médico examine los nervios del cuello y los brazos. Pueden hacer esto pidiéndole a una persona que haga cosas que ejerzan presión sobre estos nervios, como inclinar la cabeza hacia atrás, rotar el cuello o doblar y flexionar la muñeca.

Un médico también puede realizar una prueba de bloqueo del músculo escaleno. Esto implica inyectar un anestésico local en los músculos escalenos a cada lado del cuello. Las personas con síndrome de salida torácica neurogénica generalmente experimentarán una mejoría en sus síntomas después de recibir esta inyección.

El médico puede decidir realizar una o más de las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico:

  • electromiografía
  • prueba de velocidad de conducción nerviosa
  • Rayos X
  • resonancia magnética
  • ultrasonido
  • arteriografía o venografía

Tratamiento

Las opciones de tratamiento para el síndrome de salida torácica se centran en reducir síntomas como el dolor y el entumecimiento. El tratamiento específico que recomiende un médico dependerá del tipo y la causa subyacente de la afección de la persona.

Las secciones siguientes cubren las opciones de tratamiento para el síndrome de salida torácica con más detalle.

Terapia física

La fisioterapia puede ayudar a fortalecer y aumentar la flexibilidad de los músculos de los hombros y el cuello. Los médicos pueden recomendar fisioterapia para cualquier tipo de síndrome de salida torácica, pero puede ofrecer beneficios significativos para las personas con mala postura.

La combinación de ejercicios de resistencia y estiramientos de hombros fortalecerá los músculos del hombro y el cuello, lo que puede ayudar a expandir la salida torácica y aliviar la presión de los vasos sanguíneos y los nervios.

Medicamento

Tomar medicamentos antiinflamatorios de venta libre, como ibuprofeno o naproxeno (Aleve), puede ayudar a reducir la hinchazón y aliviar el dolor.

Los médicos también pueden administrar medicamentos trombolíticos para disolver los coágulos de sangre en una vena o arteria. Las personas que tienen síndrome de salida torácica debido a coágulos de sangre pueden tomar anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos en el futuro.

Cirugía

Una persona puede requerir cirugía si sus síntomas no mejoran con medicamentos y fisioterapia.

La cirugía para el síndrome de salida torácica generalmente implica extirpar una sección de la primera costilla y, en algunos casos, extirpar parte del músculo escaleno.

Es posible que un cirujano deba realizar una reconstrucción vascular de las arterias o venas dañadas. La reconstrucción vascular implica reemplazar un vaso sanguíneo dañado por un vaso nuevo, llamado injerto. Los cirujanos pueden utilizar injertos sintéticos o injertos de tejido, que contienen tejido propio de la persona o tejido de un donante.

Ejercicios

Las personas con síndrome de salida torácica pueden trabajar con un fisioterapeuta para crear un plan de tratamiento personalizado que consista en los ejercicios y estiramientos óptimos para sus síntomas.

Algunos ejemplos de ejercicios de hombro que las personas pueden intentar para aliviar los síntomas del síndrome de salida torácica incluyen:

Levanta el brazo

  • Póngase de pie con los pies separados a la altura de las caderas y los brazos relajados.
  • Sostenga un peso pequeño en cada mano.
  • Contrae los músculos abdominales y levanta los brazos hasta que queden alineados con los hombros, creando una forma de T.
  • Baje lentamente los brazos hasta la posición inicial.
  • Contraiga los músculos abdominales y levante los brazos por delante del cuerpo hasta que queden alineados con los hombros.

Tirón de hombro de pie

  • Busque una máquina de cable y baje los cables a la altura de los hombros.
  • De pie frente a la máquina de cable, tome los cables, uno en cada mano, y dé un paso hacia atrás hasta que los brazos estén rectos frente al cuerpo y alineados con los hombros.
  • Asegúrese de que el dorso de las manos mire hacia el techo.
  • Tire lentamente de los cables hacia el cuerpo doblando los codos y tirando hacia el costado de la caja torácica.
  • Mantenga durante 1 o 2 segundos y suelte lentamente, volviendo a la posición inicial.

Apretón escapular

  • Siéntese o párese con los brazos a los lados y la espalda recta.
  • Apriete los omóplatos y manténgalos así durante 3-5 segundos.
  • Relaja los hombros.

Cuando ver a un doctor

Las personas deben consultar a un médico si experimentan algún síntoma del síndrome de salida torácica que dure varios días o semanas.

Aquellos con un diagnóstico de síndrome de salida torácica pueden querer comunicarse con su médico si experimentan algún síntoma nuevo o que empeora.

Resumen

El síndrome de la salida torácica se produce cuando los vasos sanguíneos y los nervios de la salida torácica se comprimen. Esto puede ocurrir por numerosas razones.

Por ejemplo, lesiones como el latigazo cervical pueden causar cicatrices en los músculos del cuello, lo que puede ejercer presión sobre las estructuras dentro de la salida torácica.

La mala postura y los movimientos repetitivos de los hombros y los brazos pueden irritar los músculos y los nervios del hombro, lo que puede provocar inflamación y un aumento de la presión sobre los vasos sanguíneos y los nervios.

La afección causa una variedad de síntomas, según la estructura afectada. Por ejemplo, la compresión de los nervios puede causar atrofia muscular y entumecimiento y hormigueo en brazos, manos y dedos.

La presión sobre los vasos sanguíneos puede provocar coágulos de sangre o hinchazón y decoloración del brazo, la mano o los dedos.

Los médicos pueden tratar el síndrome de salida torácica con fisioterapia, medicamentos y, en casos graves, cirugía.

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