¿Cuál es la diferencia entre IBS e IBD?

La enfermedad inflamatoria intestinal y el síndrome del intestino irritable pueden causar malestar abdominal y diarrea. Enfermedad inflamatoria intestinal es el término para un grupo de afecciones inflamatorias que afectan el tracto digestivo, que incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Si bien los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y el síndrome del intestino irritable (SII) pueden ser similares, estas afecciones tienen diferentes causas y tratamientos.

En este artículo, analizamos los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de la EII y el SII, así como las perspectivas para las personas con estas afecciones.

¿Qué es la EII?

La EII puede provocar deposiciones irregulares o dolorosas.

La EII causa inflamación del tracto gastrointestinal, que comienza en la boca y se extiende a través del estómago y los intestinos hasta el ano. La EII es una afección a largo plazo sin cura.

Los dos tipos principales de EII son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

La enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal o GI. Sin embargo, este tipo de EII afecta con mayor frecuencia al intestino delgado y al inicio del colon. La enfermedad de Crohn puede causar parches de inflamación que dañan múltiples capas de la pared del tracto gastrointestinal.

La colitis ulcerosa causa inflamación del colon y el recto. A diferencia de la enfermedad de Crohn, causa áreas continuas de inflamación que solo afectan la capa más interna de la pared del colon.

Según una revisión de 2014, la enfermedad de Crohn suele ser más grave que la colitis ulcerosa, pero es mucho menos común.

Los médicos no comprenden completamente qué causa la EII, pero creen que ocurre debido a un problema con el sistema inmunológico. La genética también parece jugar un papel, ya que la EII puede ser hereditaria. Ciertos factores del estilo de vida, como fumar, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar EII.

Síntomas de la EII

Los síntomas comunes de la EII pueden incluir:

  • Diarrea
  • heces con sangre y sangrado rectal
  • ganas repentinas de defecar
  • dolor abdominal y calambres
  • una sensación de que los intestinos no están vacíos después de una evacuación intestinal
  • pérdida de peso involuntaria

Otros síntomas pueden incluir:

  • estreñimiento
  • sensación de cansancio
  • pérdida de apetito y náuseas
  • fiebre
  • dolor en las articulaciones
  • sudores nocturnos
  • períodos irregulares en las mujeres

Los síntomas pueden variar considerablemente de una persona a otra según la ubicación y la gravedad de la inflamación. También tienden a aparecer y desaparecer en ciclos, por lo que las personas experimentan brotes, cuando sus síntomas empeoran repentinamente, y períodos de remisión, durante los cuales no presentan o presentan pocos síntomas.

Diagnóstico de EII

Para diagnosticar la EII, un médico generalmente comenzará por tomar un historial médico y realizar un examen físico. También pueden solicitar una o más de las siguientes pruebas para ayudar a su diagnóstico:

  • Radiografía o tomografía computarizada. Estos crean una imagen del interior del cuerpo y le permiten al médico verificar si hay signos de algún problema.
  • Endoscopia. Este procedimiento implica insertar un endoscopio, que es un tubo delgado con una luz y una cámara, por la garganta de una persona hasta el tracto gastrointestinal para buscar signos de EII.
  • Colonoscopia. Esta prueba requiere la inserción de un endoscopio a través del ano de una persona hasta el recto y el colon.
  • Análisis de sangre. Un profesional de la salud puede analizar una pequeña muestra de sangre de una persona para buscar signos de inflamación y descartar otras afecciones.
  • Pruebas de heces. Estos requieren que el individuo proporcione una muestra de sus heces para su análisis. Los médicos usan pruebas de heces para descartar otras afecciones.

Tratamiento de la EII

Un médico recetará medicamentos según la gravedad de la EII.

No existe cura para la EII, por lo que el objetivo es mantener a la persona en remisión. Los médicos utilizan el tratamiento para aliviar los síntomas que experimenta una persona, prevenir los brotes y mantener los períodos de remisión. El tratamiento que elijan dependerá de la gravedad de los síntomas.

Hay muchos medicamentos diferentes disponibles para la EII:

  • Aminosalicilatos, que ayudan a reducir la inflamación. Los médicos suelen recetar estos medicamentos a personas con síntomas leves.
  • Inmunomoduladores, que pueden tratar la EII de leve a moderada e incluyen esteroides y azatioprina, entre otros medicamentos. Los inmunomoduladores actúan suprimiendo la actividad del sistema inmunológico y reduciendo la inflamación.
  • Biológicos. Los médicos tienden a recetar estos medicamentos cuando otros tratamientos no han funcionado. Los productos biológicos se dirigen a partes específicas del sistema inmunológico para reducir la inflamación.

Algunas personas pueden necesitar cirugía para extirpar o desviar partes dañadas de su tubo digestivo. Sin embargo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la cirugía para la EII se está volviendo menos común debido a los avances en los medicamentos.

Perspectiva de la EII

La EII es una afección de por vida para la que actualmente no existe cura. Los síntomas tienden a aparecer y desaparecer en ciclos. A veces, una persona puede encontrar que sus síntomas repentinamente estallan y empeoran. Luego pueden entrar en un período de remisión durante el cual mejoran sus síntomas.

El tratamiento para la EII generalmente se enfoca en aliviar los síntomas de una persona y tratar de inducir y mantener la remisión.

¿Qué es el SII?

El SII es una afección a largo plazo que afecta los intestinos y causa un grupo de síntomas digestivos que tienden a presentarse juntos. A diferencia de IBD, IBS no causa ningún signo visible de daño o inflamación en el tracto GI.

IBS es una condición común. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, el SII afecta a alrededor del 12 por ciento de las personas en los Estados Unidos. Es más común en mujeres que en hombres y es más probable que se desarrolle en personas menores de 50 años que en personas mayores.

No está claro exactamente qué causa el SII, pero los médicos creen que los problemas digestivos y el aumento de la sensibilidad intestinal pueden influir. Los eventos estresantes de la vida y los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, también pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle IBS. Es posible que la afección también sea hereditaria.

Síntomas del SII

Al igual que con la EII, los síntomas del SII tienden a aparecer y desaparecer en ciclos. Los brotes suelen durar varios días y los síntomas pueden empeorar después de comer. Algunas mujeres con SII pueden experimentar más síntomas durante su período.

El SII generalmente implica cambios repentinos en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento. Los síntomas pueden variar de leves a graves y pueden incluir:

  • dolor abdominal y calambres
  • gases e hinchazón
  • una sensación de evacuación intestinal incompleta
  • moco en las heces

Diagnóstico de IBS

Un análisis de sangre puede ayudar al médico a diagnosticar el síndrome del intestino irritable.

Para diagnosticar el SII, un médico generalmente revisará los síntomas y el historial médico de una persona. Es probable que pregunten sobre el tipo y la frecuencia de las deposiciones y la apariencia de las heces. El médico también realizará un examen físico.

No hay pruebas específicas para IBS. Sin embargo, para descartar otras afecciones, un médico puede ordenar:

  • análisis de sangre y heces
  • endoscopia o colonoscopia
  • prueba de hidrógeno en el aliento, que comprueba la intolerancia a la lactosa

Tratamiento del SII

El tratamiento para el SII generalmente implica realizar cambios en la dieta y el estilo de vida. Un médico puede recomendar:

  • comiendo más fibra
  • evitando los alimentos que contienen gluten
  • siguiendo una dieta específica para el SII
  • hacer ejercicio regularmente
  • reducir y manejar el estrés
  • dormir lo suficiente

Un médico también puede recomendar o recetar medicamentos para tratar síntomas específicos del SII. Estos pueden incluir:

  • medicamentos antidiarreicos, como loperamida (Imodium)
  • laxantes o suplementos de fibra para el estreñimiento
  • antiespasmódicos para ayudar a reducir el dolor abdominal y los calambres
  • antidepresivos, que también pueden ayudar a tratar el dolor abdominal y los calambres

Perspectiva del IBS

Actualmente no existe una cura para el SII, y una persona puede encontrar que su SII mejora o empeora con el tiempo. Por lo general, es posible controlar el SII mediante cambios en el estilo de vida y la dieta. Llevar un diario de síntomas para identificar y evitar los desencadenantes, como factores estresantes o ciertos alimentos, también puede ayudar a reducir los brotes.

Un médico también puede recetar medicamentos para aliviar síntomas específicos y brindar consejos dietéticos personalizados para ayudar a minimizar las molestias.

Quitar

La EII y el SII son afecciones a largo plazo que pueden causar síntomas similares, como dolor abdominal y cambios en los hábitos intestinales. Los síntomas tanto de la EII como del SII tienden a aparecer y desaparecer, alternando entre brotes y períodos de remisión. Sin embargo, estas dos afecciones tienen diferentes causas y tratamientos.

La EII, que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, es una afección autoinmune que causa inflamación del tracto GI, mientras que el IBS parece ser el resultado de problemas digestivos y una mayor sensibilidad intestinal. Los medicamentos pueden reducir la inflamación intestinal en personas con EII, mientras que el tratamiento del SII se centra principalmente en los cambios en el estilo de vida y la dieta.

Aunque no existe cura ni para el SII ni para la EII, los investigadores están encontrando formas nuevas y más efectivas de controlar los síntomas y prevenir los brotes de ambas afecciones.

none:  linfoma personas mayores - envejecimiento rehabilitación - fisioterapia