Lo que debe saber sobre el síndrome de Miller Fisher

El síndrome de Miller Fisher, también conocido como síndrome de Fisher, es un trastorno neurológico caracterizado por debilidad repentina en la cara, pérdida de reflejos y mala coordinación.

El síndrome de Miller Fisher (MFS) es una afección nerviosa autoinmune rara. Es una forma menos grave del síndrome de Guillain-Barré.

Siga leyendo para obtener una descripción general del síndrome de Miller Fisher, incluidos los síntomas, el tratamiento y el tiempo de recuperación.

¿Qué es MFS?

El síndrome de Miller Fisher es una afección neurológica que afecta la coordinación y el equilibrio.

MFS es una afección neurológica de aparición repentina que causa problemas con el sistema nervioso periférico, que incluyen:

  • coordinación y equilibrio
  • pérdida de reflejos
  • caída facial
  • problemas para controlar los párpados

MFS a menudo sigue a una enfermedad viral, por lo que muchas personas experimentan síntomas de un resfriado, mono, diarrea u otras enfermedades antes de que aparezca MFS.

MFS es una variante más leve del síndrome de Guillain-Barré (GBS). Ambas se consideran enfermedades autoinmunes que se desarrollan cuando el sistema inmunológico ataca al sistema nervioso.

El GBS puede causar debilidad, hormigueo y parálisis en las extremidades. Las formas más graves de este síndrome pueden dificultar la respiración. Se estima que entre el 5 y el 10 por ciento de las personas con GBS desarrollan parálisis respiratoria que requiere el uso de un tubo de respiración o un ventilador.

La MFS generalmente tiene un buen pronóstico y la mayoría de las personas comienzan a recuperarse en 2 a 4 semanas.Sin embargo, algunas personas experimentan efectos duraderos y pueden ocurrir recaídas.

Alternativamente, los síntomas de MFS podrían indicar el comienzo de GBS. Debido a que el GBS puede causar problemas respiratorios, los médicos pueden hospitalizar a las personas con síntomas de MFS.

¿Qué tan común es MFS?

MFS es un trastorno poco común. El síndrome de Guillain-Barré afecta solo a 1 de cada 100.000 personas. MFS representa solo del 1 al 5 por ciento de estos casos en los países occidentales, pero más en Taiwán y Japón.

Debido a que MFS es una condición tan rara, a veces puede ser difícil de diagnosticar. Es posible que una persona que crea que tiene alguna de estas afecciones deba consultar a un especialista.

Síntomas

La pérdida de reflejos en rodillas y tobillos es un síntoma común.

Los síntomas de MFS generalmente aparecen rápidamente, lo que lo distingue de otras afecciones nerviosas de inicio gradual.

Los tres síntomas principales de MFS son:

  • pérdida del control de los movimientos corporales, incluida la debilidad o los movimientos incontrolados
  • pérdida de reflejos, particularmente en las rodillas y los tobillos
  • debilidad en la cara, que incluye caída de la cara, dificultad para mantener los ojos abiertos y visión borrosa

Para la mayoría de las personas, los síntomas comienzan en los ojos. Muchas personas con MFS tienen dificultades para caminar y pueden caminar muy lentamente. Algunas personas experimentan otros síntomas neurológicos, como dificultad para orinar.

Debido a que el MFS a menudo sigue a una infección viral, las personas con esta afección también pueden tener síntomas de una enfermedad viral.

Tratamiento

Debido a que la MFS es causada por GBS y puede progresar a GBS, el tratamiento para las dos condiciones es idéntico.

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS), existen dos opciones de tratamiento principales para la MFS. El primero implica una inyección de proteínas llamadas inmunoglobulinas en las venas (IV). El enfoque alternativo es un proceso llamado intercambio de plasma, que es un procedimiento para limpiar la sangre.

El intercambio de plasma implica extraer algo de plasma sanguíneo, limpiarlo y luego devolverlo al cuerpo. El intercambio de plasma puede tardar varias horas y es un procedimiento más difícil que la terapia con inmunoglobulinas, por lo que la mayoría de los médicos prefieren el tratamiento intravenoso con proteínas de inmunoglobulina.

Algunas personas que tienen MFS pueden necesitar tratamientos adicionales para mantener el funcionamiento de sus cuerpos. Las personas que desarrollan GBS pueden necesitar usar un ventilador o un monitor cardíaco, y probablemente requerirán un monitoreo continuo en el hospital.

El tratamiento no cura la afección, sino que puede acortar el tiempo de recuperación. El tratamiento de apoyo también puede prevenir las complicaciones graves del SGB. La mayoría de las personas se recuperan de MFS y un estudio de 2007 sugiere que el tratamiento hace poca o ninguna diferencia.

El estudio encontró que la terapia con inmunoglobulinas redujo ligeramente el tiempo que algunas personas experimentaron problemas oculares y problemas de movimiento. Sin embargo, hubo poca diferencia en los tiempos de recuperación entre los que recibieron tratamiento intravenoso, plasmaféresis y ningún tratamiento. El estudio concluyó que ni la terapia con inmunoglobulinas ni el recambio plasmático afectaron los resultados generales.

Tiempo de recuperación

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS), las personas con MFS comienzan a recuperarse de 2 a 4 semanas después de que notan los primeros síntomas. La recuperación completa lleva más tiempo, aunque la mayoría de las personas se recuperan bien en unos 6 meses. Menos del 3 por ciento de las personas con MFS experimentan una recaída meses o años después.

Las personas cuyo MFS progresa a GBS tienen más probabilidades de experimentar efectos a largo plazo. Se estima que el 30 por ciento de las personas con GBS todavía experimentan debilidad 3 años después.

Causas

Los síntomas de MFS se deben a un tipo particular de daño nervioso. Los nervios están protegidos por una sustancia llamada mielina, y cuando la mielina está dañada, los nervios no pueden funcionar normalmente. Este proceso se llama desmielinización.

Los investigadores sugieren que algo, generalmente una infección, hace que el cuerpo produzca un anticuerpo que conduce al MFS. Este anticuerpo daña los nervios periféricos, afectando los ojos, los músculos y, a veces, la vejiga.

Virus particulares que incluyen Campylobacter jejuni, herpes simple y Micoplasma son desencadenantes comunes de GBS. Aunque una infección generalmente causa MFS, no está claro por qué algunas personas desarrollan este síndrome y otras no.

Algunas personas también desarrollan MFS o GBS después de una vacuna o una cirugía.

Diagnóstico

Generalmente, se diagnostica a una persona después de un examen físico.

Los médicos generalmente diagnostican GBS o MFS en función de un examen físico y la evaluación de los síntomas que muestra una persona, así como la rapidez con la que aparecieron los síntomas.

Es esencial que un médico descarte otras afecciones, particularmente aquellas que pueden ser emergencias médicas, como un derrame cerebral o una lesión cerebral. Los médicos pueden realizar exploraciones por imágenes en el cerebro para detectar estas afecciones y también pueden preguntar sobre enfermedades recientes, historial médico y estilo de vida.

Los análisis de sangre pueden detectar un anticuerpo específico llamado anticuerpo anti-GQ1b, que generalmente está presente en personas con MFS o GBS. Una prueba de nervios llamada prueba de velocidad de conducción nerviosa o una punción lumbar que extrae un poco de líquido cefalorraquídeo también pueden ayudar al diagnóstico.

panorama

La mayoría de las personas se recuperan de MFS, algunas incluso sin tratamiento. Aquellos que desarrollan GBS, sin embargo, pueden desarrollar complicaciones graves o incluso potencialmente mortales. Una persona que piensa que podría tener MFS no debe autodiagnosticarse ni asumir que los síntomas desaparecerán por sí solos.

Debido a que otros trastornos, como la poliomielitis, el accidente cerebrovascular o el daño a los nervios, pueden causar síntomas similares a los de MFS, es esencial buscar pruebas completas de un médico que comprenda la salud neurológica.

Informe todos los síntomas a un médico, especialmente aquellos que indiquen problemas neurológicos. La dificultad para respirar siempre debe tratarse como una emergencia médica, por lo que las personas que experimenten debilidad o entumecimiento y dificultad para respirar deben acudir a la sala de emergencias.

Resumen

MFS es una condición poco común y poco conocida. Los médicos aún no comprenden por qué algunas personas desarrollan MFS después de una enfermedad, pero la mayoría de las personas no.

Brindar a un médico información completa sobre el historial de salud y los síntomas puede garantizar un diagnóstico adecuado e incluso puede ayudar a los proveedores médicos a comprender mejor este síndrome desconcertante.

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