Una mejor salud cardíaca puede significar un menor riesgo de demencia en las personas mayores

Los adultos mayores con medidas más ideales de salud cardiovascular tenían menos probabilidades de desarrollar demencia y experimentar deterioro cognitivo.

Mejores medidas de salud cardíaca protegen a las personas mayores de la demencia.

Este fue el principal hallazgo de un estudio reciente ahora publicado en JAMA que siguió a 6.626 personas de 65 años o más en Francia durante una media de 8,5 años.

Basó las medidas de salud cardiovascular en la guía “Simple 7” de la American Heart Association (AHA).

La guía recomienda: dejar de fumar; estar físicamente activo; tener una dieta rica en verduras, frutas y pescado; tener un peso saludable; y controlar la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre.

La autora principal del estudio, la Dra. Cecilia Samieri, de la Université de Bordeaux en Francia, y sus colegas explican en su artículo de estudio que pocos investigadores han "investigado el efecto combinado de estos factores de riesgo sobre el riesgo de demencia y envejecimiento cognitivo".

Aquellos que lo han hecho, observan, han tendido a concentrarse en los primeros cuatro factores de "estilo de vida", a saber, el estado del tabaquismo, la actividad física, la dieta y el peso.

"Niveles óptimos" de salud cardiovascular

Las personas examinadas en la investigación vivían en Burdeos, Dijon y Montpellier, todos en Francia. Ninguno tenía demencia o antecedentes de enfermedad cardiovascular cuando se unió al estudio, que comenzó a reclutar en 1999. Su edad promedio era de 73,7 años y 4.200 eran mujeres.

Todos los participantes realizaron pruebas repetidas de capacidad cognitiva durante el seguimiento. Además, se sometieron a exámenes de detección de demencia y un panel independiente de neurólogos confirmó cualquier diagnóstico.

Al comienzo del estudio, los científicos también evaluaron a cada individuo de acuerdo con qué tan bien coincidían con el "nivel óptimo" de cada una de las siete medidas de salud cardiovascular.

Definieron los niveles óptimos de estas medidas como:

  • nunca haber fumado o haber dejado de fumar durante al menos 12 meses
  • actividad física regular, como caminar al menos 8 horas a la semana o 4 horas a la semana o más de actividad deportiva o de ocio de intensidad moderada
  • al menos una porción diaria de verduras crudas, frutas frescas y frutas o verduras cocidas y dos o más porciones de pescado a la semana
  • un índice de masa corporal (IMC) menor de 25
  • colesterol total por debajo de 200 miligramos por decilitro, sin tratar
  • presión arterial por debajo de 120/80 milímetros de mercurio, sin tratar
  • glucosa en sangre en ayunas por debajo de 100 miligramos por decilitro, sin tratar

Al comienzo del estudio, el 36,5 por ciento de las personas se encontraba en el nivel óptimo en 0 a 2 de las medidas, mientras que el 57,1 por ciento alcanzó niveles óptimos en 3 a 4 medidas y el 6,5 por ciento alcanzó los 5 a 7.

Durante el seguimiento, el panel diagnosticó y confirmó 745 casos de demencia.

El cerebro y el corazón comparten factores de riesgo

Cuando analizaron los resultados al final del estudio, los investigadores revelaron que tener niveles más óptimos de medidas de salud cardiovascular estaba relacionado con un menor riesgo de demencia y una menor tasa de deterioro cognitivo.

Concluyen que:

"Estos hallazgos pueden respaldar la promoción de la salud cardiovascular para prevenir los factores de riesgo asociados con el deterioro cognitivo y la demencia".

Al discutir las limitaciones del estudio, los autores señalan que debido a que incluyó principalmente a personas blancas que viven en entornos urbanos, los resultados pueden no ser típicos de otros grupos.

Otra limitación que destacan es el hecho de que no consideraron cambios en las medidas cardiovasculares de los individuos durante el período del estudio.

En un editorial vinculado, los Dres. Jeffrey L. Saver y Mary Cushman comentan estos resultados y los de otra investigación, liderada por la Universidad de Oxford en Reino Unido, publicada en el mismo número de la revista.

El otro estudio examinó a adultos jóvenes sanos en busca de vínculos entre la salud cardiovascular y las medidas de la estructura y función del cerebro que se evaluaron utilizando tecnología de imágenes de última generación.

Esos resultados mostraron que una buena salud cardiovascular - "ya a esta temprana edad" - estaba relacionada con signos de circulación sanguínea "más robusta" y menos daño de la materia blanca en el cerebro.

“No lograr una salud cardiovascular óptima”, señalan los Dres. Saver y Cushman, "parece comprometer sutilmente la estructura anatómica fundamental del sistema vascular cerebral, además de su fisiología funcional y la integridad del tejido cerebral que nutre".

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