¿Podría un hongo nuevo y único ofrecer una alternativa a los opioides?

Un nuevo hongo descubierto en las aguas estuarinas de Tasmania podría ser la respuesta inesperada a la crisis mundial de opioides, sugiere un estudio actual.

Un hongo presente en el agua del estuario de Tasmania puede producir una alternativa opioide eficaz y segura.

Los opioides, muchos de los cuales son analgésicos recetados, como la codeína, han creado una crisis de salud mundial. Muchos opioides son sustancias altamente adictivas que algunas personas abusan o abusan.

Según datos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, más de 130 personas mueren cada día en los Estados Unidos debido a una sobredosis de opioides.

La Administración de Recursos y Servicios de Salud llama a esto "una epidemia de opioides sin precedentes". La situación ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a alentar a los países a monitorear de cerca el uso de medicamentos opioides.

Pero si bien es útil monitorear el uso de opioides, los científicos están buscando alternativas a los opioides. Están buscando medicamentos que traten el dolor crónico de la misma manera que los opioides, pero es menos probable que dañen la salud o provoquen un uso indebido.

Un descubrimiento novedoso realizado por investigadores de la Universidad de Sydney en Australia, en colaboración con colegas de otras instituciones académicas, puede, en el futuro, conducir al desarrollo de una alternativa tan potente.

El equipo encontró una especie desconocida del hongo. Penicillium en un estuario del valle de Huon en Tasmania. Los investigadores demostraron que este hongo contenía un conjunto de moléculas llamadas "tetrapéptidos", que son aminoácidos.

Estas moléculas tenían una estructura única que emula la forma de las endomorfinas, que son mensajeros químicos opioides naturales que ayudan a aliviar el dolor.

El equipo señala que estos nuevos tetrapéptidos derivados de hongos tienen el potencial de causar menos efectos secundarios que los opioides regulares, al mismo tiempo que brindan un alivio efectivo del dolor.

Una estructura molecular "nunca antes vista"

El autor principal, el profesor Macdonald Christie, y sus colegas explican que el hongo recién descubierto produjo tres versiones diferentes de tetrapéptidos, con una estructura molecular muy interesante e inesperada.

Más específicamente, el equipo encontró que estas moléculas derivadas de hongos tenían una quiralidad sorprendente, o "destreza", que se refiere a la orientación geométrica de la estructura molecular.

Algunas moléculas tienen una propiedad geométrica que significa que pueden tener una estructura de "mano izquierda" o "mano derecha", las dos son imágenes especulares una de la otra.

Además, su orientación puede marcar una diferencia significativa, ya que determinará cómo una molécula “encaja” o reacciona con otras moléculas con las que interactúa.

En la naturaleza, la mayoría de los aminoácidos son "zurdos" y, aunque hay algunas excepciones, los aminoácidos presentes en los mamíferos rara vez son "diestros".

Esto es importante porque, como explican los investigadores en su artículo, que aparece en la revista PNAS - Estudios recientes han enfatizado la importancia de los péptidos (aminoácidos de cadena corta) de origen mamífero en el contexto del desarrollo de nuevas y mejores alternativas a los opioides tradicionales.

Los tetrapéptidos presentes en el recién descubierto Penicillium son especiales precisamente porque muestran "ser diestros". Esta quiralidad inusual permitió a los investigadores determinar las propiedades de estas moléculas y el hecho de que eran una alternativa prometedora a los opiáceos.

“Nadie había sacado nada de la naturaleza, nada más antiguo que un vertebrado que parecía actuar sobre los receptores de opiáceos, y lo encontramos”, dice el profesor Christie.

"La estructura que encontramos nunca se había visto antes".

Prof. Macdonald Christie

El equipo ya presentó una solicitud de patente en Australia y continúa la investigación, con el objetivo de confirmar si las moléculas recién descubiertas pueden conducir al desarrollo de un fármaco novedoso.

Sin embargo, el profesor Christie advierte que incluso si obtienen su confirmación y comienzan más pruebas, podrían pasar otros 10 años hasta que el nuevo analgésico esté disponible comercialmente.

Sin embargo, enfatiza, “[si] si esto tiene éxito y conduce a un nuevo medicamento, reducirá significativamente el riesgo de muerte por sobredosis de medicamentos opioides, como la codeína”.

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