Un compuesto vegetal podría combatir el cáncer de ojo

Una sustancia presente en la popular planta de coralberry puede detener el desarrollo del cáncer de ojo. Los científicos pensaban anteriormente que estos hallazgos eran imposibles.

Coralberries podría eventualmente ayudar a detener la propagación del cáncer de ojo.

Las tasas de supervivencia del cáncer de ojo son generalmente altas, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.

Sin embargo, cuando se vuelve metastásico, es decir, cuando las células cancerosas se desprenden y viajan a otras partes del cuerpo para formar más tumores, esta tasa puede disminuir significativamente.

Por tanto, es fundamental encontrar una forma de ralentizar la progresión del cáncer de ojo.

Los investigadores en Alemania creen que podrían haber encontrado tal método, y todo es gracias a una planta.

La coralberry se origina en Corea. Su fruto rojo vivo lo convierte en una decoración ideal, especialmente durante la temporada navideña. Debido a esta popularidad, los científicos han examinado sus partes con gran detalle.

Sus hojas contienen bacterias que dan como resultado una forma de insecticida natural llamado FR900359 (FR). Esto ha estado en el radar de la comunidad científica durante 30 años.

La sustancia protege al coralberry de los insectos y ha sido el foco de un estudio que afirmaba que la RF podría tratar el asma de manera más eficaz que la medicación estándar.

FR también es objeto de un nuevo estudio, cuyos resultados aparecen en la revista Señalización científica.

Junto con colegas de Estados Unidos, investigadores de las universidades de Magdeburgo y Bonn, ambas en Alemania, creen que han encontrado un nuevo uso para la toxina.

El impacto sorprendente de Coralberry

"La sustancia inhibe un grupo importante de moléculas en las células, las proteínas Gq", explica el Dr. Evi Kostenis, del Instituto de Biología Farmacéutica de la Universidad de Bonn.

Estas proteínas actúan de forma similar a un centro de control de emergencias. Cuando una señal los activa, pueden activar y desactivar las vías metabólicas de las células. Sin embargo, esto solo ocurre durante un corto período de tiempo, después del cual la celda vuelve a su estado normal.

En una forma particular de cáncer de ojo llamada melanoma uveal, dos proteínas Gq permanecen activas permanentemente. La mutación que causa esto hace que las células se dividan continuamente.

Actualmente se desconoce la causa del cáncer, pero es más común en personas de piel clara y ojos azules o verdes.

De acuerdo con el Kellogg Eye Center de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, ocurren solo de cinco a seis casos por millón de personas cada año. Esto aumenta a alrededor de 21 casos por millón de personas en los mayores de 50 años.

Los científicos ya saben que la FR puede evitar que las proteínas Gq se activen al adherirse a ellas. Sin embargo, lo que los investigadores han descubierto ahora es que la RF puede detener la división celular. "Eso es algo que nadie hubiera esperado", dice el Dr. Kostenis.

Esto fue sorprendente, porque los científicos creían que FR ignoraría las proteínas Gq activadas. Por lo tanto, "parecía imposible" que la sustancia pudiera funcionar en proteínas mutadas, explica la Dra. Evelyn Gaffal, ahora en la Universidad de Magdeburg.

Profundizando en el mecanismo

Además de demostrar que la RF es eficaz tanto en proteínas activas como inactivas, su estudio también revela cómo sucede esto. El equipo descubrió que las proteínas Gq mutadas y permanentemente activas a veces regresan a su estado inactivo.

En este momento, la FR retiene la proteína de la misma forma que antes, evitando su activación. A medida que pasa el tiempo, más y más proteínas Gq vuelven a la inactividad, lo que potencialmente ralentiza el melanoma uveal.

Los científicos han observado este efecto en cultivos celulares y en células de ratones con cáncer. Sin embargo, hay un camino por recorrer antes de que puedan probarlo en humanos.

Asegurar que la RF se dirija solo a las células tumorales, no a otros tejidos, será el siguiente paso. Sin embargo, como señala el Dr. Kostenis, "este es un desafío al que también se enfrentan muchas otras quimioterapias".

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