¿Jugar a la pelota o volverse pícaro? La oxitocina afecta el comportamiento cooperativo
La oxitocina, a veces conocida como la "hormona del amor", ayuda a regular las interacciones sociales y sexuales. Mejor conocido por su papel en el vínculo romántico y entre madre e hijo, los científicos ahora están demostrando que también podría influir en si cooperamos con otros en un entorno de equipo.
Nuestros niveles naturales de oxitocina podrían ayudar a determinar si cooperamos o no con los demás.Los investigadores Jennifer McClung, Zegni Triki y sus colegas, de la Universidad de Neuchâtel en Suiza, se han preguntado acerca de nuestra capacidad única para cooperar con otras personas, así como para retirar la cooperación.
Pero, ¿cómo y por qué a veces elegimos ser jugadores de equipo, mientras que otras veces preferimos arriesgarnos e ir solos?
Es probable que muchos factores complejos interactúen para modificar nuestro comportamiento, pero los investigadores decidieron centrarse en uno: nuestros niveles naturales de oxitocina.
La oxitocina es una hormona y un neurotransmisor clave. En un nuevo estudio, cuyos hallazgos ahora se publican en la revista. Actas de la Royal Society B - McClung y su equipo analizaron cómo la oxitocina puede afectar nuestra decisión de cooperar o no, así como las conversaciones que tenemos con personas que percibimos como "compañeros de equipo".
"Hemos analizado por primera vez la participación natural de esta hormona en la cooperación espontánea y la conversación entre las personas", dice McClung.
Un juego revelador de "búsqueda de huevos"
McClung y sus colegas establecieron un experimento de "búsqueda de huevos", que les permitiría observar cuándo los participantes decidieron cooperar o retirar la cooperación, y qué tipo de conversaciones tenían entre ellos en circunstancias de cooperación.
En el juego, a los participantes emparejados se les asignó la tarea de buscar huevos que contengan tornillos de color rojo y azul. A cada jugador de cada pareja se le ofreció una recompensa: un franco suizo por todos los tornillos rojos recolectados, o un franco suizo por todos los tornillos azules.
Luego, los participantes también fueron asignados aleatoriamente a uno de dos grupos - “manzana” o “naranja” - lo que significaba que los miembros de algunas parejas terminaban en el mismo grupo, mientras que otros pertenecían a grupos diferentes.
Esta estrategia potencialmente crearía un sentido de lealtad entre los participantes asignados al mismo grupo.
Durante la caza, a cada jugador se le permitió elegir si cooperar o no con su compañero y ayudarlos a encontrar los tornillos que necesitaban, o si ir solo y recolectar solo los tornillos de colores que ellos mismos buscaban.
Oxitocina, cooperación y afiliación
Para evaluar cómo la oxitocina afecta el comportamiento cooperativo de una persona, los investigadores midieron los niveles naturales de la hormona en muestras de saliva de cada participante.
Los científicos descubrieron que las personas con niveles más altos de oxitocina eran más propensas a colaborar espontáneamente, pero hay una trampa: esta mayor cooperación solo era más probable entre personas que habían sido asignadas al mismo grupo.
"Los mismos niveles altos de oxitocina no tienen ningún efecto en dos personas afiliadas a diferentes grupos (una 'manzana', la otra 'naranja', por ejemplo)", explica McClung.
“Incluso si tienen un alto nivel de oxitocina, las personas de diferentes grupos cazaban solas en lugar de compartir los objetivos de los demás y ayudarse mutuamente”, agrega.
Pero cuando se trataba de conversaciones entre socios, los investigadores se dieron cuenta de que los jugadores con altos niveles de oxitocina hablaban menos sobre los objetivos individuales con sus socios si pertenecían al mismo grupo. En estos casos, la discusión giró más en torno al objetivo del otro, incluidas indicaciones como "tú recoges tus tornillos rojos", pero sin ofrecer ayuda ni unirte a esa búsqueda.
En cuanto a aquellos que pertenecían a diferentes grupos, incluso si tenían niveles más altos de oxitocina, todavía discutían más los objetivos individuales.
Tomados en conjunto, explican los científicos, estos resultados pueden sugerir que la oxitocina ayuda a fortalecer las señales sociales para apoyar el comportamiento socialmente apropiado. En otras palabras, puede ayudar a mantener la cooperación entre personas con la misma afiliación.