¿Podría el apéndice desencadenar la enfermedad de Parkinson?

Un nuevo estudio concluye que para algunas personas, la extirpación del apéndice décadas antes redujo el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson en casi un 20 por ciento.

El apéndice es el apéndice con forma de cola apenas visible que se encuentra en la parte inferior izquierda de este diagrama.

La enfermedad de Parkinson es una afección degenerativa a largo plazo que afecta el sistema nervioso central.

En los Estados Unidos, los profesionales médicos tienden a diagnosticar alrededor de 60.000 casos nuevos cada año.

Los síntomas incluyen temblores, movimientos lentos, rigidez de los músculos y cambios en el habla.

Debido a que la enfermedad de Parkinson aparece casi exclusivamente en adultos mayores, a medida que la población envejece, el número de casos también aumentará.

De hecho, para 2030, puede haber hasta 1,2 millones de personas en los EE. UU. Con la enfermedad de Parkinson. Hasta la fecha, los tratamientos solo ayudan a controlar los síntomas; no hay una cura.

Debido a su creciente prevalencia, es más importante que nunca descubrir pistas sobre cómo y por qué se desarrolla en determinadas personas.

Un estudio reciente se sumergió en los datos de casi 1,6 millones de adultos suecos y los siguió durante un promedio de 52 años. Los hallazgos, publicados esta semana en la revista Ciencias, agregue una perspectiva nueva e intrigante sobre el Parkinson.

Dirigidos por Bryan Killinger, los investigadores se centraron en el apéndice. Esto puede parecer un punto de partida extraño, pero hay un razonamiento sólido detrás de él.

¿Por qué el apéndice?

En muchos casos de Parkinson, los síntomas gastrointestinales se presentan mucho antes de que aparezcan los síntomas neurológicos. En algunos casos, estos síntomas pueden preceder a los síntomas motores en 20 años.

Además, la alfa-sinucleína está presente en los nervios del sistema digestivo; esta proteína es el componente principal de los cuerpos de Lewy, grupos de proteínas en el cerebro, que son un sello distintivo del Parkinson.

La alfa-sinucleína juega un papel importante en la patología de la enfermedad y su presencia en el intestino puede explicar los primeros síntomas digestivos.

Los investigadores creen que la alfa-sinucleína mal plegada en el intestino podría extenderse de una célula a otra antes de llegar finalmente al cerebro. Existe evidencia de que una vez que la proteína se ha plegado incorrectamente, causa una reacción en cadena, extendiendo su nueva forma deformada a sus vecinas.

Esto es similar a cómo las enfermedades priónicas, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, pueden extenderse por todo el cuerpo.

Al igual que con otras partes del sistema gastrointestinal, el apéndice también contiene altos niveles de alfa-sinucleína, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para estudiar.

El análisis del equipo mostró que una apendicectomía redujo el riesgo de desarrollar Parkinson en un 19,3 por ciento.

Más sorpresas en los datos

Cuando profundizaron en los detalles, descubrieron que el efecto era más fuerte para las personas que vivían en áreas rurales. Esto infiere que existe alguna interacción con el medio ambiente. Los autores teorizan que esto podría estar relacionado con los pesticidas, que se han relacionado con el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.

En un análisis más detallado de 849 personas con Parkinson, encontraron que aquellos que se habían sometido a una apendicectomía décadas antes desarrollaron Parkinson un promedio de 3.6 años después. Los autores escriben:

"La presencia de especies patógenas de alfa-sinucleína en el apéndice indica un mecanismo por el cual el apéndice puede contribuir y posiblemente desencadenar el desarrollo de [la enfermedad de Parkinson]".

Para investigar más a fondo, los científicos examinaron los apéndices de participantes sanos. Como era de esperar, dentro de las neuronas y las membranas mucosas del apéndice, encontraron formas de alfa-sinucleína que son propensas a agregarse.

También revelan que esta forma de proteína era más frecuente en los apéndices de las personas con la enfermedad de Parkinson.

Los autores del estudio creen que apuntar a la acumulación de alfa-sinucleína en el apéndice puede ser una nueva y emocionante vía de investigación. Con las preocupantes cifras proyectadas de la enfermedad de Parkinson, es probable que se produzcan nuevas investigaciones al respecto rápidamente.

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