Las diferencias en las bacterias intestinales pueden predisponer a los ataques cardíacos

Un pequeño estudio ha hecho recientemente dos descubrimientos importantes. Primero, que las bacterias presentes en las placas coronarias (del corazón) son proinflamatorias y, segundo, que algunas personas con enfermedades cardíacas albergan diferentes conjuntos de bacterias intestinales que pueden contribuir a su riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

Algunos investigadores creen que las bacterias intestinales pueden contener pistas sobre quién tiene más riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente 735.000 personas en los Estados Unidos experimentan un ataque cardíaco cada año.

Los ataques cardíacos pueden ocurrir cuando una persona ha desarrollado una enfermedad cardíaca. Una característica clave de la enfermedad cardíaca es la acumulación de placa en las arterias. La placa está compuesta de grasa, calcio y otras sustancias.

Sin embargo, algunas personas están más predispuestas a sufrir ataques cardíacos que otras, incluso dentro de una cohorte cuyos miembros padecen enfermedades cardíacas. Entonces, los investigadores han estado tratando de comprender por qué sucede esto.

La semana pasada, Eugenia Pisano de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Roma, Italia, y sus colegas presentaron sus hallazgos sobre este tema en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. Este año, el congreso tuvo lugar en París, Francia.

En un pequeño estudio, Pisano y su equipo investigaron cómo las bacterias pueden influir en la estabilidad de las placas coronarias. Las placas coronarias se forman en las arterias del corazón y, cuando se vuelven inestables, puede producirse un ataque cardíaco.

¿Una nueva pista para la investigación terapéutica?

Para el estudio, los investigadores trabajaron con 30 personas que tenían síndrome coronario agudo. El síndrome coronario se refiere a una multitud de afecciones y eventos caracterizados por un flujo sanguíneo reducido al corazón. Estas afecciones y eventos de salud incluyen angina inestable e infarto de miocardio (ataque cardíaco).

Además, los investigadores también reclutaron a 10 participantes con angina estable, que es una afección cardíaca caracterizada por dolor y malestar en el pecho.

El equipo recolectó muestras fecales de todos los participantes para que pudieran aislar las bacterias intestinales. También extrajeron y analizaron las bacterias de la placa coronaria de los globos de angioplastia. Los médicos utilizan globos de angioplastia para ensanchar las arterias coronarias y mejorar el flujo sanguíneo.

En primer lugar, los investigadores encontraron que las bacterias presentes en las placas coronarias eran proinflamatorias, pertenecientes principalmente a especies, como Proteobacterias y Actinobacterias.

“Esto sugiere una retención selectiva de bacterias proinflamatorias en las placas ateroscleróticas, lo que podría provocar una respuesta inflamatoria y la rotura de la placa”, dice Pisano.

En comparación, las muestras fecales tenían una composición bacteriana heterogénea, con cepas principalmente bacterianas, como Bacteroidetes y Firmicutes.

Los investigadores también descubrieron que las poblaciones de bacterias intestinales diferían entre los dos grupos de participantes. Los individuos con síndrome coronario agudo tenían una mayor proporción de Firmicutes, Fusobacterias, y Actinobacterias en el intestino, mientras que las personas con angina estable tenían una mayor Bacteroidetes y Proteobacterias presencia.

“Encontramos una composición diferente del microbioma intestinal en pacientes agudos y estables”, señala Pisano. Esto sugiere que “[l] os diversos productos químicos emitidos por estas bacterias podrían afectar la desestabilización de la placa y el consecuente ataque cardíaco”.

“Se necesitan estudios para examinar si estos metabolitos influyen en la inestabilidad de la placa”, advierte el investigador, ya que, hasta ahora, no está claro hasta qué punto las bacterias presentes en el intestino o en las placas coronarias influyen en el desarrollo de un infarto.

Sin embargo, Pisano agrega: "Si bien este estudio [actual] es un estudio pequeño, los resultados son importantes porque regeneran la noción de que, al menos en un subconjunto de pacientes, los desencadenantes infecciosos podrían desempeñar un papel directo en la desestabilización de la placa".

“La investigación adicional nos dirá si los antibióticos pueden prevenir eventos cardiovasculares en ciertos pacientes. La microbiota en el intestino y la placa coronaria podría tener una función patogénica en el proceso de desestabilización de la placa y podría convertirse en un objetivo terapéutico potencial ".

Eugenia Pisano

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