Manejo de las exacerbaciones de la esclerosis múltiple (EM)

La esclerosis múltiple es una condición que resulta en daño a los nervios. Las personas con esclerosis múltiple a veces experimentan exacerbaciones en las que los síntomas antiguos empeoran o aparecen otros nuevos.

En la esclerosis múltiple (EM), una persona experimenta una respuesta inmunitaria anormal. El cuerpo ataca la cubierta protectora alrededor de las fibras nerviosas, interrumpiendo las comunicaciones del cerebro.

Potencialmente, esto puede causar daño permanente a los nervios y discapacidad.

Las estimaciones varían en cuanto a cuántas personas afecta la EM. Los Institutos Nacionales de Enfermedades Neurológicas y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) estiman que entre 250.000 y 350.000 personas en los EE. UU. Tienen EM, pero señalan que es difícil saber el número exacto. La Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple acercó el número a 1 millón.

En este artículo, analizamos los diferentes tipos de exacerbaciones o recaídas de la EM y cómo reconocerlas y manejarlas.

Reconociendo una exacerbación

Las exacerbaciones de la EM pueden ser debilitantes, pero prepararse para ellas puede ayudar a preservar la calidad de vida.

Es fundamental saber cuándo se está produciendo una exacerbación o una recaída, ya que recibir tratamiento desde el principio puede ayudar a reducir el impacto de una exacerbación en la vida cotidiana.

Una nueva exacerbación de la EM tendría los siguientes criterios:

  • Los síntomas anteriores se han vuelto más graves o los nuevos síntomas han comenzado a ser evidentes.
  • Los síntomas han persistido durante más de 24 horas. Más comúnmente, los síntomas duran semanas o incluso meses.
  • Debe haber transcurrido un período de 30 días desde el inicio de la recaída anterior.
  • Un profesional de la salud ha descartado otras posibles causas de los brotes, como infecciones, calor y estrés.

Ciertos brotes de síntomas pueden ocurrir por una variedad de razones, pero estos generalmente se resuelven sin un tratamiento activo y no calificarían como exacerbaciones.

Ejemplos incluyen:

  • Los síntomas empeoran con temperaturas altas o bajas que se resuelven después de que se reanuda la temperatura moderada.
  • Fluctuaciones diarias en los síntomas que pueden variar sin motivo, o pueden ocurrir debido a la fatiga o el estrés.
  • Un brote leve de infección que empeora los síntomas sin desencadenar una recaída total, como un virus estomacal.

    Síntomas comunes de recaída

    Los síntomas más comunes de la EM que ocurren durante una recaída incluyen:

    • problemas de equilibrio, coordinación y mareos
    • fatiga
    • problemas de la vista
    • debilidad de la vejiga
    • debilidad en la pierna o el brazo
    • sensaciones de entumecimiento
    • hormigueo
    • reducción de la movilidad
    • problemas de memoria y concentración

    Algunas recaídas son leves y no obstaculizan gravemente el funcionamiento diario. Otros requerirán hospitalización.

    Disparadores

    Ciertas vacunas, como las que contienen patógenos vivos, pueden desencadenar exacerbaciones de la EM en personas que padecen la enfermedad.

    Los posibles desencadenantes de una exacerbación de la EM pueden incluir:

    • Infección: las infecciones virales, bacterianas y micóticas pueden desencadenar una exacerbación de la EM. Es posible que las personas con EM deseen tomar medidas para reducir el riesgo de infección, como evitar a las personas resfriadas.
    • Vacunas: Ciertas vacunas pueden tener vínculos con el desencadenamiento de una recaída de la EM. Los médicos no recomiendan algunas vacunas para las personas con EM, como las que contienen patógenos vivos, incluidas las vacunas para el herpes zóster y la fiebre amarilla.
    • Parto: las exacerbaciones pueden ocurrir durante el tiempo inmediatamente posterior al parto en algunas mujeres que tienen EM. Sin embargo, la lactancia materna puede ofrecer cierta protección.
    • Deficiencia de vitamina D: los niveles bajos de vitamina D pueden contribuir al riesgo de exacerbaciones de la EM. Las personas con EM deben controlar regularmente los niveles de vitamina D y aumentarlos cuando sea apropiado.

    Síntomas generales de la EM

    Los síntomas comunes de la EM pueden incluir:

    • entumecimiento o debilidad de las extremidades
    • dolor
    • hormigueo o picazón
    • temblores, inestabilidad o problemas de coordinación
    • pérdida total o parcial de la visión
    • visión doble
    • dolor de cabeza
    • dificultad para respirar o tragar
    • dificultad para hablar
    • cansancio
    • mareo
    • problemas intestinales y de vejiga
    • problemas sexuales
    • alteraciones emocionales, como depresión y cambios de humor
    • cambios en el pensamiento y la concentración
    • convulsiones
    • pérdida de la audición

    Durante las exacerbaciones, estas comenzarán a exacerbar o empeorar. Dependiendo del tipo de EM, estos se recuperarán durante un período de remisión o se volverán permanentes.

    Tipos

    Las exacerbaciones funcionan de manera diferente en cada tipo de EM.

    Síndrome clínicamente aislado

    El síndrome clínicamente aislado (CIS) es el primer episodio de inflamación del sistema nervioso central y daño a la capa protectora de las células nerviosas. Produce síntomas que duran al menos 24 horas.

    Las personas con CIS a veces desarrollan lesiones cerebrales típicas de las personas con EM. Estas lesiones generalmente sugieren un mayor riesgo de desarrollar EM remitente-recurrente (EMRR). Las lesiones cerebrales son cicatrices y, por lo general, aparecen en las imágenes por resonancia magnética.

    No todas las personas con CIS desarrollan EM. Sin embargo, desde 2017, los criterios de diagnóstico han indicado hallazgos específicos en una resonancia magnética que sugieren un daño anterior en una ubicación diferente del cerebro, así como una inflamación activa en una región que no está causando el episodio de síntomas.

    Las personas que tienen CIS sin estas lesiones cerebrales tienen un riesgo menor de desarrollar EM. Los pacientes con CIS de alto riesgo que reciben tratamiento temprano pueden experimentar un retraso en el desarrollo de EM.

    Esclerosis múltiple remitente-recidivante

    Las personas que tienen un diagnóstico de EMRR a menudo experimentarán exacerbaciones. Estos tienen un comienzo y un final claros. Los síntomas se recuperarán parcial o totalmente fuera de estos ataques.

    A veces, todos los síntomas mejoran, pero los síntomas específicos pueden persistir y volverse permanentes en otras ocasiones.

    Durante la remisión, la EM no suele progresar. Estos períodos de recuperación pueden durar meses o años. Las recaídas a menudo conducirán a cambios en los resultados de la resonancia magnética a medida que ocurren nuevas lesiones cerebrales.

    La EMRR es el tipo más común de EM y representa el 85 por ciento de los diagnósticos iniciales de EM.

    EM primaria progresiva

    La EM progresiva primaria, o EMPP, es un tipo de EM en escalada que empeora desde el inicio de cualquier síntoma sin remisiones o recaídas tempranas. Los síntomas pueden pasar por períodos de inactividad o de progresión, pero no mejoran.

    Las exacerbaciones no ocurren con frecuencia en la EMPP, ya que los síntomas empeoran sin remisión.

    Alrededor del 15 por ciento de las personas con EM tienen la forma PPMS de la enfermedad.

    EM secundaria progresiva

    Esta forma de EM, que los especialistas abrevian como SPMS, es una condición progresiva.

    Por lo general, comienza con un período de EMRR que luego se convierte en un tipo en el que la función cerebral y nerviosa empeora gradualmente sin períodos de remisión. Es más probable que las personas experimenten una exacerbación durante este episodio inicial de EMRR.

    La experiencia de cada persona con RRMS, PPMS y SPMS será diferente, con diferentes síntomas que se intensifican a diferentes velocidades.

    Diagnóstico

    Ninguna prueba puede diagnosticar la EM. Los médicos utilizan muchas pruebas diferentes para descartar otras causas de los síntomas de una persona.

    Los síntomas deben cumplir con criterios específicos para que un médico pueda hacer un diagnóstico de EM. La Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple define los criterios como:

    • al menos dos áreas separadas de daño en el sistema nervioso central
    • evidencia de que el daño anterior ocurrió con al menos un mes de diferencia
    • el descarte de todas las demás causas posibles

    Algunas de las pruebas que los médicos pueden usar para ayudar a identificar la EM incluyen:

    • Exploración de resonancia magnética
    • punción lumbar para obtener muestras de líquido cefalorraquídeo
    • Potenciales evocados o mediciones de la respuesta de la actividad eléctrica del cerebro a la estimulación nerviosa.
    • ciertas pruebas de suero sanguíneo

    Medidas de estilo de vida

    Su empleador debe hacer ajustes en el espacio de trabajo para adaptarse a los síntomas en desarrollo de la EM.

    Las personas que experimentan una exacerbación pueden encontrar que necesitan hacer ajustes en sus vidas personales para permitir que una recaída pase lo más cómodamente posible.

    Éstos incluyen:

    La vida y las tareas del hogar: la menor movilidad y la fatiga pueden reducir la capacidad de una persona para completar todas sus tareas habituales en el hogar. Pida ayuda a sus amigos o familiares con las tareas y los quehaceres diarios. Alternativamente, la atención domiciliaria a corto plazo puede brindar apoyo.

    Impacto emocional: una recaída de la EM puede afectar el bienestar emocional. Las exacerbaciones pueden ocurrir sin previo aviso, causando frustración, enojo y ansiedad sobre el futuro y provocando sentimientos similares en las personas que rodean al individuo con EM.

    Las recaídas pueden generar preocupaciones sobre el trabajo y las relaciones, así como problemas para dormir debido a los medicamentos y al dolor físico.

    Sepa que los sentimientos durante una exacerbación no son para siempre y se volverán más fáciles una vez que los síntomas pasen o mejoren.

    Trabajo: cuando sea posible y necesario, durante una recaída, tómese un tiempo libre del trabajo. Si esto no es posible, entonces una persona puede hablar con su gerente sobre trabajar menos horas o tener un arreglo más flexible.

    Dificultades cognitivas: durante una exacerbación, los pensamientos pueden ser más lentos y la concentración difícil.

    Estos efectos pueden deberse a que el estrés de una recaída es abrumador, pero también pueden ser un efecto directo de la exacerbación. Los médicos se refieren a esto como una recaída cognitiva.

    Si bien estos síntomas suelen desaparecer, es posible que las personas deseen buscar el apoyo de un terapeuta ocupacional o un neuropsicólogo. Podrán ayudar al individuo a controlar los efectos cognitivos de una exacerbación de la EM.

    Las siguientes acciones también pueden ayudar a una persona a prepararse para los efectos de una exacerbación:

    • Realizar un seguimiento de los síntomas diarios de la EM más los cambios físicos o cognitivos en un registro de síntomas.
    • Tener un contacto de emergencia exclusivo para llamar si ocurre una recaída y un plan de contingencia en caso de que no responda.
    • Desarrollar una red de apoyo, tener una lista de personas que pueden ayudar con las tareas más difíciles y abrir un diálogo sobre la necesidad de ayuda en ocasiones.
    • Conocer la política de baja por enfermedad y reincorporación al trabajo de su empleador, o las prestaciones a las que tienen derecho los autónomos si no pueden trabajar por motivos de salud.
    • Tener un suministro de lo esencial para el día a día, como leche y alimentos con fechas de caducidad largas, artículos de tocador y comidas fáciles.

    Tratamiento de las exacerbaciones

    Las personas pueden necesitar o no tratamiento para las exacerbaciones, ya que la mayoría de los síntomas leves, como la fatiga, pueden resolverse sin intervención.

    En casos más graves, los medicamentos que utilizan los médicos para tratar las exacerbaciones incluyen metilprednisolona oral e intravenosa (IV) en dosis altas. La metilprednisolona es un esteroide que puede ayudar a reducir la inflamación.

    Otra opción para tratar las exacerbaciones de la EM es la plasmaféresis o el recambio plasmático. Durante esta terapia, el equipo médico separa el plasma de las células sanguíneas, lo mezcla con una proteína soluble en agua llamada albúmina y la vuelve a introducir en el cuerpo.

    Las personas con EM deben hablar con su equipo de atención médica y evaluar el mejor enfoque de tratamiento para las exacerbaciones de la EM. Los programas de rehabilitación física también pueden proporcionar beneficios.

    Tratamiento para la EM

    Actualmente, no existe una cura completa para la EM. Sin embargo, una variedad de tratamientos pueden ayudar a la recuperación durante las recaídas, retrasar la progresión de la enfermedad y ayudar a controlar los síntomas.

    El tratamiento de la EM incluye el uso de medicamentos, rehabilitación y terapias complementarias y alternativas.

    La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) ha aprobado varios medicamentos para tratar las diversas formas de EM.

    Los medicamentos para inyección incluyen:

    • interferón beta-1a (Avonex, Rebif)
    • interferón beta-1b (Betaseron, Extavia)
    • acetato de glatiramer (Copaxone)
    • acetato de glatiramer, un equivalente genérico de la dosis de 20 miligramos de Copaxone (Glatopa)
    • peginterferón beta-1a (Plegridy)

    Los medicamentos orales incluyen:

    • teriflunomida (Aubagio)
    • fingolimod (Gilenya)
    • dimetilfumarato (Tecfidera)
    • siponimod (Mayzent)
    • cladribina (Mavenclad)

    Los medicamentos infundidos incluyen:

    • alemtuzumab (Lemtrada)
    • mitoxantrona (Novantrone)
    • natalizumab (Tysabri)

    Hay varias opciones de tratamiento disponibles para los diferentes síntomas de la EM. Los médicos personalizarán el tratamiento, según los síntomas específicos que experimente la persona con EM.

    Una persona con EM puede incluir intervenciones de rehabilitación en su plan de tratamiento para ayudar con las tareas diarias. Estos servicios generalmente incluyen terapias físicas, ocupacionales, vocacionales y cognitivas, así como servicios de patología del habla y el lenguaje.

    Además del tratamiento convencional de la EM, algunas personas pueden encontrar útiles las terapias alternativas complementarias. Estos incluyen el uso de acupuntura, modificación de la dieta, masajes, ejercicio, yoga, meditación y manejo del estrés.

    La Academia Estadounidense de Neurología advierte que la marihuana medicinal también podría ayudar a tratar algunos síntomas de dolor y problemas musculares relacionados con la EM.

    Q:

    ¿Cuáles son los primeros signos de la EM?

    A:

    Los primeros signos de la EM son, con mayor frecuencia, alteraciones en la visión de una persona. Estos signos pueden implicar pérdida de visión o visión doble.

    Las respuestas representan las opiniones de nuestros expertos médicos. Todo el contenido es estrictamente informativo y no debe considerarse un consejo médico.

    none:  ojo seco dermatología Sindrome de la pierna inquieta