Los investigadores se acercan a un nuevo mecanismo de depresión
Una característica clave de la depresión clínica es la anhedonia, la total falta de placer en cosas y actividades que solían ser gratificantes. Un nuevo estudio en ratas ha descubierto un factor biológico importante que contribuye a este estado.
Los investigadores han encontrado un nuevo "actor clave" en la depresión, y el descubrimiento también podría conducir a terapias para otras afecciones.La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que en todo el mundo, más de 300 millones de personas de todas las edades viven con depresión. Además, agrega la OMS, esta condición también es "la principal causa de discapacidad en todo el mundo".
En los Estados Unidos, más de 16,1 millones de adultos han recibido un diagnóstico oficial de trastorno depresivo mayor, según la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión.
Vivir con depresión puede afectar significativamente la calidad de vida de una persona. En parte, esto se debe a que un rasgo principal de la depresión es la anhedonia: la incapacidad de disfrutar de experiencias que solían ofrecer una sensación de placer, como comer buena comida, participar en pasatiempos o tener relaciones sexuales.
Se encuentran disponibles medicamentos reconocidos y aprobados para tratar los síntomas de la depresión, los más comunes de los cuales son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS.
Sin embargo, los ISRS pueden tardar mucho en comenzar a ser efectivos y muchas personas con depresión no experimentan ninguna mejora después de tomar estos antidepresivos.
Ahora, un equipo de investigadores del Departamento de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga en España ha identificado un nuevo mecanismo que parece contribuir significativamente a la anhedonia.
Los resultados de este estudio, que los investigadores realizaron en ratas, aparecen en el Revista de Psicofarmacología. Los autores creen que sus hallazgos pueden, en el futuro, conducir a nuevas terapias para la depresión.
Potencial "para un sinfín de estrategias terapéuticas"
En el estudio, los investigadores se centraron en el papel que desempeña una molécula de señalización neuronal (un neuropéptido) llamada galanina en la regulación de las emociones.
Según estudios previos en animales, señala el equipo en el documento de estudio, la galanina contribuye a los mecanismos relacionados con la ansiedad, así como a los mecanismos que inducen la depresión.
Para la nueva investigación, los investigadores querían averiguar si la galanina también juega un papel en la facilitación de la anhedonia. Más específicamente, se centraron en un fragmento particular de galanina: GAL (1-15).
“Hemos verificado a través de diferentes experimentos cómo los animales modifican su respuesta a estímulos apetitivos de alto refuerzo, como la sacarina o la atracción sexual, tras la administración del fragmento de galanina”, explica el coautor Carmelo Millón.
El equipo descubrió que la administración de GAL (1-15) en una concentración de 3 nanomoles llevó a los animales a desarrollar fuertes comportamientos y síntomas de anhedonia. Por ejemplo, ya no parecían desear aparearse ni apreciar la sacarina, a la que generalmente responden bien.
Los investigadores identificaron una asociación entre estos cambios y alteraciones en el sistema cerebral que es responsable de la liberación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que es un componente clave en la respuesta de recompensa del cerebro. Este “programa” cerebral estimula a las personas a participar en comportamientos que promueven la supervivencia, como comer y tener relaciones sexuales.
GAL (1-15) pareció reducir la actividad del circuito de recompensa en ratas, haciendo que estos animales respondan mucho menos a la comida normalmente apetitosa y la promesa de apareamiento.
Si bien esto puede ser un descubrimiento relativamente menor, los investigadores creen que si obtienen una comprensión suficientemente buena de cómo funciona la galanina en el cerebro, esto podría conducir a nuevos tratamientos no solo para la depresión sino también para los trastornos de adicción. Un circuito de recompensa que funciona mal también caracteriza estas condiciones.
“La comprensión de estos mecanismos abre el camino a un sinfín de estrategias terapéuticas, de ahí su importancia”.
Carmelo Millón