Salud cardíaca vegetariana: un estudio identifica beneficios y riesgos

Los autores de un gran estudio a largo plazo concluyen que el pescatarianismo y el vegetarianismo tienen una asociación con un riesgo reducido de cardiopatía isquémica, pero señalan que los vegetarianos tienen un riesgo ligeramente mayor de accidente cerebrovascular.

Un nuevo estudio a gran escala coloca los efectos sobre la salud del vegetarianismo bajo el microscopio una vez más.

En los últimos años, un número creciente de personas ha decidido reducir la cantidad de carne en su dieta.

Los vegetarianos, veganos y pescatarianos (personas que comen pescado pero no carne) son un grupo demográfico en crecimiento.

Seguir cualquiera de estas dietas sin carne no es nada nuevo, pero debido al aumento de popularidad, los investigadores están ansiosos por comprender las posibles implicaciones para la salud.

Un estudio reciente, que se incluye en BMJ, analiza específicamente las dietas a base de plantas y su efecto sobre el riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca isquémica (CI).

La CI se refiere a cualquier problema que se produzca debido a un estrechamiento de las arterias del corazón. Sin tratamiento, puede provocar un ataque cardíaco.

¿Qué sabemos ya?

Estudios anteriores han concluido que los vegetarianos tienen un menor riesgo de obesidad y CI, pero como explica una revisión de investigaciones relevantes, es necesario realizar más estudios a largo plazo que involucren a un mayor número de personas.

En cuanto al riesgo de accidente cerebrovascular, solo unos pocos estudios han analizado la relación entre una dieta basada en plantas y el riesgo de accidente cerebrovascular. Según los autores del estudio actual, estos "no encontraron diferencias significativas en el riesgo de muerte total por accidente cerebrovascular entre vegetarianos y no vegetarianos".

El último estudio tuvo como objetivo llenar algunas de estas lagunas. En total, los científicos tomaron datos de 48.188 personas a las que siguieron durante un promedio de 18,1 años.

Los participantes, que tenían una edad promedio de 45 años al inicio del estudio, no tenían antecedentes de IHD o accidente cerebrovascular.

Los investigadores asignaron a cada participante a uno de tres grupos:

  • Comedores de carne: personas que informaron haber comido carne
  • Comedores de pescado: los que comen pescado pero no carne
  • Vegetarianos y veganos: personas que no comían carne ni pescado

El equipo combinó veganos con vegetarianos para el análisis principal debido a la pequeña cantidad de veganos en el conjunto de datos.

Mediante cuestionarios alimentarios, los investigadores también pudieron evaluar la ingesta general de alimentos y los niveles de nutrientes. Además de la información dietética, recopilaron información sobre factores como el índice de masa corporal (IMC), la altura y la presión arterial.

Una espada de doble filo

Durante los 18,1 años de seguimiento, hubo 2.820 casos de CI y 1.072 casos de ictus.

Después de ajustar por factores sociodemográficos y de estilo de vida, el análisis reveló relaciones tanto positivas como negativas entre la salud cardiovascular y la reducción de la ingesta de carne.

La tasa de CI entre los pescatarianos fue un 13% más baja que la de los consumidores de carne, mientras que los vegetarianos tuvieron una tasa un 22% más baja. Para poner estos números en perspectiva, los autores explican:

“Esta diferencia fue equivalente a 10 casos menos de cardiopatía isquémica […] en vegetarianos que en consumidores de carne por cada 1000 habitantes durante 10 años”.

Según los autores, esta asociación positiva parece deberse, al menos en parte, a tasas más bajas de hipertensión y diabetes, así como a niveles más bajos de IMC y colesterol. Sin embargo, incluso después de que los científicos habían ajustado los datos para tener en cuenta estos factores, el efecto seguía siendo "marginalmente significativo".

Por el contrario, los vegetarianos tenían un 20% más de accidentes cerebrovasculares que los consumidores de carne. Esta diferencia equivale a tres casos más de accidente cerebrovascular por cada 1.000 personas durante 10 años. Esta asociación se debió principalmente a un accidente cerebrovascular hemorrágico más que a un accidente cerebrovascular isquémico.

Ningún estudio previo ha demostrado este tipo de relación entre el vegetarianismo y el riesgo de accidente cerebrovascular. Los autores creen que esto podría deberse a que trabajos anteriores informaron la mortalidad por accidente cerebrovascular en lugar de la incidencia. Los accidentes cerebrovasculares solo son fatales en el 10-20% de los casos, por lo que muchos casos no se contabilizarían para el total informado.

Por qué los científicos vieron este aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular es un tema de debate. Los autores creen que podría deberse a niveles más bajos de otros nutrientes circulantes en la sangre de los vegetarianos. Estos pueden incluir aminoácidos esenciales y vitaminas B-12 y D.

Fortalezas, limitaciones y trabajo adicional

El estudio tiene varios puntos fuertes; En primer lugar, los investigadores utilizaron una muestra de gran tamaño y un período de seguimiento prolongado. También vincularon a los participantes con sus registros médicos para garantizar la recopilación precisa de los resultados de salud.

Además, los investigadores comprobaron los hábitos alimenticios de los participantes en dos momentos con años de diferencia, y encontraron que la adherencia era buena en general.

Sin embargo, existen ciertas limitaciones. Por ejemplo, los participantes autoinformaron su dieta, lo que deja margen para errores y declaraciones erróneas. La dieta también puede fluctuar durante días, semanas y años.

Además, los investigadores no tuvieron acceso al uso de medicamentos, incluidas las estatinas, entre los participantes.

Como el estudio es observacional, no es posible concluir que el efecto sea causal. En otras palabras, los cambios en el riesgo podrían deberse a otros factores que los científicos no midieron.

Por último, debido a que los participantes eran predominantemente europeos y blancos, es posible que los hallazgos no sean de aplicación generalizada.

Un editorial del profesor Mark A. Lawrence y la profesora Sarah A. McNaughton de la Universidad de Deakin en Australia acompaña al artículo.

En él, los autores piden cautela, explicando cómo las conclusiones se basan "en los resultados de un solo estudio, y el aumento es modesto en relación con los consumidores de carne".

También explican que los estudios "han informado sobre todo asociaciones protectoras entre las dietas vegetarianas y los factores de riesgo de enfermedades crónicas".

Estos resultados seguramente abrirán un debate y generarán más investigaciones. Que el vegetarianismo proteja contra la CI no es sorprendente dados los hallazgos anteriores. Sin embargo, el hecho de que renunciar a la carne pueda aumentar ligeramente el riesgo de accidente cerebrovascular es inesperado. Seguro que habrá más trabajo.

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