Cáncer de cerebro: el litio puede restaurar la función cognitiva después de la radiación

El tratamiento con radiación salva vidas, pero también puede tener un efecto perjudicial en el cerebro. Los nuevos hallazgos sugieren que un medicamento conocido puede revertir el daño.

Una nueva investigación en ratones encuentra que el litio puede restaurar algunas de las funciones cognitivas que las personas pierden como resultado de la radioterapia.

El litio podría convertirse en el "primer tratamiento farmacológico de los efectos cognitivos tardíos en los supervivientes de cáncer infantil", según un equipo de investigación del Karolinska Institutet en Estocolmo, Suecia.

"En los últimos años, la oncología pediátrica ha mejorado para salvar vidas, pero lo hace a un alto costo", afirma el profesor Klas Blomgren, consultor del Departamento de Salud de la Mujer y el Niño del instituto.

“Prácticamente todos los niños que han recibido radioterapia por un tumor cerebral desarrollan problemas cognitivos más o menos graves”, continúa. "Esto puede causar dificultades para aprender o socializar e incluso para mantener un trabajo en el futuro".

Encontrar una manera de limitar o incluso revertir este daño fue el propósito de un nuevo estudio, que aparece en Psiquiatría molecular.

¿Cómo actúa el litio?

Según la Universidad de California en San Francisco, más de la mitad de las personas con un tumor cerebral que se someten a radioterapia experimentan un deterioro cognitivo.

Además, un estudio de 2013 en el Revista de oncología clínica encontró que después de dicha terapia, los niños pequeños mostraron una caída "significativa" en las puntuaciones de CI.

Sin embargo, el litio, un medicamento que los médicos suelen utilizar para tratar el trastorno bipolar, puede revertir este daño.

Los expertos no están seguros de cómo funciona el litio, pero los nuevos hallazgos sugieren que afecta a dos proteínas importantes.

Uno, llamado Tppp, es necesario para ayudar a las células a mantener su forma, mientras que el otro, GAD65, juega un papel en la regulación de la comunicación de las células cerebrales.

En el estudio, los investigadores administraron litio a ratones hembra 4 semanas después de que los animales se hubieran sometido a un tratamiento de radiación. Estos ratones eran jóvenes y recibieron litio hasta que alcanzaron la edad adulta temprana.

El equipo comparó la formación de neuronas en el cerebro en tres momentos distintos: inmediatamente, 2 semanas y 4 semanas después de la administración de litio.

Mejoras en el aprendizaje y la memoria.

El equipo notó un aumento en la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, un área del cerebro asociada con la memoria, durante el tratamiento con litio.

Sin embargo, estas neuronas solo se convirtieron en células nerviosas completas cuando los ratones dejaron de recibir litio.

En términos de memoria y aprendizaje, los ratones que se habían sometido a radioterapia y tratamiento con litio lograron lo mismo que los ratones que no habían experimentado radiación.

Curiosamente, el litio solo afectó a las células irradiadas. "Las células sanas se dejaron relativamente intactas", dice Ola Hermanson, investigadora del Departamento de Neurociencia del instituto.

"A partir de esto, llegamos a la conclusión de que el litio, administrado según las líneas de este modelo, puede ayudar a curar el daño causado por la radioterapia, incluso mucho después de que se haya causado".

Autora principal Giulia Zanni

Un nuevo camino

Ahora, el equipo espera continuar probando el potencial del litio en ensayos clínicos. “Apenas estamos comenzando a comprender los efectos del litio en la capacidad del cerebro para repararse a sí mismo”, señala Hermanson.

Varios factores requieren más estudio. En primer lugar, existe la preocupación de que el litio pueda tener un efecto perjudicial al multiplicar las células tumorales supervivientes.

Un enfoque sensato sería determinar si el uso del tratamiento con litio es más apropiado un par de años después de la radioterapia. En este punto, es menos probable que reaparezca un tumor.

Los investigadores también deberán confirmar el programa de tratamiento más eficaz. Su teoría actual implica apegarse a una secuencia de aproximadamente 1 mes de litio, que precede a 1 mes sin él.

Este enfoque no solo puede optimizar el tratamiento de los efectos cognitivos, sino también reducir el impacto de los efectos secundarios del litio. Los efectos a corto plazo actualmente incluyen náuseas, temblores de manos y aumento de peso.

Cualquiera que sea el camino que el equipo decida tomar, este parece ser un tratamiento que merece mucha más investigación.

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