Diagnosticar la hepatitis C con la prueba de anticuerpos contra la hepatitis C

La prueba de anticuerpos contra la hepatitis C es la única forma de verificar si una persona ha tenido el virus de la hepatitis C. Los resultados pueden ser complicados, ya que una prueba positiva no siempre significa que alguien tiene hepatitis C. Siga leyendo para comprender más sobre la prueba y lo que indican los resultados.

La hepatitis C es un virus que daña el hígado. Si no se trata, puede provocar enfermedades hepáticas y otros problemas de salud graves a largo plazo.

Muchas personas no se dan cuenta de que tienen hepatitis C. Existen factores de riesgo específicos para contraer el virus, como la edad y la exposición a sangre o fluidos corporales.

¿Qué es la prueba de anticuerpos contra la hepatitis C?

Se requerirá una muestra de sangre para una prueba de anticuerpos contra la hepatitis C.

La prueba de anticuerpos es un análisis de sangre para detectar una infección con el virus de la hepatitis C.

Un anticuerpo es una proteína producida por el cuerpo para proteger contra bacterias y enfermedades. Los anticuerpos pueden detectar sustancias que pueden dañar la salud.

El término médico para estas sustancias nocivas es un antígeno. Cuando un anticuerpo reconoce un antígeno, lo destruirá o evitará que viaje más hacia el interior del cuerpo.

Los anticuerpos son específicos de una bacteria o enfermedad en particular y permanecen en el cuerpo después de que alguien ha sido infectado. Esto significa que los anticuerpos deberían poder combatir la misma enfermedad en el futuro.

La prueba de anticuerpos contra la hepatitis C busca anticuerpos contra el virus de la hepatitis C. Si hay anticuerpos en el cuerpo, significa que una persona ha sido infectada con el virus en algún momento. Sin embargo, no siempre significa que todavía tengan el virus.

Un profesional médico tomará una pequeña muestra de sangre para enviarla para su análisis. Los resultados pueden tardar unos días o semanas en aparecer.

¿Qué significan los resultados?

Hay dos resultados de una prueba de anticuerpos contra la hepatitis C.

  • Un resultado negativo o no reactivo significa que la persona no tiene el virus. La excepción es si alguien ha entrado en contacto con el virus recientemente, como a través de sangre contaminada. Si este es el caso, deberán realizarse otra prueba.
  • Un resultado de prueba positivo o reactivo significa que la persona ha tenido el virus en algún momento, pero no significa que todavía lo tenga. Se necesitarán más pruebas para verificar si el virus todavía está activo en el cuerpo y si se requerirá tratamiento.

¿Qué pasa después?

Después de un diagnóstico, se realizarán más pruebas para determinar el impacto del virus de la hepatitis C en el cuerpo.

Una vez diagnosticada con hepatitis C, una persona deberá someterse a una serie de pruebas diferentes para ver cómo el virus ha afectado su cuerpo.

Estas pruebas comprobarán si hay daño hepático, identificarán qué tan bien está funcionando el hígado y ayudarán a un profesional de la salud a decidir el tratamiento.

La hepatitis C se trata con medicamentos conocidos como antivirales. Recibe este nombre porque tiene como objetivo eliminar el virus del cuerpo.

Otro objetivo del medicamento es ralentizar el daño al hígado. También puede reducir la posibilidad de que una persona contraiga cáncer de hígado o desarrolle cicatrices hepáticas graves, conocidas como cirrosis.

Una persona con hepatitis C requerirá pruebas periódicas durante el tratamiento para ver qué tan bien está funcionando el medicamento. Mantenerse saludable, dormir lo suficiente y evitar las drogas y el alcohol puede ayudar a que el tratamiento funcione.

Conocer un diagnóstico de hepatitis C puede resultar complicado o confuso. La American Liver Foundation ofrece información, apoyo y consejos para las personas que tienen el virus.

Otras pruebas de hepatitis C

Después de que una persona haya recibido un resultado positivo o reactivo de una prueba de anticuerpos contra la hepatitis C, deberá someterse a dos pruebas de seguimiento.

La primera prueba verifica si una persona todavía tiene el virus; el otro mide la cantidad de virus en la sangre.

La primera prueba es la prueba cualitativa de ARN hep C, también conocida como prueba de PCR. Un resultado positivo significa que una persona tiene el virus de la hepatitis C. Un resultado negativo significa que el cuerpo ha eliminado el virus sin tratamiento.

La segunda prueba es la prueba cuantitativa de ARN hep C. El resultado de esta prueba se da como un número en lugar de positivo o negativo. Esto se debe a que la prueba compara la cantidad de virus en el cuerpo antes, durante y después del tratamiento.

El número dado como resultado de esta prueba se conoce como carga viral. Cuanto menor sea la cantidad de virus de la hepatitis C en la sangre, mayores serán las posibilidades de que una persona pueda eliminar el virus de su cuerpo.

Después de que se diagnostica el virus de la hepatitis C, es posible que se necesiten otras pruebas:

  • Pruebas de hepatitis A y B. Si una persona no ha estado expuesta previamente a estas formas del virus, puede recibir una vacuna para protegerla contra él.
  • Pruebas para averiguar qué cepa de hepatitis C tiene alguien. Hay tres cepas comunes en los Estados Unidos y el tratamiento es ligeramente diferente para cada una. Esto se conoce como prueba del genotipo de la hepatitis C.
  • Pruebas de función hepática. Estos comprobarán qué tan inflamado o dañado puede estar el hígado.
  • Pruebas de imagen. Tomar imágenes del hígado puede mostrar si una persona tiene cáncer de hígado.

¿Quién debería hacerse la prueba?

Se recomienda a los baby boomers que se hagan la prueba de la hepatitis C, ya que corren un riesgo particular de tener el virus.

Ciertos comportamientos, experiencias y procedimientos médicos aumentan el riesgo de contraer el virus de la hepatitis C, que se transmite por contacto con la sangre.

Los siguientes son factores de riesgo para contraer el virus:

  • tener VIH
  • usar agujas para inyectarse drogas
  • tener múltiples parejas sexuales o una pareja sexual que tiene hepatitis C crónica
  • haber tenido un trasplante de órgano o haber recibido una donación de sangre antes de 1992
  • trabajar en el cuidado de la salud y estar expuesto a sangre o fluidos corporales
  • haber tenido hemodiálisis, un proceso que filtra la sangre
  • siendo tratado por un trastorno hemorrágico con proteínas sanguíneas antes de 1987

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que todos los baby boomers se hagan la prueba de la hepatitis C. Los baby boomers son personas nacidas entre 1945 y 1965. Tienen cinco veces más probabilidades de tener el virus que otros adultos.

No está claro por qué los baby boomers tienen tasas más altas de infección por hepatitis C que el resto de la población. En la actualidad, los investigadores piensan que podría deberse al estándar de la práctica médica en el pasado, antes de la introducción de medidas de detección y control de infecciones.

panorama

La hepatitis C es un virus grave que puede causar daños importantes al organismo. Cuanto antes se detecte el virus, mayores serán las posibilidades de tratarlo.

Las personas que han estado expuestas a factores de riesgo o que están en un grupo de alto riesgo deben buscar pruebas.

Es importante comprender lo que significa un resultado positivo o negativo. Una persona debe pedirle a un profesional médico una explicación y un consejo claros si no está seguro.

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