Sentirse enojado: salud mental y qué hacer

La ira es una emoción normal que todo el mundo experimenta de vez en cuando. Sin embargo, si una persona se siente incapaz de controlar su ira, puede causar problemas en las relaciones y en el trabajo. También podría afectar su calidad de vida.

La ira es una parte integral del sistema de "lucha, huida o congelación" del cuerpo, que nos ayuda a protegernos de amenazas o peligros.

Sin embargo, los altos niveles de ira no resuelta pueden tener un impacto negativo en la salud. Según la Asociación Estadounidense de Psicología, la ira tiene vínculos con la inflamación en los adultos mayores. Esto podría provocar enfermedades crónicas.

La investigación de 2015 sugiere que la prevalencia general de por vida de la ira intensa, inapropiada o mal controlada en la población general de los Estados Unidos es del 7,8%. La ira parece afectar más a los hombres que a las mujeres, y también parece más prevalente entre los adultos más jóvenes.

Este artículo analiza las posibles causas de la ira, cómo autocontrolarla, posibles tratamientos y terapias, y cuándo consultar a un médico.

Causas de sentirse enojado

Los problemas relacionados con una persona específica pueden desencadenar sentimientos de ira.

Las personas pueden enojarse por muchas razones y todos experimentan la ira de manera diferente.

Los eventos o circunstancias que causan un arrebato de ira en una persona pueden no afectar a otra en absoluto.

Alguien puede sentir enojo si siente:

  • atacado o amenazado
  • engañado
  • frustrado o impotente
  • invalidado o tratado injustamente
  • irrespetado

Las circunstancias que pueden desencadenar sentimientos que conducen a la ira incluyen:

  • problemas que una persona específica, como un compañero de trabajo, pareja, amigo o miembro de la familia, ha causado
  • Eventos frustrantes, como quedarse atrapado en un atasco o tener un vuelo cancelado.
  • Problemas personales que causan preocupación extrema o rumia.
  • recuerdos de eventos traumáticos o exasperantes
  • dolor físico o psicológico
  • condiciones ambientales, como temperaturas incómodas
  • sentir que las metas son inalcanzables
  • ofensa personal debido a trato injusto, insultos, rechazos y críticas

La ira también puede desempeñar un papel importante en el duelo. Muchas personas se enojan cuando están lidiando con la pérdida de una pareja, un amigo cercano o un familiar.

Signos y síntomas

Los signos y síntomas de la ira pueden variar de una persona a otra. La ira afecta la mente y el cuerpo de diversas formas.

Los efectos que la ira puede tener en el cuerpo incluyen:

  • aumento de la frecuencia cardíaca
  • sensación de calor
  • transpiración
  • opresión en el pecho
  • estómago revuelto
  • apretar las mandíbulas o rechinar los dientes
  • músculos tensos
  • temblando o temblando
  • debilidad de la pierna
  • sensación de desmayo

Los efectos que la ira puede tener en la mente incluyen:

  • ansioso, nervioso o incapaz de relajarse
  • se irrita fácilmente
  • culpable
  • triste o deprimido
  • resentido
  • humillado
  • como golpear física o verbalmente

Otros comportamientos y sentimientos asociados con la ira incluyen:

  • ritmo
  • volviéndose sarcástico
  • perdiendo el sentido del humor
  • gritos
  • gritar, gritar o llorar
  • actuando de manera abusiva
  • ansia de sustancias como el alcohol o el tabaco

Las señales físicas, emocionales y de comportamiento pueden ayudar a una persona a reconocer cuándo están experimentando las etapas intermedias entre los niveles de ira bajos y extremos.

Es importante notar que la ira y la agresión son cosas diferentes. La ira es una emoción, mientras que la agresión está relacionada con cómo se comporta una persona.

No todas las personas con ira se comportan de manera agresiva, y no todas las que actúan de manera agresiva están enojadas.

Diagnóstico

La ira en sí no se clasifica como un trastorno mental en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Por esta razón, no existen criterios de diagnóstico para los problemas de ira.

Sin embargo, la ira está asociada con muchas afecciones de salud mental, que incluyen:

  • desorden de personalidad antisocial
  • ansiedad
  • desorden hiperactivo y deficit de atencion
  • trastorno bipolar
  • trastorno límite de la personalidad
  • desorden de conducta
  • depresión
  • trastorno explosivo intermitente
  • trastorno narcisista de la personalidad
  • desorden obsesivo compulsivo
  • trastorno de oposición desafiante
  • esquizofrenia

Sentirse enojado no siempre es un signo de una condición de salud mental, pero hablar con un médico puede ayudar a una persona a determinar la causa subyacente.

Estrategias de manejo

Hacer una pausa antes de reaccionar puede ayudar a una persona a controlar su enojo.

Todo el mundo reacciona al enojo, pero algunas técnicas pueden ayudar a garantizar que el enojo no se salga de control.

Las estrategias para controlar la ira incluyen:

  • Reconociendo las señales de advertencia. Ser consciente de los cambios en el cuerpo, las emociones y los comportamientos que resultan de la ira puede ayudar a alguien a decidir cómo quiere reaccionar ante una situación antes de actuar.
  • Hacer una pausa antes de reaccionar. Alejarse de la situación puede darle a la persona algo de tiempo para pensar y recuperar el control.
  • Contar hasta 10. Tomarse unos segundos para contar lentamente hasta 10 puede reducir la intensidad de la ira.
  • Liberar tensión en el cuerpo. Para liberar la tensión, afloje la mandíbula, deje caer los hombros y descruce los brazos y las piernas. Gire los hombros hacia atrás y estire el cuello hacia ambos lados si mantiene la tensión aquí.
  • Escuchando. Puede ser fácil sacar conclusiones precipitadas cuando está enojado. Si tiene una discusión acalorada, tómese un tiempo para detenerse y escuchar antes de responder.
  • Hacer ejercicio. Hacer ejercicios cardiovasculares como correr, andar en bicicleta o nadar puede ayudar a liberar la energía que de otro modo podría convertirse en agresión.
  • Encontrar una distracción. Escuchar música, bailar, salir a caminar, escribir en un diario o simplemente tomar una ducha pueden ayudar a evitar que la ira se intensifique.
  • Cambiar los patrones de pensamiento negativos. En el calor del momento, la situación puede parecer mucho peor de lo que realmente es. Un método llamado reestructuración cognitiva puede ayudar a las personas a desafiar y reemplazar los pensamientos enojados.
  • Usando técnicas de relajación. El uso de estrategias de relajación, como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva, puede ayudar a aliviar los sentimientos de ira.

Cuando ver a un doctor

Si la ira de una persona está afectando sus relaciones, trabajo y otras áreas de su vida, es posible que desee buscar el consejo de un médico.

Los indicadores de que la ira se ha convertido en un problema incluyen:

  • expresar enojo con regularidad a través de un comportamiento perturbador o destructivo
  • sentir que la ira está teniendo un impacto en la salud física o mental
  • experimentar ira con más frecuencia que otras emociones

Algunas de las formas perturbadoras en las que una persona puede expresar su enojo incluyen:

  • Agresión y violencia: esto puede incluir gritar, insultar, tirar cosas y ser verbalmente abusivo, amenazador o físicamente violento.
  • Agresión interna: esto puede incluir autolesión, odio a sí mismo, no comer y aislarse.
  • Agresión pasiva: esto puede incluir ignorar a las personas, negarse a realizar tareas y ser sarcástico, pero no decir explícitamente nada enojado o agresivo.

En estos casos, es importante buscar apoyo y tratamiento. Expresar la ira a través de la agresión y la violencia puede dañar las amistades, las relaciones familiares y las relaciones con los compañeros de trabajo, y puede tener graves consecuencias.

Tratamiento y terapia

Tomar clases de manejo de la ira puede ayudar a una persona con problemas de ira.

Un médico de familia hará una evaluación y determinará si las dificultades de una persona con la ira están relacionadas con una condición física o un problema de salud mental.

Si se trata de un problema de salud mental, lo más probable es que un médico derive a la persona a un psicólogo, psiquiatra o consejero.

Hacer un diagnóstico completo puede ayudarlos a recomendar la mejor línea de tratamiento.

Los posibles tratamientos para las dificultades con el manejo de la ira incluyen:

  • psicoterapia
  • terapia de conducta cognitiva
  • asesoramiento
  • clases de manejo de la ira

Resumen

La ira es una emoción humana normal que todo el mundo experimenta en algún momento de su vida. A veces, incluso puede motivar a las personas a corregir errores o mejorar sus vidas.

Los desencadenantes comunes de la ira incluyen circunstancias, eventos y personas que una persona percibe como amenazantes, engañosas, frustrantes o irrespetuosas.

Hay muchos recursos disponibles para ayudar a las personas a controlar la ira, como terapias de conversación y clases de manejo de la ira.

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