¿Cuáles son los signos de una crisis nerviosa?

El "ataque de nervios" y el "colapso mental" son términos anticuados. Se refieren al estrés que impide temporalmente que una persona sienta que puede funcionar día a día.

La gente alguna vez utilizó el término "crisis nerviosa" para describir una amplia gama de enfermedades mentales.

La comunidad médica ya no usa el término, pero un llamado ataque de nervios sigue siendo un signo de una condición de salud mental subyacente, como depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Las características exactas de lo que la gente podría llamar una crisis nerviosa varían de persona a persona, dependiendo del problema de salud subyacente responsable.

21 señales

Un colapso nervioso o mental no tiene ningún síntoma definido, aparte de la dificultad o incapacidad para funcionar "normalmente".

Pero lo que califica como funcionar normalmente o estar "en pleno funcionamiento" difiere entre personas de diferentes regiones, culturas e incluso familias.

Las características de un colapso dependen del problema de salud subyacente y de cómo la persona experimenta estrés en general. Sin embargo, a continuación se presentan 21 características comunes de una crisis nerviosa:

  • sentirse ansioso, deprimido, lloroso o irritable
  • sentirse emocional y físicamente agotado
  • experimentando agitación y tensión muscular
  • dormir demasiado o muy poco
  • tener dolores y molestias generales inexplicables
  • temblando y temblando
  • sentirse impotente, desesperanzado y tener baja autoestima
  • moverse o hablar más lento de lo habitual
  • retraerse o evitar situaciones sociales de rutina
  • llamar con frecuencia para ir al trabajo enfermo o faltar a las citas
  • descuidar u olvidar comer o lavarse
  • falta de motivación e interés
  • tener dificultad para llevarse bien o tolerar a otras personas
  • perder interés en el sexo
  • tener dificultad para pensar, concentrarse o recordar
  • tener indicaciones físicas de una respuesta de lucha o huida, como sequedad de boca y sudoración, cuando no hay amenaza
  • tener síntomas cardiovasculares, como latidos cardíacos acelerados o irregulares
  • experimentar infecciones más frecuentes, ya que el estrés puede afectar el sistema inmunológico
  • experimentando cambios en el apetito y el peso
  • tener síntomas gastrointestinales
  • tener pensamientos suicidas o pensar en hacerse daño

Además, algunas personas experimentan psicosis, que puede implicar alucinaciones, paranoia, delirios y falta de percepción.

Prevención del suicidio

Si conoce a alguien en riesgo inmediato de autolesión, suicidio o lastimar a otra persona:

  • Haga la pregunta difícil: "¿Está considerando el suicidio?"
  • Escuche a la persona sin juzgar.
  • Llame al 911 o al número local de emergencias, o envíe un mensaje de texto con TALK al 741741 para comunicarse con un consejero de crisis capacitado.
  • Quédese con la persona hasta que llegue la ayuda profesional.
  • Trate de quitarse cualquier arma, medicamento u otros objetos potencialmente dañinos.

Si usted o alguien que conoce tiene pensamientos suicidas, una línea directa de prevención puede ayudar. La Línea Nacional de Prevención del Suicidio está disponible las 24 horas del día al 800-273-8255. Durante una crisis, las personas con problemas de audición pueden llamar al 800-799-4889.

Haga clic aquí para obtener más enlaces y recursos locales.

Tratamiento y prevención

Hay varias formas de reducir los efectos emocionales y físicos del estrés.

Las estrategias comunes incluyen:

  • recibir asesoramiento, generalmente terapia cognitivo-conductual, que a menudo se llama TCC
  • hablar con un médico sobre medicamentos antidepresivos, ansiolíticos o antipsicóticos
  • tomar medidas para reducir o resolver las fuentes de estrés, como los conflictos en el hogar o las demandas del lugar de trabajo
  • practicar ejercicios de respiración profunda y meditación para apoyar la relajación mental y física
  • realizar actividades, como yoga y tai chi, que promuevan movimientos suaves o estiramientos y respiración controlada
  • hacer al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana, divididos en sesiones de alrededor de 20 minutos al día
  • pasar tiempo al aire libre, caminar o hacer un pasatiempo
  • hablar con amigos, familiares, socios y compañeros de cuarto sobre sentimientos problemáticos
  • despertarse, comer y hacer ejercicio en un horario constante
  • buscar grupos de apoyo locales o en línea para personas con experiencias similares
  • crear un ambiente hogareño confortable que fomente un sueño de calidad
  • limitar la ingesta de cafeína y alcohol
  • evitar el tabaco y las drogas recreativas
  • buscar tratamiento para cualquier condición de salud mental o física

Causas y factores de riesgo

Cualquier cosa que cause más estrés del que el cuerpo puede manejar puede provocar un ataque de nervios o desencadenar síntomas de una condición de salud mental subyacente.

Algunas causas comunes y factores de riesgo incluyen:

  • conflicto en el trabajo y en el hogar
  • dolor y duelo
  • la pérdida de un hogar, una fuente de ingresos o una relación
  • un trabajo que involucra situaciones de alto estrés
  • antecedentes familiares de afecciones de salud mental
  • afecciones o lesiones médicas graves o crónicas
  • eventos y experiencias traumáticas
  • una relación abusiva
  • identificarse como LGBTQIA y no tener apoyo familiar o comunitario
  • trauma basado en la raza
  • estrés persistente, como en la guerra

Un problema de salud mental que puede estar involucrado es el trastorno de estrés agudo (TEA). Según el Departamento de Asuntos de Veteranos, el TEA es una reacción al estrés que ocurre de 3 días a 1 mes después de un evento traumático. Si dura más de 1 mes, un médico puede diagnosticar PTSD.

Aquí, aprenda cómo la ansiedad tiende a afectar a los afroamericanos.

Diagnóstico

Un ataque de nervios no es un término médico reconocido, por lo que técnicamente no hay forma de diagnosticarlo.

Una persona que se siente abrumada por el estrés o los sentimientos de ansiedad o que se siente incapaz de continuar con su vida diaria debe consultar a un médico, que puede ayudar.

El médico intentará identificar cualquier factor o condición médica que pueda estar causando o contribuyendo al problema.

Lo harán mediante:

  • preguntando sobre síntomas y factores de estilo de vida
  • realizar un examen físico
  • revisar el historial médico de la persona

También pueden realizar pruebas para descartar una condición física.

Los médicos usan el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición para diagnosticar afecciones de salud mental, incluidos varios tipos de ansiedad. Estos criterios les ayudan a identificar la causa del problema y un enfoque adecuado para el tratamiento.

Cuando ver a un doctor

Es una buena idea consultar a un proveedor de atención médica si el estrés interfiere con las rutinas o actividades diarias.

Varios tratamientos pueden ayudar a las personas a recuperarse de los síntomas emocionales y físicos del estrés, la ansiedad y problemas relacionados.

Sin embargo, una persona a menudo duda en buscar ayuda profesional. Es posible que no se den cuenta de que no se encuentran bien, duden de que el tratamiento sea eficaz o duden debido al estigma percibido.

Si alguien muestra signos de estrés severo, los amigos y familiares deben alentar a la persona a que busque atención profesional y apoyarlos para que lo haga.

Condiciones relacionadas

Los problemas de salud que pueden causar síntomas comúnmente asociados con crisis nerviosas incluyen:

  • depresión
  • desórdenes de ansiedad
  • TEPT o TEA
  • trastorno bipolar
  • esquizofrenia
  • dolor crónico y afecciones inflamatorias

Quitar

La mayoría de las personas experimentan períodos de estrés, ansiedad y desesperanza de vez en cuando, especialmente después de eventos muy estresantes.

Pero si los síntomas afectan la capacidad para realizar tareas rutinarias o si la persona comienza a retraerse socialmente, es una buena idea recibir atención profesional. Esto es especialmente importante si la persona está considerando hacerse daño.

Los medicamentos, el asesoramiento y otros tratamientos pueden abordar y resolver lo que las personas denominan crisis nerviosa.

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