La pubertad temprana aumenta el riesgo de depresión en la edad adulta

Un estudio reciente encontró que las niñas que ingresan a la pubertad antes que el promedio tienen más probabilidades de experimentar síntomas depresivos y mostrar un comportamiento antisocial en la edad adulta.

Entrar en la pubertad a una edad temprana puede tener un impacto en la edad adulta.

Hay pocas ocasiones en la vida que traen más cambios y trastornos que la pubertad; viene con una amplia gama de alteraciones en nuestra biología, comportamiento, apariencia y emociones.

La pubertad puede ser un momento desafiante para cualquier persona y a cualquier edad, pero para las niñas que hacen esta transición antes que el promedio, la lucha puede ser aún más significativa.

Estudios anteriores han demostrado que un primer período temprano, o menarca, está relacionado con problemas de salud mental como depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, uso de sustancias y bajo rendimiento escolar en la adolescencia.

Aunque esta relación se ha estudiado intensamente, no se comprenden las causas exactas. Pero probablemente sean múltiples.

A medida que cambia el cuerpo, también cambian los roles y las relaciones sociales. Las niñas que hacen la transición antes pueden tener interacciones sociales más complejas, lo que aumenta la tensión cognitiva y emocional.

También hay ciertos cambios en el cerebro que, si ocurren temprano, de alguna manera podrían aumentar la susceptibilidad a problemas psicológicos.

El impacto de la menarquia temprana en la edad adulta

A pesar de cientos de estudios que investigan la relación entre la menarquia temprana y la salud mental de los adolescentes, muy pocos han investigado su influencia a medida que el individuo avanza hacia la edad adulta. Un artículo reciente, publicado en la revista Pediatría, se propuso llenar este vacío.

El estudio actual utilizó datos del Estudio Longitudinal Nacional de Salud de los Adolescentes, que siguió a casi 8.000 mujeres a lo largo de 14 años. Se rastreó la depresión y el comportamiento antisocial, como el consumo de drogas, el robo y otras actividades ilegales.

Las niñas que habían experimentado la menarquia antes que sus pares tenían más probabilidades de tener síntomas depresivos y demostrar comportamientos antisociales en la adolescencia y como adultas jóvenes (aproximadamente 28 años).

De hecho, el efecto fue casi tan fuerte en la edad adulta como durante la adolescencia. Los autores concluyen:

"Estos hallazgos indican que las secuelas emocionales de la pubertad se extienden más allá de lo documentado en investigaciones anteriores, y sugieren que el desarrollo temprano puede colocar a las niñas en un camino de vida del que puede ser difícil desviarse".

¿Por qué la pubertad temprana aumenta el riesgo?

La salud psicosocial a largo plazo probablemente se ve afectada por la menarquia temprana de varias maneras. Debido a que los cambios hormonales, físicos y emocionales son tan pronunciados, diferenciar el papel individual de cada uno es un desafío.

Un factor que podría explicar parcialmente por qué la depresión causada por la menarquia temprana persiste hasta la edad adulta es que experimentar un episodio de depresión aumenta el riesgo de tener más. Por lo tanto, simplemente experimentar depresión una vez (por cualquier motivo y en cualquier momento) hace que sea más probable volver a tenerla.

Además, la aparición de depresión en la infancia o la adolescencia se asocia con una mayor gravedad de los síntomas y una recurrencia más frecuente.

Los autores explican otro factor de influencia potencial: “Debido a que la adolescencia a menudo sirve como base para eventos de la vida futura, las niñas que experimentan psicopatología durante este tiempo pueden ser más propensas a enfrentar opciones profesionales y educativas comprometidas, factores estresantes relacionados con la vida y sentimientos de inutilidad con respecto al potencial. mejoras o cambios en sus vidas ".

También es probable que intervengan las relaciones con los compañeros; llevarse bien con compañeros menos desarrollados físicamente podría ser más estresante, por ejemplo. Esto podría aumentar la posibilidad de forjar amistades con compañeros mayores, lo que se asocia con un comportamiento antisocial.

Viendo hacia adelante

Los hallazgos son preocupantes, especialmente porque la edad promedio de la pubertad ha disminuido significativamente en los últimos 50 años. Los investigadores esperan poder crear conciencia sobre los riesgos potenciales de la pubertad precoz. Quizás se podría prestar más atención a los primeros signos de problemas de salud mental en las niñas.

Sin embargo, los autores también transmiten ciertas limitaciones del proyecto actual; por ejemplo, la recopilación de la edad de la menarquia de las participantes dependía de los autoinformes. Además, del rango potencial de parámetros psicosociales, solo se midieron la conducta antisocial y la depresión.

Los autores nos recuerdan que todavía existen grandes lagunas en nuestro conocimiento que deben investigarse. Escriben: "Un desafío para los futuros investigadores es especificar los mecanismos cognitivos, sociales, neuronales y biológicos que median este riesgo continuo".

Debido a que los nuevos hallazgos se basan en, además de confirmar, estudios anteriores, sus conclusiones son preocupantes. Con suerte, a medida que mejore nuestra comprensión, se puedan diseñar intervenciones tempranas que reduzcan el riesgo de problemas de salud mental para las mujeres que experimentan una pubertad precoz.

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