¿Qué causa el dolor en el tendón de Aquiles?
El tendón de Aquiles conecta el hueso del talón con los músculos de la pantorrilla en la parte posterior del tobillo.El dolor en este tendón puede ser el resultado de un desgarro o rotura del tendón o de una tendinitis, que los médicos también pueden denominar tendinosis o tendinopatía.
El tendón de Aquiles es un haz de fibras fuertes que sostienen la pantorrilla y el tobillo durante el movimiento. Debido a que el tendón de Aquiles es esencial para caminar, correr y saltar, es muy propenso a desgastarse. Las lesiones en este tendón tienden a ser incómodas y pueden restringir el movimiento de una persona.
En este artículo, discutimos las causas del dolor en el tendón de Aquiles y cuándo consultar a un médico. También cubrimos diagnóstico, tratamiento y prevención.
Causas
Las dos causas principales del dolor en el tendón de Aquiles son un desgarro o ruptura del tendón y una tendinitis. Discutimos estas dos causas a continuación:
Desgarro o ruptura
Un desgarro o ruptura puede causar dolor en el tendón de Aquiles.Es posible que una persona se rompa las fibras de un tendón de Aquiles. Este tipo de lesión puede ser:
- un desgarro parcial, donde algunas de las fibras permanecen intactas
- un desgarro completo, donde el tendón se rompe y todas las fibras se desconectan
Un desgarro o ruptura suele ser el resultado de una tensión excesiva o repetitiva en el tobillo y los pies. Las personas que practican deportes que requieren cambios rápidos de ritmo o dirección, como el tenis, el fútbol y el fútbol, a menudo sufren lesiones en el tendón de Aquiles.
Estos tipos de lesiones también son más probables cuando una persona comienza un nuevo deporte o regresa a una actividad después de un descanso prolongado. Los aumentos repentinos en la intensidad del ejercicio también pueden provocar lesiones en el tendón de Aquiles.
Los síntomas de un desgarro o ruptura pueden incluir:
- un chasquido o chasquido en el momento de la lesión
- dolor en el talón o la parte posterior de la pierna
- dolor que empeora al mover el tobillo o el pie
- hinchazón alrededor del talón
- rigidez en las piernas y el talón
- dificultad para caminar o mover el pie
Tendinitis de Aquiles
La tendinitis de Aquiles es una afección en la que el tendón se inflama. Hay dos tipos principales:
- Tendinitis de Aquiles no insercional. Aquí es donde las fibras en el medio del tendón se inflaman. Esta condición es más común en personas más jóvenes.
- Tendinitis de Aquiles por inserción. En este tipo, la inflamación afecta las fibras del tendón inferior. Puede ocurrir en cualquier persona, pero a menudo es el resultado de una actividad física intensa durante varios años, como las carreras de larga distancia.
Ambos tipos de tendinitis de Aquiles suelen ser el resultado del uso excesivo del tendón, más que de una lesión específica. La tendinitis puede desarrollarse gradualmente con el tiempo cuando una persona ejerce demasiada tensión sobre el tendón con regularidad.
Los factores de riesgo para desarrollar tendinitis de Aquiles pueden incluir:
- cambios repentinos en los niveles de actividad de una persona o la intensidad o el tipo de actividad
- usar calzado inapropiado, como correr con zapatos planos
- actividad frecuente o excesiva
- hacer ejercicio en superficies irregulares
- mayor edad
- tener sobrepeso
- fuerza muscular insuficiente en la parte inferior de las piernas
- anomalías en los pies, como pies planos
- tomando fluoroquinolonas, que son un tipo de antibiótico
Los síntomas de la tendinitis de Aquiles pueden incluir:
- dolor y rigidez en el tobillo y las piernas
- dolor que empeora al mover el pie o el tobillo
- hinchazón en la parte posterior del tobillo
- espolones óseos, que son crecimientos óseos cerca del hueso del talón
Cuando ver a un doctor
Es posible que los desgarros parciales del tendón de Aquiles no requieran tratamiento médico. Si los síntomas son leves, la lesión puede curarse por sí sola con suficiente descanso. Sin embargo, es aconsejable consultar a un médico en caso de dolor intenso o lesiones que interrumpan el funcionamiento diario normal de una persona.
Las personas que notan un chasquido o chasquido en el momento de la lesión deben consultar a un médico de inmediato.
Diagnóstico
Un médico puede solicitar una radiografía para ayudar a hacer un diagnóstico.Por lo general, un médico comenzará preguntando acerca de los síntomas y revisando el historial médico de una persona. Luego, generalmente realizarán un examen físico de la pierna afectada.
Los síntomas de los problemas del tendón de Aquiles pueden superponerse con otros tipos de lesiones, como un esguince de tobillo, lo que puede dificultar el diagnóstico de los médicos.
Para ayudar con su diagnóstico, un médico puede recomendar una radiografía o una resonancia magnética. Estas pruebas crean una imagen de los huesos, ligamentos y tendones y le permiten al médico detectar problemas, como desgarros o inflamación.
Tratamiento
El tratamiento para el dolor en el tendón de Aquiles depende del tipo y la gravedad de la lesión.
Para las personas con lesiones leves, el tratamiento generalmente implica:
- descansar el pie y el tobillo mientras el tendón sana
- aplicar una bolsa de hielo o una compresa fría en el tendón durante hasta 20 minutos varias veces al día
- tomar analgésicos de venta libre, como ibuprofeno y acetaminofén
Un médico también puede recomendar fisioterapia para ayudar a fortalecer el músculo de la pantorrilla, reducir la presión sobre el tendón y ayudar a la recuperación.
Por ejemplo, el entrenamiento de fuerza excéntrico es una forma eficaz de tratar las lesiones del tendón de Aquiles. Estos ejercicios implican alargar y tensar el tendón de Aquiles al mismo tiempo.
Al principio, es importante que una persona haga estos ejercicios con la ayuda de un fisioterapeuta. Sin embargo, con la práctica, es posible continuar los ejercicios en casa sin supervisión.
El uso de calzado de apoyo, como botas para caminar especialmente diseñadas o zapatos ortopédicos, es otra opción de tratamiento para el dolor en el tendón de Aquiles. También es posible adaptar el calzado existente mediante el uso de elevadores de talón, por ejemplo.
Incluso con un tratamiento eficaz, los síntomas pueden tardar entre 3 y 6 meses en desaparecer.
Si los síntomas empeoran o no mejoran, un médico puede recomendar una cirugía. Un cirujano puede alargar los músculos de la pantorrilla o extirpar partes dañadas del tendón. El tipo de cirugía dependerá de la naturaleza de la lesión de una persona.
Con menos frecuencia, un médico puede recetar inyecciones de esteroides o terapia de ondas de choque extracorpóreas antes de recomendar la cirugía. La investigación también muestra que una inyección de plasma rico en plaquetas puede ayudar a mejorar la curación en personas con tendinopatía de Aquiles.
Prevención
Calentar antes del ejercicio puede ayudar a reducir el riesgo de lesión en el tendón de Aquiles.No siempre es posible prevenir un dolor en el tendón de Aquiles.
Sin embargo, los siguientes consejos pueden ayudar a una persona a reducir el riesgo de lesionarse el tendón de Aquiles:
- mantenerse en buena forma física
- evitar cambios repentinos en la intensidad o el régimen del ejercicio
- aumentar la intensidad del ejercicio gradualmente
- calentar adecuadamente antes de hacer ejercicio
- usando calzado apropiado
- evitar hacer ejercicio o entrenar en superficies irregulares o superficies duras como el hormigón
Resumen
Las causas del dolor del tendón de Aquiles incluyen tendinitis de Aquiles y desgarros o roturas del tendón. Estas afecciones son comunes en personas que practican deportes y generalmente ocurren por el uso excesivo de los músculos de la pantorrilla, pero también pueden ser el resultado de lesiones agudas.
Los factores que pueden aumentar el riesgo de que una persona se lesione el tendón de Aquiles incluyen cambios repentinos en el tipo o intensidad de la intensidad física, calzado inadecuado o sobrepeso.
Las personas que notan un chasquido o chasquido en el momento de la lesión deben buscar tratamiento médico inmediato. Además, consulte a un médico si tiene dolor severo o continuo en el tendón de Aquiles.
Las opciones de tratamiento para las lesiones de Aquiles incluyen reposo y fisioterapia. Para las personas con lesiones más graves, un médico puede recomendar una cirugía.