Alergias alimentarias: lo que necesita saber
En las personas con alergia alimentaria, el sistema inmunológico reacciona a determinadas proteínas de los alimentos como si fueran patógenos dañinos, como bacterias, parásitos o virus.
El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas estima que las alergias alimentarias afectan al 4% de los adultos y al 5% de los niños en los Estados Unidos.
El número de alergias alimentarias notificadas ha aumentado en los últimos años. Por ejemplo, se ha informado que la prevalencia de la alergia al maní entre los niños se ha duplicado en 10 años en América del Norte.
La mayoría de las alergias alimentarias se desarrollan en la infancia y los niños generalmente las superan con la edad, aunque no siempre es así. Las alergias alimentarias también pueden desarrollarse en la edad adulta, pero esto es más raro.
En este artículo, cubriremos los síntomas, las causas, los desencadenantes y el tratamiento de las alergias alimentarias.
Los síntomas de la alergia alimentaria.
Akchamczuk / Getty ImagesLos síntomas pueden variar de leves a graves y afectar a cada individuo de manera diferente.
No todas las personas experimentarán todos los síntomas posibles y cada reacción puede ser ligeramente diferente. Sin embargo, los signos y síntomas comunes incluyen:
- hormigueo en la boca
- sensación de ardor en los labios y la boca
- Hichazon facial
- una erupción cutánea conocida como urticaria
- sibilancias
- náuseas o vómitos
- Diarrea
- una nariz que moquea
- ojos llorosos
Los síntomas de la anafilaxia.
La anafilaxia es una reacción alérgica sistémica grave. Por lo general, ocurre poco después de la exposición al alérgeno específico, pero en ocasiones puede tardar algunas horas en desarrollarse.
Los signos y síntomas generalmente aparecen rápidamente y empeoran rápidamente. Pueden incluir:
- una rápida caída de la presión arterial
- miedo o un sentimiento de aprensión
- picazón y cosquilleo en la garganta
- náusea
- problemas respiratorios, como sibilancias o dificultad para respirar, que a menudo empeoran progresivamente
- picazón en la piel o una erupción que puede extenderse rápidamente y cubrir gran parte del cuerpo
- estornudar
- chorreando nariz y ojos
- un latido cardíaco rápido, conocido como taquicardia
- hinchazón rápida de la garganta, los labios, la cara y la boca
- vomitando
- pérdida de consciencia
Desencadenantes comunes de alergias alimentarias
Los alimentos alergénicos más comunes representan aproximadamente el 90% de todas las alergias alimentarias, y las personas comúnmente se refieren a ellos como los "ocho alérgenos grandes". Estos alimentos son:
- huevos
- pez
- Leche
- nueces de árboles, incluidas avellanas, nueces, anacardos y pistachos
- maní o maní
- mariscos, incluidos camarones, langosta y cangrejo
- soja
- trigo
El Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología dice que los alérgenos alimentarios más comunes para los niños son la leche, los huevos y el maní.
Informan que los niños generalmente superan las alergias a la leche, el huevo, la soja y el trigo y que hasta el 25% de los niños pueden superar la alergia al maní.
Los países europeos tienen alérgenos principales adicionales que incluyen sésamo, apio, lupino (una legumbre) y mostaza. El sésamo es una alergia alimentaria cada vez más común en los EE. UU.
Lea más sobre las alergias alimentarias comunes aquí.
Diagnóstico de alergias alimentarias
Para diagnosticar una alergia, el médico le preguntará a la persona sobre sus reacciones a la comida. Querrán saber:
- que síntomas ocurren
- cuánto tiempo tarda en comenzar la reacción
- que alimentos lo causan
- si la comida está cocida
- donde la persona se lo come
El médico también estará interesado en cualquier otra alergia existente, como alergias estacionales o asma, y los antecedentes familiares de alergias de la persona.
Las siguientes pruebas pueden ayudar al médico a diagnosticar una alergia alimentaria:
- Prueba de punción cutánea: un profesional de la salud coloca alimentos diluidos en el brazo de la persona y perfora ligeramente la piel. Cualquier reacción, como picazón, hinchazón o enrojecimiento, indica que la persona puede tener una alergia. Es posible que las personas deban repetir esta prueba varias veces.
- Análisis de sangre: este análisis busca la presencia de anticuerpos que son específicos de ciertas proteínas alimentarias y pueden indicar una alergia.
- Diario de alimentos: la persona escribe todo lo que come y describe los síntomas si se presentan.
- Desafío alimentario oral ciego supervisado por un médico: este es el método más científico para diagnosticar una alergia alimentaria con precisión. Un médico administra a la persona un alérgeno alimentario sospechoso en cantidades crecientes, controlando los síntomas bajo una estrecha supervisión. Este método elimina la posibilidad de reacciones psicológicas.
Para obtener más recursos respaldados por la ciencia sobre nutrición, visite nuestro centro dedicado.
Alergia versus intolerancia
Los expertos han descubierto que muchas personas que piensan que tienen una alergia alimentaria en realidad tienen una intolerancia alimentaria, que no es lo mismo.
Si una persona tiene una alergia alimentaria, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a los alimentos produciendo anticuerpos llamados inmunoglobulina E (IgE). La unión de estos anticuerpos al alérgeno alimentario causante de la enfermedad provoca los síntomas de la reacción alérgica.
Los anticuerpos IgE no intervienen en las intolerancias alimentarias, aunque pueden estar implicadas otras partes del sistema inmunológico.
Los síntomas de las intolerancias alimentarias pueden ser similares a los de las alergias alimentarias, pero normalmente tardan más en aparecer.
A diferencia de una alergia, que es solo en respuesta a una proteína, la intolerancia a los alimentos puede ocurrir debido a proteínas, sustancias químicas o carbohidratos en los alimentos. A veces, también puede deberse a la falta de enzimas o la permeabilidad intestinal comprometida.
En las personas con alergia alimentaria, es probable que incluso una pequeña cantidad del alimento en particular active el sistema inmunológico y provoque una reacción alérgica. Con intolerancias alimentarias, una persona normalmente puede comer pequeñas cantidades de la comida sin que le afecte.
La enfermedad celíaca es una excepción, ya que incluso una pequeña cantidad de gluten puede causar una reacción en personas con esta afección. Existe una participación del sistema inmunológico en la enfermedad celíaca, pero los médicos la consideran una afección autoinmune, no una alergia.
Las personas a menudo confunden las siguientes condiciones o problemas con las alergias alimentarias:
- Falta de enzimas: el individuo no tiene ninguna o suficiente enzima necesaria para digerir un alimento correctamente. Por ejemplo, las personas con intolerancia a la lactosa, que causa diarrea, gases, calambres e hinchazón, no tienen suficiente enzima lactasa.
- Síndrome del intestino irritable (SII): esta afección prolongada causa diarrea, estreñimiento y dolores de estómago. Las personas con SII a menudo tienen intolerancia a los carbohidratos fermentables.
- Sensibilidad a los aditivos alimentarios: los desencadenantes pueden incluir sulfitos, que los fabricantes utilizan para conservar frutas secas o alimentos enlatados.
- Factores psicológicos: algunas personas pueden sentirse enfermas con solo pensar en un alimento en particular. Las razones de esto no siempre se conocen.
- Enfermedad celíaca: después de comer gluten, las personas con esta afección digestiva autoinmune a largo plazo pueden tener diarrea, dolor de estómago e hinchazón, aunque muchas personas son asintomáticas.
Lea más sobre la alergia alimentaria frente a la intolerancia alimentaria aquí.
¿Qué causa las alergias alimentarias?
En aquellos con alergias a los alimentos, el sistema inmunológico trata una proteína específica en un alimento como una sustancia dañina que puede causar una enfermedad. Responde produciendo anticuerpos IgE que jugarán un papel en el ataque de esta proteína.
Cuando la persona vuelve a comer el mismo alimento, los anticuerpos están listos, por lo que el sistema inmunológico reacciona inmediatamente liberando histamina y otras sustancias químicas en el torrente sanguíneo. Estos productos químicos provocan los síntomas de las alergias alimentarias.
La histamina hace que los vasos sanguíneos se expandan y la piel se inflame o se hinche. También afecta los nervios, provocando picazón en la piel. La nariz puede producir más moco, lo que provoca picazón, ardor y goteo nasal.
¿Quién está en riesgo?
Cualquiera puede experimentar una alergia alimentaria, pero algunos factores de riesgo hacen que sea más probable que se desarrolle:
- Antecedentes familiares: las alergias alimentarias pueden ser hereditarias. Si los familiares cercanos tienen asma o alguna enfermedad alérgica, incluidas las alergias alimentarias, el eccema y las alergias estacionales, es más probable que la persona desarrolle alergias alimentarias.
- Otras afecciones alérgicas: un niño con una afección alérgica a menudo también desarrolla otras. Estas afecciones incluyen alergias alimentarias, asma y alergias estacionales.
- Experiencias tempranas: las investigaciones han demostrado que los bebés que nacen por cesárea pueden tener más probabilidades de desarrollar alergias alimentarias. La introducción de alérgenos comunes, como el maní, más temprano en la vida puede reducir el riesgo de desarrollar alergias alimentarias.
- Bacterias intestinales: algunas investigaciones muestran que las personas con alergias a los frutos secos o estacionales tienen bacterias intestinales alteradas. Específicamente, tienen niveles más altos de Bacteroidales y niveles más bajos de Clostridiales son. Los científicos están tratando de determinar si influir en las bacterias intestinales podría ayudar a tratar o prevenir las alergias.
¿Por qué ciertas personas tienen reacciones alérgicas?
Las alergias alimentarias parecen ir en aumento. Por ejemplo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dicen que entre los niños, "la prevalencia de alergias alimentarias aumentó del 3,4% en 1997-1999 al 5,1% en 2009-2011".
Los investigadores no están seguros de por qué los números están aumentando, pero existen algunas teorías:
- Dieta: los cambios en los hábitos alimentarios en las naciones occidentales, como un menor consumo de grasas animales y una mayor ingesta de grasas vegetales, pueden ser la causa.
- Antioxidantes: la mayoría de las personas comen cantidades más pequeñas de frutas y verduras frescas que las de las generaciones anteriores. Estos alimentos tienen un alto contenido de antioxidantes, que ayudan a proteger contra el daño celular. Algunas investigaciones sugieren que una menor ingesta de antioxidantes puede estar relacionada con las alergias.
- Vitamina D: la prevalencia de alergias alimentarias es mayor en los países más alejados del ecuador, donde hay menos luz solar, una fuente importante de vitamina D. Se sugiere que la ingesta baja de vitamina D puede resultar en un mayor riesgo de alergia alimentaria.
- Falta de exposición temprana: también conocida como la hipótesis de la higiene, esta teoría señala que muchos niños ahora están creciendo en ambientes estériles con una exposición mucho menor a los gérmenes. Los países desarrollados, en los que las personas tienden a usar más productos antibacterianos y menos exposición a bacterias saludables en el medio ambiente, tienen tasas significativamente más altas de alergias alimentarias.
Sin embargo, todas las anteriores son teorías, sin evidencia convincente que las respalde.
Tratos
La forma tradicional de controlar las alergias alimentarias ha sido evitar los alimentos que provocan la reacción. Las personas también pueden tratar los síntomas de una reacción cuando surgen.
La inmunoterapia oral es una forma relativamente nueva e investigadora de controlar las alergias alimentarias. Implica administrar a la persona cantidades crecientes de un alérgeno para aumentar el umbral que desencadena una reacción.
La inmunoterapia oral no está disponible para todos los alimentos, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado un tratamiento para la alergia al maní, llamado Palforzia.
La eliminación puede implicar no solo no comer el alimento en particular, sino también nunca inhalarlo, tocarlo o comer alimentos con rastros de este en su interior. Es posible que los cubiertos, la vajilla, las superficies de cocción y las tablas de cortar también necesiten estar libres de alérgenos.
Cuando está en una dieta de eliminación, una persona puede necesitar buscar otras fuentes de ciertos nutrientes. Por ejemplo, la leche es una fuente común de calcio y proteínas, por lo que las personas que la eliminan de su dieta deberán asegurarse de obtener estos nutrientes de otros alimentos.
Las personas deberán leer atentamente las etiquetas de alimentos y bebidas. Incluso algunos jabones, alimentos para mascotas, colas y adhesivos pueden tener rastros de alérgenos alimentarios.
Cuando se come fuera de casa, estar alerta puede resultar particularmente difícil.
Medicamentos para emergencias
Los siguientes medicamentos son útiles en caso de una reacción alérgica:
Antihistamínicos
Vienen en forma de geles, líquidos o tabletas. Por lo general, son efectivos para personas con síntomas de alergia alimentaria leves o moderados. Las histaminas son sustancias químicas que causan la mayoría de los síntomas de alergia y los antihistamínicos bloquean sus efectos.
Epinefrina (adrenalina)
Este tratamiento es para personas que tienen alergias a los alimentos que pueden resultar en anafilaxia. La epinefrina mantiene alta la presión arterial al contraer los vasos sanguíneos. También relaja las vías respiratorias.
Las personas que han tenido reacciones alérgicas graves siempre deben llevar consigo un autoinyector de epinefrina, como un EpiPen, EpiPen Jr., Twinject o Auvi-Q.
Resumen
Las alergias alimentarias son relativamente comunes en los EE. UU. Y sus tasas están aumentando. Son más comunes en la infancia, y muchos niños los superan antes de la edad adulta.
Las alergias alimentarias más comunes en los niños incluyen huevos, leche y maní. Los síntomas pueden variar de leves a graves.
No ha habido una cura tradicional para las alergias alimentarias, pero la inmunoterapia oral ofrece esperanza y las personas pueden tratar los síntomas cuando surgen. Evitar los productos que contienen el alérgeno permite a las personas evitar que se produzcan reacciones.