¿Es posible matar el cáncer "sobrealimentarlo"?

El estrés oxidativo es un fenómeno que ocurre a nivel celular y que puede hacer que las células previamente sanas se deterioren y finalmente mueran. El cáncer a menudo usa el estrés oxidativo para su propio beneficio, pero ¿podría este fenómeno volverse en su contra?

Los investigadores ahora están investigando si pueden "alimentar a la fuerza" el cáncer hasta la muerte.

Las especies reactivas de oxígeno (ROS) son sustancias que se producen naturalmente siguiendo el proceso de metabolismo del oxígeno.

Suelen desempeñar un papel importante en la regulación del funcionamiento biológico (homeostasis), así como en la señalización celular.

Pero cuando las ROS alcanzan niveles anormales, esto puede producir estrés oxidativo, un fenómeno que conduce al envejecimiento y deterioro celular.

A diferencia de las células sanas, las células cancerosas requieren niveles de ROS mucho más altos, lo que les permite mantener su crecimiento y propagación acelerados.

Recientemente, investigadores del Georgia Cancer Center en Augusta y el Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de Georgia en la Universidad de Augusta decidieron probar una estrategia intrigante en la terapia del cáncer: aumentar la producción de ROS hasta un punto en el que causaría la muerte de las células cancerosas.

La investigación ahora se ha publicado en la revista Metabolismo celular.

Cuando las ROS se vuelven fatales para el cáncer

El Dr. Gang Zhou y sus colegas utilizaron un tipo de terapia llamada terapia adoptiva de células T para provocar un aumento de ROS en los tumores cancerosos, lo que empujó a las células sobrecargadas a autodestruirse.

La terapia adoptiva de células T es un tipo de inmunoterapia en la que se utilizan células inmunitarias especializadas, o células T, para atacar y destruir tumores cancerosos.

En el nuevo estudio, los científicos trabajaron con un modelo de ratón de cáncer colorrectal. Después de administrar a los ratones un tipo de quimioterapia que se sabe que apoya la acción de las células T, los animales fueron expuestos a la inmunoterapia.

Después de administrar este tratamiento, el equipo vio que la producción de glutatión, un antioxidante natural producido a nivel celular, que ayuda a contrarrestar las ROS, se interrumpió. En consecuencia, ROS se sobreacumuló y alcanzó niveles demasiado altos en las células cancerosas.

Las células T también estimularon la producción de una serie de proteínas especializadas conocidas como citocinas con efecto proinflamatorio. Estas citocinas incluían el factor de necrosis tumoral alfa, que se sabe que juega un papel en la muerte celular así como en la progresión del tumor.

"Comenzamos", señala el Dr. Zhou, "haciendo preguntas sobre cómo la inmunoterapia puede cambiar el metabolismo de las células tumorales".

"Nuestros estudios muestran", agrega el investigador, "el factor de necrosis tumoral alfa puede actuar directamente sobre las células tumorales e inducir ROS en su interior".

Gracias a los cambios metabólicos inducidos por la terapia de células T adoptivas, los científicos presenciaron una regresión tumoral completa en casi todos los ratones que recibieron este tratamiento.

Un enfoque prometedor

Se observó un éxito similar al probar este enfoque en modelos de cáncer de mama y cáncer del sistema linfático o linfoma.

Además, los investigadores notaron que una mayor producción de factor de necrosis tumoral alfa, debido a la inmunoterapia, junto con la quimioterapia, aumentaba aún más el estrés oxidativo, destruyendo las células cancerosas.

Otro hallazgo fue que la administración de prooxidantes produjo efectos similares a la terapia de células T adoptivas, ya que estos medicamentos también aumentaron los niveles de ROS.

"Su línea de base ya es alta y si se interrumpe aún más su capacidad para lidiar con estos radicales libres [los ROS], irán hacia la apoptosis [muerte celular]", dice el Dr. Zhou.

Si bien las ROS excesivas, que conducen a estrés oxidativo, parecen ser cruciales para destruir las células cancerosas, los investigadores señalan que, no obstante, es posible que la muerte de las células cancerosas se produzca debido a la acción del factor de necrosis tumoral alfa, ya que se sabe que esta citocina corta los tumores. 'suministro de sangre, retrasando así su crecimiento.

Los investigadores han observado que las células cancerosas y las células T podrían competir por los recursos energéticos, por lo que tienen un efecto perjudicial entre sí. Y a menudo, las células T terminan sin los nutrientes que necesitan, lo que deja a las células cancerosas en una ventaja, explican.

Y, afirman el Dr. Zhou y su equipo, aún no se sabe lo suficiente sobre cómo las células T afectan a los tumores cancerosos. La terapia adoptiva de células T es, en sí misma, un nuevo tipo de enfoque que aún se está desarrollando para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal.

Por lo tanto, sugieren los autores, se debe concentrar más esfuerzo en comprender mejor la acción de las células T y mejorar el potencial de la inmunoterapia para destruir el cáncer.

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